Los jueces se pronunciaron sobre todo respecto a los aspectos controversiales de este caso para establecer si Eva pudo mandar matar a su madre, si tuvo contacto con el sicario y si tenía motivos para cometer el crimen., Eva Bracamonte Fefer no mostró ninguna emoción cuando el relator de la 2ª Sala Penal de Reos en Cárcel de Lima leyó que, por mayoría, era absuelta del cargo de parricidio por la muerte de su madre Myriam Fefer Salleres. PUEDES VER: Eva Bracamonte tras ser absuelta dice volver “a confiar en la justicia” | VIDEO Se mantuvo imperturbable hasta que terminó la audiencia. Casi siete horas de lectura del veredicto, que en su decisión mayoritaria la absolvió. Luego, cuando los jueces se retiraron, se le vio sonreír al abrazar a los amigos que la acompañaron en estos seis años de juicio. Espera apelación Se le notaba seria pese al resultado del proceso judicial. Aunque lo más probable es que Eva haya mantenido la calma porque sabe que este caso aún no termina. La Fiscalía va a apelar y viene la revisión del veredicto por la Corte Suprema de Justicia. La decisión de la Sala Penal de la Corte Suprema sí será definitiva o no: la Corte Suprema puede confirmar la absolución o disponer un nuevo juicio, como sucedió con la sentencia anterior, cuando Eva fue condenada a 30 años de cárcel. Además, y sobre todo, porque hay una sentencia dividida. Los jueces Carlos Escobar Antezano y Flor de María Poma suscribieron el veredicto que absolvió a Eva. La jueza Rosa Anaya Saldarriaga votó por condenarla a 30 años de prisión. La decisión El veredicto en mayoría está bien sustentado. Los jueces se pronunciaron sobre todo respecto a los aspectos controversiales de este caso para establecer si Eva pudo mandar matar a su madre, si tuvo contacto con el sicario y si tenía motivos para cometer el crimen. Escobar y Poma reconocieron que no hay prueba directa en este caso, sobre todo por el tiempo transcurrido, desde que ocurrió el crimen hasta que se produjo el juicio. Desde Argentina Así, dijeron que evaluaron las pruebas indirectas a la luz de la experiencia y la lógica. Las principales pruebas eran el testimonio del periodista argentino Juan Antonio Abarzua, que entrevistó hasta en tres ocasiones a Trujillo Ospina, cuando estaba preso en un penal de Salta, Argentina. Luego, las declaraciones de los policías argentinos Reynaldo Choque Barrios y Vicente Oswaldo Cordeiro, que recibieron los emails de la supuesta suegra del sicario, Gloria María Vanegas. Por último, los propios correos y mensajes de texto presentados por Ariel Bracamonte y un canal de TV. Sobre el periodista, los jueces concluyeron que el testimonio de Abarzua no era confiable porque en sus primeros artículos no escribió que supuestamente el sicario había sindicado a Eva. Recién lo hizo tiempo después. En tanto, dice, la declaración de los policías es incongruente pues no se preocuparon en verificar la autenticidad de los correos de Gloria María Vanegas ni por preguntarle quién había pagado por el crimen de la empresaria peruana. Los policías argentinos declararon que recibieron los correos en los que Vanegas acusaba a Trujillo Ospina de haber matado a una empresaria peruana, pero solo constataron que esos datos coincidían con el caso Fefer, nada más. Los correos Los jueces peruanos consideraron que era raro que los policías argentinos, experimentados en investigaciones criminales, no trataran de averiguar más datos, lo que también ponía en duda toda su versión. De los correos de Gloria María Vanegas, si bien no fue posible contactar a esta persona, no hay dudas posibles sobre su autenticidad, pero estos solo acusan al sicario, que ya fue condenado a 35 años de prisión, y no mencionan a Eva Bracamonte. Sobre un segundo grupo de correos y mensajes de texto, aportados por Frecuencia Latina y Ariel Bracamonte, no fue materialmente posible confirmar su autenticidad ni quién era el remitente y su contenido, no pudo ser confirmado con otras fuentes. Se decía que estos correos y mensajes también tenían como fuente a Vanegas, pero presentándose como salteña, argentina, cuando siempre se dijo que se trata de una ciudadana colombiana. Los jueces evaluaron si Eva tenía una motivación para matar a su madre, comenzando por analizar la relación personal de esta dos mujeres. Concluyeron que si bien la relación fue conflictiva, ninguno de los testigos dice que fuera de tal magnitud como para que ella contratara a un sicario. El dinero En los rasgos de personalidad tampoco encontraron nada incriminatorio. Eva era dependiente de su madre, inmadura y fría en sus emociones, pero nada de eso, por sí mismo, permite concluir que le daba la capacidad para contratar a un sicario. Los jueces tampoco encontraron una motivación económica. La Fiscalía sostuvo que Eva Bracamonte pudo matar a su madre para evitar que esta le arrebatara la herencia que le había dejado el abuelo. Sin embargo, ningún testigo pudo confirmar esa hipótesis y tampoco se encontró alguna evidencia de que Myriam Fefer hubiera desarrollado alguna acción para cambiar la voluntad de su padre. La conducta de Eva tras la muerte de su madre tampoco la acusa. La experiencia y la lógica, dijeron los jueces, señala que una persona capaz de matar a su madre por un dinero no solo quiere esa fortuna, sino que siempre buscará más. Tras el asesinato de su madre, Eva repartió la mayoría de los bienes con su hermano Ariel e incluso no cobró el seguro de vida. Es el hermano quien cobra el seguro. Las llamadas Respecto a las llamadas del celular de Myriam Fefer al número de Eva, se descartaron porque no fue posible determinar la hora exacta en que ocurrió el asesinato. Las llamadas, de 15 segundos cada una, se produjeron a la 1:35 a.m., mientras que los peritos han dicho que el asesinato se produjo entre las 00:30 y las 2:30 horas del 15 de agosto, por lo que no es posible precisar hasta qué hora la víctima tuvo el control de su teléfono y a partir de qué momento estuvo en manos de su verdugo. La Fiscalía deberá seguir investigando quién pagó por la muerte de Myriam Fefer, algo cada vez más difícil de descubrir y más difícil conforme pasa el tiempo. La suegra no ha vuelto a aparecer y Trujillo Ospina insiste en que no fue sicariato, sino que mató para evitar ser capturado robando. Claves Apelación. La Fiscalía había pedido que Eva Bracamonte sea condenada por parricidio por lucro, por lo que apelará el veredicto. El fiscal dispone de un plazo de 10 días para sustentar la apelación. Suprema. El caso Fefer regresará a conocimiento de la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema, presidida por Javier Villa Stein. El mismo tribunal que el 2012 anuló la primera sentencia y dejó en libertad a Eva. En libertad. Bracamonte no volverá a prisión, salvo que se realice un nuevo juicio y allí sea condenada. Una magistrada quería condenar a Eva La jueza Rosa Amaya Saldarriaga fue la única que votó para que Eva Bracamonte fuera condenada a 30 años de prisión, como lo pedía la Fiscalía. Su voto discordante con la sentencia se leyó durante tres horas. Para Amaya, era ilógico que ni Eva ni las otras personas que se encontraban en el interior del inmueble donde fue asesinada Myriam Fefer hayan escuchado el ladrido de los cuatro perros al ver ingresar a Alejandro Trujillo Ospina al lugar. Y, dice, resulta aún más extraño, puesto que el propio asesino dijo ante las autoridades que al ingresar al dormitorio de su víctima un perro grande le ladró por varios minutos. Del mismo modo, a diferencia de sus colegas, cuestionó las llamadas registradas en el teléfono celular de Eva minutos después de haberse producido la muerte de Fefer, pues nunca se llegó a determinar las razones de esas llamadas ni quién las hizo. La jueza sí valoró una pericia psicológica en la que se señala que Eva Bracamonte tiene "afán por el dinero" y que eso pudo llevarla "a cometer el crimen".