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Ofensiva total de Rusia llegó a la capital de Ucrania

En vilo. Al final de la jornada, el presidente Volodímir Zelenski denunció que sus aliados internacionales lo habían dejado solo contra la artillería rusa. Por segundo día consecutivo, explosiones en la capital de Kiev desatan el temor de una invasión.

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Horror. La guerra empezó a mostrar su rostro más terrible. Los cadáveres empezaron a ser regados en las calles. La destrucción es cada vez más evidente. Foto: AFP

Agencias

Cuando Ucrania despertó, Rusia ya estaba allí, con aviones, tropas en la costa de Odessa y soldados desplazados por varias regiones de la frontera para cumplir su misión encargada por el presidente Vladímir Putin: “desmilitarizar y desnazificar” a su país hermano.

Fueron poco más de las tres de la madrugada cuando, tras el anuncio de una “operación militar especial” del Ejército ruso contra Ucrania, emitida desde el Kremlin en señal abierta, se desató un rosario de explosiones que se escucharon desde todas partes y se vio en todo el mundo. Eran misiles que anunciaban lo que el Gobierno de Volodímir Zelenski calificó como una invasión de escala mayor.

El ataque se dio por el este, el sur, el norte, por cielo, mar y tierra. Desde Sloviansk y Kramatorsk a Járkov, a 30 kilómetros de la frontera rusa; incluso en Kiev, la capital, también se registraron bombardeos que obligaron a las personas a buscar refugio durante las primeras horas de la mañana, cuando el sol empezaba a asomarse, pero se alejaba cualquier posibilidad de una salida diplomática a la crisis que tiene en vilo a la comunidad internacional.

Con el día llegó el desgarrador conteo de las decenas de muertos y numerosos daños materiales.

Oleksiy Arestovich, asesor del presidente Zelenski, confirmó que al menos 40 soldados ucranianos perdieron la vida producto de los ataques. Sin embargo, al cierre de esta edición se registraba la muerte de otros 97 ciudadanos más. También se reportaron 316 heridos. Desde el Kremlin no se reportaron pérdidas humanas. La cifra podría aumentar con las horas.

Dolor. Una mujer que sobrevivió a un bombardeo refleja en su rostro el dolor de la confrontación sin piedad. Foto: AFP

En carne propia

“¡Qué país de mierda!”, grita una mujer ante el cadáver de un hombre, muerto durante un bombardeo en un barrio residencial en Chuguev, en el este de Ucrania, uno de los primeros objetivos de la invasión lanzada por Rusia el jueves.

Cerca del cadáver está postrado su hijo, que llora. “Le había dicho que nos fuésemos”, repite incansablemente el treintañero, junto a los restos calcinados de un viejo vehículo de la marca Lada.

El misil ha dejado un cráter de 4 a 5 metros de diámetro entre dos inmuebles de cinco pisos que quedaron totalmente destruidos y donde los bomberos tratan de extinguir las últimas llamas.

Numerosos edificios más alejados del impacto han quedado gravemente afectados, con ventanas rotas cuyos marcos cuelgan en el vacío.

En esta ciudad a 30 kilómetros de Járkov, la segunda urbe de Ucrania, los bombardeos rusos resonaron durante parte de la noche.

La población local, curtida por ocho años de conflicto armado con rebeldes prorrusos, tiene claro qué debe hacer ante este escenario.

“Si continúan bombardeándonos, voy a encontrar armas y a defender mi patria, poco importa si tengo 62 años”, asegura Vladimir Levashov, habitante de Chuguev.

“Y eso que soy ruso. Pero si se mira la historia, si se lee libros, ya hace 300 o 400 años era la misma cosa. Los rusos son saqueadores”, se indigna.

Por su parte, Serguéi, de 67 años, que ha sufrido algunas contusiones durante los bombardeos, intenta tapar las ventanas de la planta baja de su casa con una mesa.

“Me quedaré aquí. Mi hija está en Kiev y allí es parecido”, asegura este ucraniano, en referencia a las explosiones registradas durante la mañana en las principales ciudades del país, incluida la capital.

Según él, el misil estaba dirigido al aeropuerto militar próximo. “Formaba parte de los objetivos que Putin había citado, ni siquiera me sorprendió”, continúa.

Este fragmento sacado de una crónica realizada para la agencia AFP por los periodistas Dave Clark y Thibaut Marchand desde la zona de Chugev, en Ucrania, relata lo duro que fue para los ucranianos encontrarse al medio de los ataques y posteriormente verse afectados con pérdidas que quedarán grabadas por siempre en sus memorias.

En efecto, durante la tarde, el Ministerio de Defensa ruso confirmó que lograron hacerse con el control de un aeropuerto de carga a las afueras de la ciudad capital. Asimismo sus tropas habían suprimido todas las defensas y bases aéreas de Ucrania.

A su vez, el Ejército ucraniano informó que había derribado seis aviones rusos y un helicóptero.

La zona de exclusión de Chernóbil, al norte de Kiev, fue tomada por el Ejército ruso, pese a que se trata de un área altamente radioactiva, en la que se encuentra soterrada por una base de cemento el reactor nuclear que se fundió en 1986.

El temple de Zelenski

“El Ejército está trabajando. Sin pánico. Somos fuertes. Estamos listos para todo. Derrotaremos a todos”, dijo el mandatario ucraniano al país. Sin embargo, horas después, a través de un video publicado en su cuenta oficial, se resignaba a confesar al mundo que sus aliados lo habían dejado solo en esta guerra contra Rusia.

“Nos han dejado solos para defender nuestro Estado”, dijo Zelenski. “¿Quién está dispuesto a combatir con nosotros? No veo a nadie. ¿Quién está listo a dar a Ucrania la garantía de una adhesión a la OTAN? Todo el mundo tiene miedo”, lamentó.

En esa línea, el mandatario decretó una movilización militar general para tratar de contener la ofensiva rusa.

“Hemos recibido información de que grupos de sabotaje del enemigo han entrado en Kiev”, alertó Zelenski, que pidió a los ciudadanos estar vigilantes y respetar el toque de queda.

El presidente indicó que tanto él como su familia permanecen en Ucrania, aunque Moscú lo haya identificado a él como el “objetivo número uno”. “Quieren destruir políticamente Ucrania destruyendo a su jefe del Estado”, deploró.

Infografía Ucrania

El ataque decisivo

Al cierre de la edición, dos fuertes explosiones resonaron el viernes de madrugada en el centro de Kiev, en el segundo día de la invasión rusa de Ucrania, constató una periodista de AFP.

“Los ataques contra Kiev con misiles de crucero o balísticos se reanudaron. He escuchado dos fuertes explosiones”, afirmó por su parte el viceministro ucraniano de Interior, Anton Herashchenko, en su cuenta de Telegram.

La progresión de las fuerzas rusas hace temer la multiplicación de los ataques contra objetivos estratégicos y gubernamentales en la capital, incluso un asalto.

Cerca de 100.000 personas huyeron de sus hogares y miles buscaron refugio en el extranjero, indicó la ONU.

Destrucción. El ataque a las ciudades de Ucrania es indiscriminado. Y deja estas huellas. Foto: AFP

Europa se prepara

Los líderes de los 27 países de la Unión Europea (UE) acordaron adoptar sanciones con “masivas y severas” consecuencias contra Rusia, en respuesta a su ofensiva militar en Ucrania, de acuerdo con una declaración adoptada en una cumbre de emergencia en Bruselas.

“Las sanciones cubrirán los sectores financiero, de energía y de transportes de Rusia”, señala la declaración emitida tras la cumbre, y deberían ser adoptadas “sin demora”.

Rusia, apuntaron los líderes europeos en el texto, es “plenamente responsable por este acto de agresión y de toda la destrucción y las pérdidas de vidas humanas que causará. Será responsabilizada por sus acciones”.

El detalle de las nuevas sanciones a ser adoptadas aún no fue formalmente divulgado.

Sin embargo, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dijo al fin de la cumbre que las sanciones se centrarán en “cinco pilares”: sector financiero, energía, transporte, control de exportaciones y restricciones de visados.

Francia aceleró su despliegue de tropas para reforzar el flanco oriental de la OTAN en Rumania después del inicio de la invasión rusa de Ucrania, indicó el presidente Emmanuel Macron, que intentó mediar por una salida diplomática, pero no lo logró.

Dejaron sus casas y se refugiaron en una estación

Refugiados ucranianos, entre ellos muchas mujeres y niños, se preparan para pasar la noche en una estación de tren de Polonia. Acaban de huir de la invasión rusa, aunque su cabeza sigue allí, consultando compulsivamente las noticias del frente en sus móviles.

“Vengo de Kiev. Escuché explosiones cerca de mi edificio (...) e hice rápido las maletas, tomé casi todo conmigo”, dice Olha, una profesora de 36 años en el Instituto Politécnico de Kiev.

Horas después de dejar su patria sumida en combates, Olha era una de las 200 personas llegadas a la estación de Przemysl, una pequeña ciudad en el sureste de Polonia, a apenas unos kilómetros de la frontera.

Mujeres, en su mayoría, han ocupado casi todos los asientos de la estación o se han acurrucado en tumbonas de campamento amarillas junto a sus maletas. Muchos no paran de consultar las noticias del frente en sus teléfonos.

“Tenemos mucho sufrimiento por delante”, afirma la mujer, que quiere subrayar que “Ucrania no es Rusia”.

Éxodo. Las personas que cuentan con dinero salen del país para evitar ser víctimas. Los desposeídos no tienen la misma suerte. Foto: EFE

Enfoques

Veo lejos una guerra mundial

Ramiro Escobar, internacionalista

Si bien existe el peligro de que el conflicto entre Rusia y Ucrania pueda expandirse, la situación actual está lejos de convertirse en un enfrentamiento a nivel planetario. Una tercera guerra mundial es algo mucho más complejo que el ataque de una potencia a un país.

Otras potencias como Estados Unidos, China, Alemania o Reino Unido deberían tener intenciones de participar en la disputa para que se considere una tercera guerra mundial. Por ello, es un escenario más lejano en el tiempo.

Lo que sí puede ocurrir es que Rusia ataque países vecinos como Letonia, Estonia y Lituania, miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

Como Ucrania no es miembro de la OTAN, Estados Unidos no puede enviar tropas a su territorio, sino estaría vulnerando el derecho internacional. Si hubiera un ataque a algún país de la OTAN —Polonia, Letonia, Estonia, Lituania— ahí sí tendrían que enviar tropas los países miembros de la OTAN, que son 30.

Justamente, como las hostilidades ya están en curso, ningún país quiere verse involucrado directamente en el conflicto o a través de terceros porque Rusia podría considerarlo una agresión.

Pese a ello, no hay mayores motivos para pensar en una participación activa de China en la guerra. Los chinos no se involucran en un conflicto que no ocurre en su territorio. No se les verá mandando tropas a Irak, Afganistán...

China, aliada de Rusia, no quiere aparecer como parte de una coalición guerrera que complicaría más la situación.

Bajo ataque. Restos de proyectiles y de naves son ya parte del panorama en las ciudades de Ucrania. Foto: difusión

Un ataque que necesita condena

Rostyslav Yavorivskyi, encargado de negocios de Ucrania en Perú

El propósito de esta operación militar de Rusia es destruir el Estado ucraniano, apoderarse del territorio ucraniano por la fuerza. Las tropas rusas están atacando ciudades ucranianas pacíficas, desde varias direcciones, incluidas las ocupadas temporalmente, Donbás y Crimea. Este es un acto de guerra, un ataque a la soberanía e integridad territorial de Ucrania, una grave violación de la Carta de las Naciones Unidas y de las normas y principios fundamentales en el derecho internacional.

Ucrania ha actuado en su derecho de autodefensa, el espíritu de lucha del Ejército es alto, estamos listos pare repeler el Estado agresor, y harán todo lo que esté a su alcance para defender la tierra.

Pido a la comunidad internacional que continúen fortaleciendo las capacidades de defensa de nuestro Estado, proporcionado armas y equipamiento militar.

El orden mundial depende de Ucrania, pero también de nuestros socios en diferentes regiones; si permitimos que continúe esta guerra, van a socavar el orden internacional existente.

He conversado con el Congreso y con Cancillería; expresé a los funcionarios peruanos que tomen una postura más firme, decisiva de condena.

Todo el mundo está rechazando y condenando la política agresiva rusa.

Ucrania tiene todo el derecho de defenderse; por eso, el Ejército es la principal fuerza que debe actuar para detener la agresión rusa, y es necesario el apoyo.