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¿Por qué hay casi 10.000 cerebros psiquiátricos almacenados en un sótano de Dinamarca?

Esta colección de masas encefálicas desató mucha polémica. Algunos expertos opinaban que los cerebros debían destruirse, mientras que otros preferían conservarlos para su estudio.

La colección de cerebros y toda su documentación están disponibles para cualquier investigador que presente un proyecto relevante. Foto: composición LR/CNN/BBC
La colección de cerebros y toda su documentación están disponibles para cualquier investigador que presente un proyecto relevante. Foto: composición LR/CNN/BBC

¿Sabías que existe en el mundo un sótano lleno de cerebros humanos? Así es, la Universidad de Dinamarca del Sur, una de las más grandes del país, alberga en su interior 9.479 baldes blancos con masas encefálicas preservadas en formol. Según la BBC, es la mayor colección de este tipo en cualquier parte del mundo.

Estos cerebros fueron extraídos durante las autopsias de pacientes que murieron en institutos psiquiátricos desde el año 1940 hasta 1980. Fueron preservados sin el consentimiento previo de los pacientes ni de sus parientes cercanos, lo que desató un debate nacional sobre qué hacer con tantos órganos humanos.

 Un empleado muestra una caja con fragmentos de cerebro humano, en el laboratorio del hospital Bispebjerg de Copenhague. Foto: AFP

Un empleado muestra una caja con fragmentos de cerebro humano, en el laboratorio del hospital Bispebjerg de Copenhague. Foto: AFP

Finalmente, 10 años después, el Consejo de Ética de Dinamarca determinó que los tejidos podían ser usados para la investigación científica y así empezó a operar el banco de cerebros de la universidad en la ciudad de Odense.

¿En qué ha beneficiado el banco de cerebros a la humanidad?

Esta colección ha facilitado el estudio de muchas enfermedades, incluyendo la demencia y la depresión. Pero, al mismo tiempo, ha puesto en debate la falta de derechos de los pacientes en épocas pasadas.

"En esa época, los pacientes eran hospitalizados durante toda su vida. No había tratamientos para su enfermedad, así que se quedaban allí, tal vez trabajando en el jardín, en la cocina o lo que fuera. Allí morían y eran enterrados en el cementerio del hospital", dijo Knud Kristensen, expresidente de la Asociación Nacional de Salud Psiquiátrica, SIND.

Los cerebros eran extraídos de pacientes con enfermedades mentales que murieron mientras estaban en instituciones psiquiátricas. Los examinaban y escribían anotaciones detalladas, mientras que sus cuerpos eran enterrados en cementerios cercanos.

"Todos estos cerebros están muy bien documentados", dijo a BBC News Mundo Martin Wirenfeldt Nielsen, patólogo y actual director de la colección de cerebros en la Universidad del Sur de Dinamarca, Odense.

"Sabemos quiénes fueron los pacientes, dónde nacieron y cuándo murieron. También, contamos con los diagnósticos que les hicieron y los informes de los exámenes neuropatológicos (postmortem)", explicó el doctor Nielsen.

 Colección de cerebros almacenados en baldes en el sótano de la Universidad del Sur de Dinamarca. Foto: AFP

Colección de cerebros almacenados en baldes en el sótano de la Universidad del Sur de Dinamarca. Foto: AFP

La preservación de cerebros finalizó en 1982, cuando la universidad de Aarhaus se iba a trasladar a nueva sede sin presupuestar un espacio para la colección. Por ello, incluso se llegó a proponer la destrucción de todo ese material biológico.

Sin embargo, a través de un “operativo de rescate”, la Universidad de Dinamarca del Sur, en Odense, aceptó albergar el conjunto de cerebros.

En ese contexto, Dinamarca se enfrascó en un gran debate público en torno a dos puntos: el trato ético que habían recibido los restos humanos y los derechos de los pacientes. Esta controversia contó con la participación de grupos políticos religiosos y científicos.

¿Cuál fue la decisión final?

El debate tuvo como primer punto que los cerebros habían sido recolectados sin el consentimiento de los pacientes y sus familiares, por lo que no era recomendable mantener la colección.

Se propuso destruir los órganos o enterrarlos al lado de los pacientes a los que correspondían, pero no había manera de identificar las tumbas y se deliberó hacer un entierro masivo de todos los cerebros en un solo lugar.

Finalmente, el Consejo de Ética de la Nación decidió que era aceptable que se usaran para la investigación científica, sin necesidad de contar con el consentimiento de las familias. La SIND estuvo de acuerdo.

 Un empleado trabaja con fragmentos de cerebro humano en el laboratorio del hospital Bispebjerg de Copenhague el 3 de febrero de 2023. Foto: AFP

Un empleado trabaja con fragmentos de cerebro humano en el laboratorio del hospital Bispebjerg de Copenhague el 3 de febrero de 2023. Foto: AFP

¿Cómo se usan estos cerebros para su estudio?

La colección de cerebros y toda su documentación están disponibles para cualquier investigador que presente un proyecto relevante. Cada uno de estos órganos se encuentra conservado en un balde con formalina y hay tejido adicional tomado durante la autopsia que está envuelto en bloques de parafina.

El investigador Nielsen aseguro a la BBC que, actualmente, hay varios proyectos que se están realizando para el estudio de enfermedades como la demencia y la depresión, pero que todavía no han dado resultados que manera que se puedan catalogar de “revolucionarios”.

"Pero ya están empezando a emerger. Estos proyectos requieren de un compromiso a largo plazo y eso implica varios años antes de que haya resultados", finalizó.