Islandia sorprendió esta semana al eliminar a Inglaterra de la Eurocopa Francia 2016. Sorpréndase ahora por todas las razones que tienen los 320 mil habitantes de la isla nórdica para ser felices pase lo que pase hoy. ,Aunque Islandia ha escrito una página de la historia del fútbol con su inesperado pase a cuartos de final en la Eurocopa, la alegría de los islandeses es anterior al triunfo que obtuvieron frente al equipo inglés. Entre sus montañas y sus glaciares, entre sus ovejas que doblan en número a la cantidad de habitantes de la pequeña isla del océano Atlántico, entre sus extrañas celebraciones futbolísticas, Islandia ocupa los primeros puestos del ranking de los países más felices del mundo, publicado por las Naciones Unidas.El Informe Anual de Felicidad Mundial es elaborado en base a las ganancias, estándares de vida, empleo, salud mental y estabilidad familiar de cada uno de los países que son parte de la tabla. El 2016, esta lista fue encabezada por Dinamarca, Suiza e Islandia.Hay por lo menos siete ingredientes claves para la felicidad, dicen los editores del ranking: las personas que viven en los países más felices tienen una esperanza de vida más larga, más apoyo social, más libertad para tomar decisiones en la vida, percepciones más bajas de corrupción, son más generosos y tienen un producto interno bruto más alto per cápita.Índices estrellaEsto es lo que ocurre en Islandia, un pequeño país de apenas 322 mil habitantes que en verano puede llegar a tener días con 24 horas de luz y en invierno, apenas 3 o 4. Solo para tomar algunos ejemplos, este país nórdico tiene una de las tasas más altas en cuanto a esperanza de vida: 81 años en mujeres y 76 en hombres. Es uno de los pocos países, además, en el que cuentan con un banco de información genética de todos sus habitantes. En la tierra de los nuevos héroes del fútbol existe, también, una alfabetización del 99,9 % de la población y y es el país que más libros compra per cápita del mundo. Como si fuera poco, todos los islandeses hablan perfectamente inglés. No hay doblajes en las películas ni en los dibujos animados. La enseñanza del danés y el inglés es obligatoria a partir de los 11 años.Quizá recién ahora, que la participación del equipo dirigido por el sueco Heimir Hallgrímsson ha puesto todos los flashes sobre este país, se empezará a investigar al respecto, pero Islandia es un país que lleva años destacando en diferentes mediciones mundiales. Con excepción del fútbol, hasta hoy.Desde hace muchos años, el país de los vikingos, que ha inspirado el universo de populares sagas como El Señor de los Anillos o Games of Thrones, ha sido calificado como el país con la menor disparidad de género del mundo por el Foro Económico Mundial.El país más feministaEsto significa que Islandia es la nación en la que las mujeres disfrutan del acceso más equitativo a la educación y a la salud. También tienen la mayor probabilidad de participar plenamente en la vida política y económica del país.Es considerado, por tanto, el mejor país del mundo para ser mujer, además del más feminista por sus normas que garantizan el desarrollo pleno de niñas y adolescentes. Islandia, incluso, es el país con más madres solteras en el mundo: el 66% de las mujeres lo son. Contrario a lo que se podría pensar, este es un índice que enorgullece a la población, pues la razón es la mentalidad abierta de las mujeres.Con ese porcentaje de hijos fuera del matrimonio, Islandia es llamado también "el país donde las personas no se casan". Esto ocurre porque el número de habitantes que practican alguna religión es muy reducido, por tanto no hay un estigma moral relacionado con el embarazo fuera del matrimonio. Adicionalmente, el país garantiza algunas de las licencias por paternidad más generosas del mundo: nueve meses con un 80% de sueldo (tres meses para la mamá, tres para el papá y otros tres para que los dividan).Pase lo que pase hoy cuando el oncenio islandés enfrente al poderoso equipo francés, los habitantes de la isla vikinga parecen tener todas las razones del mundo para vivir en una fiesta constante.
