Tras las críticas recibidas, el pleno del Congreso aprobó el último viernes el acuerdo celebrado entre el Estado peruano y la Secretaría de la Organización de Estados Americanos (OEA) para que el quincuagésimo segundo período ordinario de sesiones de la Asamblea General se desarrolle en Lima.
El proyecto de resolución legislativa volvió a votarse luego de que se admitiera la reconsideración presentada por la parlamentaria no agrupada Susel Paredes, quien consideró que los legisladores incurrieron en un “prejuicio homofóbico” al no respaldar la iniciativa por la implementación de un baño neutro.
En esta oportunidad, se registraron 100 a favor, siete en contra y siete abstenciones, por lo que la Asamblea General podrá desarrollarse en Perú en octubre de este año.
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“El Gobierno debe garantizar un acceso adecuado a las instalaciones sanitarias de todas las personas que participen en la Asamblea General, debiendo proporcionar, además de los baños comunes, baños individuales y al menos un baño neutro”, es el apartado del documento cuestionado por los congresistas conservadores.
Ante el rechazo inicial, instituciones como la Defensoría y funcionarios, como el canciller César Landa, requirieron al Legislativo a reconsiderar su posición.
El ministro de Relaciones Exteriores, César Landa, reiteró que la implementación de un baño neutro en la Asamblea General de la OEA que se desarrollará en Perú no generará ninguna modificación a la legislación peruana. En cambio, el canciller precisó que se trata de un compromiso con la organización.
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“No tenía ningún efecto de carácter de modificación de legislación o ideológico, sino un compromiso hemisférico que se viene realizando en otros eventos donde incluso el Perú ha sido sede. Era importante su aprobación urgente, dado que hay una serie de compromisos internos en torno a contrataciones que no se pueden iniciar en agosto o setiembre porque no alcanzan los plazos”, dijo Landa en diálogo con TV Perú.