Javier Diez Canseco presidía el Comité de solidaridad con el pueblo saharaui en el Perú. Viajó a los campamentos de refugiados y fue un referente por su compromiso con una comunidad golpeada por la guerra, el exilio y la diáspora tras la ocupación de la monarquía marroquí en su territorio. No se puede decir lo mismo de quienes nos gobiernan hoy en el Perú. Bloqueando, reteniendo y deportando a la ciudadana saharaui Jadiyetu El Mohtar han mostrado su cara más déspota y arbitraria, con la Cancillería como caballito de batalla. En 1984 el gobierno de Belaúnde reconoció a la República Árabe Democrática Saharaui (como hicieron otros 84 países), pero en 1996 Fujimori suspendió las relaciones diplomáticas por su afinidad con el gobierno de Marruecos; de hecho se sabe que Montesinos pensaba esconderse allí tras su huida. Con Alan y Toledo, los delegados saharauis circularon libremente y aunque Humala hizo la promesa de restablecer relaciones, la traicionó como todo lo demás. Hasta ahora otros delegados han entrado y salido de nuestro país por su causa. Pero Jadiyetu El Mohtar no es una delegada cualquiera. Cuando los hombres saharauis estaban en la guerra, fueron las mujeres empoderadas las que organizaron los campos de refugiados. Ellos dejaron un desierto y se encontraron un país. A esa estirpe pertenece Jadiyetu, expresidenta de la Unión de Mujeres Saharauis, que ha acabado por ser incómoda para el gobierno de Marruecos por denunciar cómo violan los derechos humanos de los saharauis. La Liga de Amistad Perú-Marruecos se ha puesto entonces manos a la obra. ¿Quién preside la liga? El congresista fujimorista Rolando Reátegui, además son miembros varios fujicongresistas. Bastó una llamadita (como en lo del LUM, los caídos ministros de educación, Raúl Tola, el gabinete, etc.) para que el gobierno de PPK y su vergonzosa Cancillería vuelvan a ceder al chantaje, expulsando a Jadiyetu como una delincuente y demostrándonos otra vez que fue Keiko quien ganó las elecciones de 2016.