El reconocido artista plástico peruano falleció en la víspera junto a su esposa Liliana Yábar. A continuación, recordamos la última entrevista que le ofreció a La República, en la que habló de su libro La vida sin dueño (Alfaguara).,Este lunes el destacado artista Fernando de Szyszlo y su esposa Liliana Yábar fallecieron a los 92 años luego de caerse de las escaleras de su vivienda en San Isidro, enlutando así a la sociedad peruana. El artista plástico, reconocido en el año 2011 con la orden El Sol del Perú en el grado de Gran Cruz, murió a los 92 años y deja un gran legado en la cultura nacional. PUEDES VER Falleció el reconocido artista plástico Fernando de Szyszlo y su esposa tras accidente en su casa A continuación recordamos la entrevista que realizó periodista Fiorella Montaño a La República. Fernando de Szyszlo: “Confieso que he vivido” “Sabe qué terrible fue cuando aterricé de noche en Arequipa…todo lo que sentí...”. Así describe Fernando de Szyszlo su arribo a la Ciudad Blanca, lugar a donde viajó para participar en la segunda edición del Hay Festival en nuestro país. El artista llegó a la volcánica ciudad para presentar su libro de memorias La vida sin dueño. Aterrizar de noche en el aeropuerto Alfredo Rodríguez Ballón le hizo revivir el pasaje más duro de su vida: la muerte de Lorenzo, el hijo que el pintor tuvo con la poeta Blanca Varela. Fue una de las 123 víctimas del vuelo de Faucett que se estrelló a escasos ocho kilómetros del aeropuerto. El accidente aéreo de 1996 constituyó el más trágico de la historia nacional. Con aflicción, amargura y resignación en la mirada, Fernando de Szyszlo continúa: “Lo que debe haber sentido... pobre Lorenzo...pero así es”. El silencio propiamente cobra formas físicas en su rostro. El accidente aeronáutico se produjo alrededor de las 20:25 horas. La cola de la nave se estrelló contra una montaña en el sector de Ciudad de Dios. El avión viajaba mil pies debajo de lo que marcaba el altímetro. Hubo un desperfecto técnico. “En el aeropuerto de llegada no tenían instrumentos para vuelos nocturnos y, aun así, se realizaban. Todos los días había algún incidente. Era una noche nublada y el piloto no vio la pista. Fue horrible”, ha escrito en sus memorias, La vida sin dueño, en las que también habla de sus grandes amigos y de las personas que amó y ama. TESTIMONIO DE VIDA Para el artista de 91 años fue una “compulsión” escribir este libro (asegura que es el primero y último sobre sus memorias). “Sentí tener una suerte increíble por haber conocido a personas tan formidables. Quería dar testimonio de eso y que no sea tan pasajero”, explica el pintor. En La vida sin dueño se habla sobre sus amigos: el poeta mexicano Octavio Paz, el argentino Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa, los Kennedy, su ex esposa la poeta Blanca Varela, su actual cónyuge Lila Yábar, entre otros que influenciaron en su vida. “A través de ellos surge todo un avatar, 90 años peleando, pintando, opinando, viviendo, gozando, sufriendo. Así es la vida”, exclama. En la galería de personajes, los premios Nobel de Literatura Octavio Paz y Mario Vargas Llosa son las amistades de las que más habla en sus memorias. ¿Cómo era el Nobel mexicano? Fernando de Szyszlo se emociona y responde en el acto: “¡Ah! Es la persona más inteligente, más lúcida, más poeta que he conocido. Nunca se equivocó”. En su libro hay un capítulo dedicado al amor, la muerte y la vida, donde el pintor habla de Octavio Paz y de la última vez que lo vio. “Poco tiempo atrás se había quemado su casa y en ella su biblioteca y los recuerdos de sus amigos intelectuales. Cuando fui a verlo, se sentía impotente ante la muerte, diría que furioso ante la disminución de sus facultades”. También recuerda a Blanca Varela, con quien tuvo 2 hijos ¿Cómo fue su relación? El artista reflexiona y asegura que se casaron demasiado jóvenes. “No estábamos preparados para darnos cuenta de lo que es el amor. Éramos inmaduros emocionalmente, pero maduros intelectualmente”. Además confiesa que para él es inevitable no sentirse culpable por este fracaso. YUNTAS En 1958, Szyszlo conoció a Mario Vargas Llosa. El pintor tenía un taller en un altillo de la calle Arenales, en la urbanización Santa Beatriz, en Lima. Hasta allí llegó el joven Vargas Llosa y le solicitó una plaqueta para ilustrar unas traducciones que hizo de los poemas en francés de César Moro. Desde ahí se cultivó una amistad duradera que tuvo una única discrepancia pública por el apoyo del Nobel peruano a la candidatura de Ollanta Humala en el 2011. “Raramente no coincidimos, pero yo lo comprendo a Mario. Lo que quiso es que el fujimorismo no siguiera saqueando el país, la única manera de pararlos era esa. Otra discrepancia no tuvimos”, señala. Diario La República -¿Cómo describiría su amistad? Yo siempre la defino comparándola con una de esas amistades inglesas que comienzan suprimiendo las confidencias y terminan haciendo innecesarias las palabras. Así es nuestra amistad. Solo esa amistad le podría dar la autoridad para anunciar el próximo arribo del Nobel a suelo peruano. Sería en marzo del 2017, para celebrar su cumpleaños en Lima. En enero Vargas Llosa acompañará al pintor en la presentación de su libro de memorias en la edición del Hay Festival en Cartagena de Indias. ARTE Y POLÍTICA Fernando de Szyszlo culmina la entrevista hablando de los dos aspectos que más ha resaltado en su vida pública: el arte y la política. Por sus lienzos es considerado uno de los vanguardistas más representativos del continente, mientras que sus convicciones políticas le llevaron a fundar el partido político Movimiento Libertad, junto a Vargas Llosa en 1987. Si algo hay que tienen en común estos dos roles en la vida del artista, es la predilección por la patria y la búsqueda de lo sustancial. Hace 65 años Fernando de Szyszlo realizó su primera exposición en el país, la cual causó gran alboroto por ser una de las primeras muestras de carácter vanguardistas del país. “Mi pintura es una mezcla como todas. Nació de la pintura de comienzos del siglo XX de Picasso, Matisse. Ellos fueron los primeros que descubrieron el interés del arte precolombino y lo acercaron al arte primitivo”, explica y luego arremete contra la escena contemporánea. Asegura que hay una banalización del arte y de la vida en general. “Todo se ha vuelto una gimnasia intrascendente de seres. El amor se ha vuelto una pasión pasajera. Eso hace trastabillar todo”, indica. -¿La evolución de la pintura irá hacia la interpretación, hay nuevos referentes de la pintura? -Hay buenos pintores, Bacon, Tatis, hay cantidad. Es una época tan rica como el Renacimiento, el fin del siglo XX ha sido glorioso. Lo que pasa es que toda esta campaña de publicidad ha banalizado tanto las cosas que han hecho que la cabeza de una vaca cortada, llena de moscas valga 100 millones de dólares.Eso en referencia a “Mil años” (1991), una instalación del artista inglés Damien Hirst, el artista vivo más rico del mundo, que posee una fortuna de más de 300 millones de dólares. “Dalí dice: moda es lo que pasa de moda, lo que queda es lo que el tiempo filtra”, sentencia. PUEDES VER: Fernando de Szyszlo: No se necesita odiar para repudiar el fujimorismo El tiempo también parece ser la solución del pintor para la etapa conflictiva que atraviesa el país. “La historia será dura con ellos”, señala luego de preguntarle sobre la posible división del país por la lucha de poderes surgida en el Congreso de la República. “Por una pequeña mezquindad política tratan de hacer una grieta donde no existe. El país estaba creciendo unificado y esta mezquindad de no querer reconocer que han perdido. Allá ellos, nunca llegarán a lo que quieren”, concluye en referencia al fujimorismo, uno de los rivales que ha tenido el pintor. El mechón de Vallejo en el Perú Fernando de Szyszlo y Blanca Varela tenían una entrañable amistad con Georgette Vallejo, esposa del autor de Trilce. Se conocieron en París después de la muerte del poeta peruano. -¿Es cierto que tiene un mechón de cabello de César Vallejo en su casa? –Sí, responde Fernando de Szyszlo. Cuenta que fue un obsequio de Georgette. Por años lo tuvo en un sobre y le dio pavor tener la reliquia del poeta. Pero a los años entendió que el presente tenía un profundo significado. “Me he dado cuenta de que es como un cristiano medieval que piensa que los más valioso es un hueso de San Pedro, sobre el cual se edifican iglesias. Ahí lo tengo y es el único pedazo del cuerpo de Vallejo que hay en el Perú”, cuenta.