Una economía global en cuarentena por el coronavirus
La enfermedad viaja sin control por las cadenas de suministro y el miedo desemboca en reacciones variadas.
Miedo, pánico, desesperación y avaricia es lo que está viviendo la economía mundial y sus principales protagonistas y sectores, más allá de lo grave que pueda ser la alerta sanitaria.
India, el mayor proveedor de medicamentos genéricos del mundo, decidió esta semana restringir las exportaciones en una docena de principios activos para proteger sus inventarios, en peligro por el brote. Entre ellos, el simple paracetamol.
Alemania ha tomado medidas para limitar la exportación de equipos de protección como mascarillas. Se suceden los anuncios de empresas “al borde de” algo terrible.
Flybe, una aerolínea británica, acaba de quebrar empujada por la situación, no sin antes pedir auxilio al Gobierno de Boris Johnson (tenía la caja vacía desde hace tiempo). General Electric cree que la epidemia reducirá su resultado en unos 300 millones de dólares en este primer trimestre.
Las aerolíneas podrían perder hasta 113 mil millones de dólares en ingresos este año, según una estimación de la patronal IATA. Un informe de Credit Suisse habla de que el impacto en las ventas de Inditex podría ser (siempre en condicional) de casi cinco puntos en el segundo trimestre.
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La revisión de las cifras de crecimiento por parte de organismos internacionales es constante. Porque la enfermedad viaja sin control por las cadenas de suministro y el miedo desemboca en reacciones variadas.
En esa línea, la evaluación que acaba de hacer la Unctad, agencia de la ONU, sobre los efectos económicos de la Covid-19 tiene muchos ingredientes preocupantes, pero la mayoría son mero efecto dominó.
La contracción del 2% de la producción de China durante el último mes, en realidad el verdadero origen del tsunami, se revela con capacidad para frenar la economía del planeta a través de las cadenas de valor regionales, desde Washington a Tokio. Las pérdidas estimadas en los primeros días alcanzaron los 50 mil millones de dólares.
La rebaja de tipos de interés de la Reserva Federal (Fed) ha sido la señal más amarga contra el enemigo invisible. “La Fed está indicando su pesimismo a largo plazo”, valora Philippe Waechter, director de investigación económica de Ostrum AM en una nota a clientes.
El talón de Aquiles
La suerte parece echada. El citado informe de Nomura define que el Gobierno chino puede haber ganado la batalla a la enfermedad, y su escenario base asume que los bloqueos en el país asiático terminarán a finales de este mes, “pero será demasiado tarde para evitar que el PBI se desacelere”.
Como recuerdan en Boston Consulting Group (BCG), el peso del PBI chino en la economía mundial se ha multiplicado por cuatro en solo dos décadas.
La producción o la subcontratación para abaratar costes se ha concentrado enormemente en ese país y la restricción en la circulación de personas ha hecho que provincias como Hubei, una de las diez más importantes en la generación de manufacturas, sean ahora una ratonera para muchas multinacionales.
La Unión Europea en primer lugar, seguida por Estados Unidos, Japón, República de Corea y Vietnam son los primeros damnificados. El índice PMI de gestores de compras chino, un indicador adelantado de producción, cayó 22 puntos en febrero y tal disminución, dicen en Unctad, “equivale al -2% de suministro de bienes intermedios a lo largo del año”.
Otro indicador, el que mide la carga de contenedores en Shanghái, continúa bajando, “lo que indica un exceso de capacidad de envío y una menor demanda de buques portacontenedores”.
En suma, el 20% del comercio mundial de productos intermedios de fabricación se origina en el lugar que pasará a la historia como cuna del Covid-19. Si la misma enfermedad se hubiera dado en 2002, su efecto económico habría sido muy distinto, porque entonces China solo proporcionaba el 4% de estos productos.
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Empresas de instrumentos de precisión, maquinaria, automoción, equipos de comunicación, material eléctrico, plásticos, material de oficina, productos textiles y papel han sido los primeros afectados.
El latigazo en Bolsa ha sido tremendo en Europa. Desde el pasado 21 de febrero los bancos, las agencias de viaje, las empresas de alimentación, seguros, industria o automoción están viviendo caídas de valor por encima del 10%.
El índice VIX, un medidor de volatilidad de los mercados, se ha disparado, aunque está muy lejos de los niveles que alcanzó durante la Gran Recesión.
Preguntado, Inditex no se pronuncia. Mango ha tomado medidas para recuperar producción perdida. En Tendam dicen que alrededor del 30% de las prendas de sus diferentes marcas (Springfield, Cortefiel, Pedro del Hierro y Women’secret) son producidas en China.
“Contamos además con una red de producción repartida en más de 30 países, lo que nos permite, también, margen de maniobra suficiente si la situación se prolongase en el tiempo”.
FUENTE: Diario El País