Análisis de la candidatura de Miguel Hilario, por Dante Vera Miller., Es saludable para la democracia y la política nacional que un indígena shipibo con estudios en Estados Unidos e Inglaterra y ex funcionario del BID y UNICEF, como es el caso de Miguel Hilario Escobar, sea candidato presidencial. PUEDES VER: Miguel Hilario, el shipibo que regresó a su tierra como candidato presidencial Lo interesante de su Plan de Gobierno es que se enmarca dentro de un enfoque de derechos que considera a estos como independientes de la riqueza de las naciones y de los individuos, tomando distancia del enfoque que considera los derechos económicos, sociales y culturales como metas del progreso económico. Pero este enfoque y su condición de indígena no se expresa de manera contundente en sus propuestas de gobierno, al dejar de lado la aplicación de los derechos universales de los pueblos indígenas o la consulta previa como mecanismo para armonizar criterios entre la inversión y la pluriculturalidad. El documento responde a las maneras de entender el país y de resolver sus problemas, propio de tecnócratas vinculados a la cooperación internacional y las ONG donde es recurrente la propuesta de una democracia representativa con una democracia participativa, convirtiendo a la sociedad civil en el “quinto poder”, de manera que la ciudadanía “tenga el control real sobre los poderes del Estado” mediante la revocatoria, renovación, referéndum. Tesis de los 80 que a estas alturas han mostrado limitaciones para un cambio social y político. Un déficit sorprendente es que el Plan de Gobierno carece de un análisis de la situación actual del Perú y el contexto internacional, al no considerar la desaceleración económica, la extrema corrupción y la pérdida de control territorial del Estado en zonas controladas por el narcotráfico, la minería ilegal, la tala y el contrabando. Propone convertir a las comunidades en accionistas de inversiones mineras e hidrocarburíferas; ingreso libre a las universidades nacionales; modelos empresariales en el marco de una economía verde; por cierto discutibles e inviables. La pregunta es ¿por qué Miguel Hilario no se une con Verónika Mendoza y Julio Guzmán que tienen discursos muy parecidos y de esa manera intentan pasar la valla del 5%? La ciudadanía lo vería con agrado.