Llegó hasta las alturas donde anidan los cóndores con el objetivo de hacer registros sobre los nevados peruanos, una experiencia más en su largo trabajo de investigación sobre el cambio climático. Nicolas Villaume, francés, fotógrafo explorador de National Geographic Society, ahora exhibe en la Alianza Francesa la muestra Glaciares andinos. Se trata de una exposición en la que el espectador no solo apreciará las imágenes, sino, gracias al sistema inmersivo VR, podrá “teletransportarse” a las mismas alturas de las montañas de la Cordillera Blanca, Áncash.
“Mi objetivo es acercar a la gente para que tome conciencias de los ecosistemas que estamos perdiendo”, dice el fotógrafo mientras nos invita a un recorrido virtual en 360 grados sobre los glaciares andinos. Como si estuviéramos sobre una nube, provisto de un puntero virtual, podemos acercarnos a los glaciares.
La vida y los viajes
La ruta de vida de Nicolas Villaume, que ahora reside en el Perú, empezó en Versalles, Francia, lugar donde nació. Su madre es pintora y su padre un aficionado pianista, pero piloto de profesión. El fotógrafo afirma que allí está la semilla de su vocación artística y su espíritu de viajero.
Laguna de palcacocha. Tubos que drenan el agua para evitar un desborde. Foto: difusión
“Desde niño acompañé a mi padre en sus viajes, sobre todo en mis vacaciones de estudio. Un día podía estar en Singapur, Tokio o Sídney o cualquier otra ciudad del mundo”, dice Villaume.
Estudió negocios internacionales, y le iba bien. Además, hizo trabajo de editor de revistas. Pero un día decidió una aventura. Realizó un largo viaje desde París a Pekín. Lo hizo por tierra, en carro, trenes, motos, caballos y hasta a pie.
“Allí, en ese viaje, descubrí mi vocación de fotógrafo y de viajero. En cada lugar que llegaba, conversaba con la gente, tomaba fotografías, me interesaba saber de su cultura y de su historia”, cuenta.
En su retorno, trajo consigo mucho material. Y, para aprender las técnicas de la fotografía, estudió en el Instituto Nacional de Audiovisuales de París. Se hizo fotógrafo profesional y se echó a andar en el mundo. Así, con un proyecto para la Unesco sobre quechuas y aymaras, llegó a trabajar entre Bolivia y Perú. Era un proyecto, que además de fotografías en blanco y negro, incluía un registro de tradición y memoria oral andina.
“A la Unesco le gustó mi trabajo e hice mi primera exposición en el Museo Nacional de Etnografía de La Paz, Bolivia”, cuenta Villaume.
“Precisamente –agrega-, creé la asociación Conversaciones con el Mundo para realizar ese trabajo, entre ellos registrar el saber de los pueblos, historias de vida y testimonios y la musicalidad de las lenguas originarias”.
Quelcca. Vista en panorama del nevado, víctima del cambio climático. Foto: difusión
— ¿Nutres tu fotografía con métodos de la antropología?
— No soy antropólogo, pero hago como ellos, casi un trabajo en paralelo. Escucho, anoto, observo. Como digo, cuando llego a un lugar, soy como una esponja y capto todo para tener una mejor información del pueblo, de la comunidad, de su gente. Así, en la muestra hay voces de los testimonios, sonidos del viento, del agua, del hielo que crepita. Todo eso en video, en una realidad virtual.
— ¿Buscas llevar al espectador a los glaciares?
— Exacto. Es teletransportar a la gente a esos ecosistemas de difícil acceso, pero no solo para mostrar una película, sino con el objetivo de defender esos ecosistemas. La gente debe tomar conciencia de lo terrible que sería perderlos. Son ecosistemas vulnerables por el cambio climático. La población que vive al pie de la cordillera es afectada ahora, pero en el futuro, seremos también afectados.
— ¿Cómo planteaste este registro de glaciares andinos?
— Este trabajo es el resultado de una colaboración con la National Geographic. Yo soy fotógrafo explorador de la National Geographic y este proyecto demoró como dos años para concretarlo por las dificultades de la pandemia. Pero estoy feliz, la Alianza Francesa llevará la muestra a seis ciudades del Perú.
— Eres un testigo del cambio climático...
— El cambio climático lo investigo desde hace muchos años. Hice un proyecto grande que se difundió en todo el mundo. Pero, en realidad, los verdaderos testigos son los comuneros que viven al pie de las montañas. Bueno, yo solo soy un altavoz de esa amenaza. Más bien, en la muestra hay cuatro imágenes de un amigo fotógrafo, Víctor Escudero, que es de Áncash y es mayor que yo. Él me enseñó mucho para conocer las montañas. Es muy buena gente. Él sí es un verdadero testigo.
Pastoruri. Impresionante fotografía sobre una cueva en la montaña ancashina. Foto: difusión
— En la muestra se aprecia un guardián de laguna, ¿cuál es su historia?
— Es Víctor Morales, en la laguna de Palcacocha. Cuando se desprende bloques de hielo sobre la laguna, se incrementa el nivel de agua y puede desbordarse y arrasar todo. Se ha instalado tubos de drenaje para mitigar ese peligro. Víctor está allí para monitorear el drenaje.
— Para subir a las montañas, ¿has hecho pagapu?
— Sí, claro. Yo soy muy respetuoso de las creencias de los comuneros. Cuando fui a la fiesta del Qoyllurit’i, también hice pagapu a la Pachamama. Cuando estuve en Pomabamba, Apurímac, vi la fiesta del toro y el cóndor. Conozco muchas tradiciones andinas.
— ¿Tienes que leer Yawar fiesta, de Arguedas?
— Ya lo leí. Allí aprendí bastante de los comuneros. Para mí es importante interactuar con ellos, porque son ellos los que conocen mejor la naturaleza. Muchas de las soluciones de la crisis climática pueden venir de los indígenas.
— En la muestra hay un comunero que remedia aguas...
— Sí, la montaña desprendió rocas y estas, al exponerse primero al oxígeno, han crado un óxido que contamina al agua. El comunero , en consulta con científicos, ha sembrado plantas nativas y ha hecho un buen trabajo de biorremediación.
— Es el saber de los comuneros...
— Claro, ellos saben cómo cuidar a la naturaleza. No son ellos los que la destruyen, sino, al contrario, ponen su vida por delante para defenderla. Si el saber de los pueblos se juntara con el saber científico, sería ideal, de allí vendrían las soluciones. Yo creo mucho en eso.
Fotografías. La muestra inmersiva se exhibe en la Alianza Francesa de Lima. Visita: de lunes a sábado de 10 a. m. a 8 p. m. Ingreso libre.