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¿Qué se descubrió al realizar estudios a los cerebros de asesinos famosos?

Estudios revelan que cerebros de personas como Aarón Hernández, Charles Whitman y John Gacy comparten factores que pudieron ser los detonantes que transformaron a estos personajes en homicidas.

Los estudios realizados revelaron que el cerebro de John Gacy no presentaba anormalidades. Foto: BBC
Los estudios realizados revelaron que el cerebro de John Gacy no presentaba anormalidades. Foto: BBC

En la década de los 70, John Wayne Gacy saltó a la fama por asesinar a 33 jóvenes y ocultar los cadáveres en un espacio de su casa en Chicago. Conocido como el ‘Payaso Asesino’ por el personaje que usaba para realizar obras sociales —Pogo the clown—, conmocionó a Estados Unidos con sus crímenes.

Catalogado como una persona perversa, sádica y pedófila, Gacy se caracterizó por atraer a jóvenes ofreciéndoles trabajo y fiestas para después atacarlos y estrangularlos. Arrestado por la policía mientras investigaba la desaparición de un niño, el juicio del famoso asesino inició el 6 de febrero de 1980.

John Wayne Gacy era Pogo, el payaso, criminal que en 1978 fue atrapado por la policía. Foto: difusión

John Wayne Gacy era Pogo, el payaso, criminal que en 1978 fue atrapado por la policía. Foto: difusión

Fue condenado a morir con inyección letal y ejecutado el 10 de mayo de 1994. Tras su muerte, el cerebro de Gacy fue extraído y estudiado por la doctora Helen Morrison. El objetivo de esto fue tratar de explicar los motivos por los que Gacy cometió los crímenes.

Los estudios realizados revelaron que el cerebro del asesino serial no presentaba anormalidades. Se explicó que Gacy no encajaba en ningún perfil psicológico propio de un homicida en serie. Morrison detalló que “tenía la estructura emocional de un infante”.

Contrario a lo que se piensa, el estudio del cerebro de asesinos es más usual de lo que se cree. A diferencia del caso de Gacy, en algunos se encuentran anomalías que podrían desencadenar conductas violentas en el individuo. A continuación, te contamos algunos de esos casos.

El caso de Andrea

En 1985, Andrea (nombre ficticio) se operó de unos pólipos nasales. Durante la intervención surgió un impasse y la mujer perdió líquido cefalorraquídeo. A partir de ese momento, nada volvió a ser igual en su vida, pues empezaría a desarrollar conductas violentas.

Escribía cartas con palabras soeces al mejor amigo de su padre, empezó a tener alucinaciones y oía voces. Erróneamente, estos síntomas fueron catalogados como esquizofrenia.

Años después, gracias a una resonancia magnética, se sugirió que el síndrome psicótico secundario que sufría Andrea estaba asociado a una lesión en la red neuronal frontal. La zona en la que se encontraba esta afección pudo haber facilitado la conducta homicida de la mujer.

Charles Whitman

Fue el autor del primer tiroteo masivo en Estados Unidos. Estudiante de la Universidad de Texas y exmarine, asesinó a 17 personas e hirió a otras 30 en el campus de la mencionada casa de estudios.

Tras matar a su esposa y a su madre, Whitman se dirigió a su centro de estudios y se subió a la torre del reloj de dicha universidad. Desde lo alto empezó a disparar a diestra y siniestra, y fue ultimado por los policías que fueron a atender la emergencia.

Charles Whitman y Leissner en su boda

Charles Whitman y Leissner en su boda

Un mes después de los hechos, el patólogo que realizó la autopsia, Coleman de Chenar, reveló que Whitman padecía un tumor cerebral del tipo gliobastoma. De acuerdo al documento de necropsia, esto habría contribuido para que el homicida fuera incapaz de controlar sus emociones y acciones.

El caso de Aarón Hernández

En 2013, la estrella de fútbol americano Aarón Hernández fue condenado a cadena perpetua por asesinar a un amigo. Ya en prisión, el futbolista decidió quitarse la vida el 19 de abril de 2017 ahorcándose en su celda. Sorprendidos por los hechos y con ansias de respuestas, la familia del deportista decidió donar su cerebro para que sea analizado.

Aaron Hernández se suicidó a los 27 años luego de ser absuelto de doble asesinato. (FOTO: Twitter)

Aaron Hernández se suicidó a los 27 años luego de ser absuelto de doble asesinato. (FOTO: Twitter)

El cerebro de Hernández mostró que sufría encefalopatía traumática crónica (CTE, por sus siglas en inglés). Conocida como ‘demencia pugilística’, esta enfermedad está estrechamente relacionada con los duros golpes que se reciben en la cabeza.

La lesión afecta al comportamiento de una persona y causa trastornos, como agresividad, depresión, falta de control emocional, pérdida de memoria y demencia. De acuerdo a especialistas, conforme el paciente va envejeciendo, la gravedad aumenta. El cerebro de Hernández era similar al de una persona de 60 años y él solo tenía 27 al momento de su muerte.

¿Qué arrojaron los estudios realizados a los cerebros de asesinos famosos?, Autopsias cerebrales

Algunos de los asesinos más famosos pudieron tener su origen en lesiones o enfermedades cerebrales. Composición: Fabrizio Oviedo-GLR/AFP/AFP/AFP

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