Ciencia

Investigadores detectan una rara inflamación cerebral relacionada a la COVID-19

Un autor del estudio recomienda mayor vigilancia en los pacientes con coronavirus que muestren alguna complicación neurológica. Recordó que en el pasado, entre 1920 y 1930, se registró un brote de encefalitis letárgica después de la pandemia de gripe de 1918.

A woman holds a candle and a Bolivian national flag during a vigil in homage of victims of clashes between supporters of defeated presidential candidate Carlos Mesa and supporters of the ruling Movimiento Al Socialismo (MAS) party in La Paz, on November 1, 2019. - President Evo Morales called Thursday for a "truce" while an international body conducts an audit of Bolivia's disputed election results, after clashes between rival groups left two dead and nearly 140 injured. (Photo by JORGE BERNAL / AFP)
A woman holds a candle and a Bolivian national flag during a vigil in homage of victims of clashes between supporters of defeated presidential candidate Carlos Mesa and supporters of the ruling Movimiento Al Socialismo (MAS) party in La Paz, on November 1, 2019. - President Evo Morales called Thursday for a "truce" while an international body conducts an audit of Bolivia's disputed election results, after clashes between rival groups left two dead and nearly 140 injured. (Photo by JORGE BERNAL / AFP)

Las complicaciones neurológicas de la COVID-19 pueden incluir delirio, daño nervioso, derrames y un raro tipo de inflamación cerebral, aunque los investigadores no tienen claro, en este último caso, si es producto del coronavirus o de la reacción inmunitaria, según un estudio que publica la revista Brain.

El estudio del University College de Londres (UCL) y su Hospital Universitario (UCLH) se hizo con una muestra de 43 pacientes, algunos de los cuales no experimentaron síntomas respiratorios severos, sino que los primeros y principales fueron de tipo neurológico.

Según la investigación, “parece” que, debido a la pandemia, está aumentando la prevalencia de una “rara y a veces mortal” afección inflamatoria, la encefalomielitis diseminada aguda (ADEM), indica un comunicado del UCL.

De entre todos los pacientes, doce presentaron inflamación cerebral y, de ellos, nueve sufrieron ADEM, una afección que normalmente se ve en niños y que puede desencadenarse por infecciones virales.

El SARS-Cov-2 no fue detectado en el líquido cefalorraquídeo de ninguno de los pacientes del estudio, lo que “sugiere que el virus no atacó directamente al cerebro para causar la enfermedad neurológica”, indica la nota.

Pero en algunos pacientes, sí encontraron pruebas de que la inflamación del cerebro estaba “probablemente causada” por una respuesta inmunológica a la enfermedad, lo que “sugiere que algunas complicaciones neurológicas de la COVID-19 podrían provenir de la respuesta inmunológica, más que del propio virus”.

Por ello, el equipo considera que hacen falta más investigaciones para identificar por qué los pacientes desarrollaron esas complicaciones.

El equipo del hospital destacó que suelen ver alrededor de un paciente adulto al mes con ADEM, pero que la tasa pasó a, por lo menos, uno a la semana durante el periodo del estudio, lo que para los investigadores es “un aumento preocupante”.

La investigación ofrece un recuento de los síntomas neurológicos de 43 personas (de 16 a 85 años), que eran casos confirmados o sospechosos de coronavirus.

Uno de los autores Michaell Zandi, del UCL, señaló que identificaron “un número mayor del esperado” de personas con problemas neurológicos, que “no siempre tenían correlación con la gravedad de los síntomas respiratorios”. Por eso, consideró que habría que estar atentos y “vigilar estas complicaciones en personas que han tenido COVID-19. Queda por ver si veremos una epidemia a gran escala de daños cerebrales relacionados con la pandemia, tal vez similar al brote de encefalitis letárgica en los años 1920 y 1930, después de la pandemia de gripe de 1918”.

En el grupo de pacientes con los que se hizo el estudio, los investigadores identificaron, además, diez casos de encefalopatía transitoria (disfunción cerebral temporal) con delirio, lo que se corresponde con estudios previos que hallaron evidencias de delirio con agitación, agrega la nota.

Además, ocho pacientes presentaron accidentes cerebrovasculares y otros tantos daños nerviosos, en especial el síndrome de Guillain-Barré, que normalmente sucede después de una infección respiratoria o gastrointestinal.

Los datos apuntan también la existencia de un “número mayor de lo esperado” de pacientes con accidente cerebrovascular. La aparición de coágulos de sangre en el cuerpo ya ha sido identificado por otros estudios como una complicación frecuente de la enfermedad.

Ross Paterson, también firmante del artículo, señaló que “dado que la enfermedad solo ha estado presente durante unos meses, puede que no sepamos aún el daño a largo plazo que puede causar la COVID-19”.

Los médicos, agregó, “deben ser conscientes de los posibles efectos neurológicos, ya que un diagnóstico temprano puede mejorar los resultados de los pacientes” y destacó que las personas que se están recuperando del virus “deben buscar consejo profesional de salud si experimentan síntomas neurológicos”