Nuevos aires. Popular actriz comenta cómo vivió la ausencia física de su progenitora. Además, asegura que ya dejó la piel de ‘Teresita’, su entrañable personaje de ‘Al fondo hay sitio’.,Mientras se alista para empezar la lectura del libreto de ‘Colorina’, que irá de la mano con clases de canto, Magdyel Ugaz disfruta no solo su nueva etapa actoral, sino a Blanca, la mujer que le dio la vida y a quien hoy engreirá más que nunca. “Mi madre viajó a trabajar a Estados Unidos, cuando yo tenía 17 años y empezaba a grabar ‘1000 Oficios’. Y regresó cuando tenía 24 años. En todos esos años la pasé muy mal, me hizo mucha falta, la extrañaba horrores. Si bien, empezaba en la televisión, ella me hizo mucha falta, pues siempre fue el motor en mi vida”, recuerda la actriz, quien durante esos años, atravesó el momento más difícil, cuando le diagnosticaron surmenage. PUEDES VER: Magdyel Ugaz: activistas afroperuanos protestan por su personaje en película 'Guerrero' “No paré de trabajar porque mi meta era trabajar para poder traerla y para ello tenía que tener sus cosas, una casa que ya se la compré y sus cositas. Mientras no estaba a mi lado, nada tenía sentido. Yo crecí a la fuerza sin ella y me hizo falta mucho más cuando entré a este medio, donde no entendía cómo eran las cosas, me sentía súper sola y cometí muchos errores. Me enfermé y fue el peor momento que viví”, agrega. ¿Qué crees que desencadenó la enfermedad? Fue un cúmulo de cosas, me sentía sola, muy vulnerable en este medio, insegura. No había trabajado en mi autoestima, escuchaba a los demás y no a mí. Entré a un medio que te deslumbra y hace creer que tu físico es lo más importante y no tenía a mi madre y era como si me faltara la mitad de mi ser. Claro, ahora no dejo de equivocarme, soy débil, la malogro pero sé que tengo que volver a empezar y trato de escucharme más, ser más bondadosa conmigo, darme chance, antes era muy dura conmigo, me metía muchos cabes y escuchaba al resto y no a mí. Y en esos años te enamoraste mucho, también Ehh...No me enamoré de mí que era lo más importante, no me quería y trataba de buscar el amor en los demás, me aferraba, dependía y todo eso hizo que busque en el resto lo que necesitaba encontrar en mí. Y cuando empiezas a buscar el amor en los demás, sin quererte, empieza la bulla, el desequilibrio, por eso creo que no me enamoré de muchas personas con las que estuve. Estuve buscando en otras personas, mi amor propio. Y esta nueva etapa, disfrutando a tu madre en el día a día, te encuentra con, tal vez, el reto más importante de tu carrera: ‘Colorina’ Sí, cuando Michelle (Alexander) me confirmó la noticia me fui a Cuba a la Escuela San Antonio de los Baños. Quería estudiar, sacudirme y mover todos los ocho años de ‘Teresita’ (‘Al fondo hay sitio’). Ese personaje ha sido maravilloso pero quería mover esa piel y ese mes que estuve allá fue muy revelador. Me tocó un maestro inglés con el método Meisner, que es duro, fuerte y me sacó de mi lugar de confort. Me sacó muchas cosas que no había movido durante años y ahora siento que tengo mucho material que quiero poner en ‘Colorina’. ¿Crees que, finalmente te despojaste de ‘Teresita’? Con lo que viví en el taller creo que ya lo hice, ese curso me ayudó a despedirla, me llevó a trabajar mucho la naturalidad, un lado muy bonito y humano, algo que no estaba explorando. ‘Teresita’ tenía una cosa muy bonita, pero también era caricaturesca y en ese taller me fui a otro sitio que quiero explorar con ‘Colorina’ y espero estar a la altura.