Ese es el modus operandi, Keiko está cimentando su liderazgo en base al miedo, al espionaje, a la prepotencia y, ahora, a la traición.,La religión y la psicología nos hablan sobre la importancia de proteger a la familia. Cuando Caín mató a su hermano, Dios le dijo: ¿qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clamará desde la tierra, maldito seas, vivirás errante, extranjero y sin fuerza. Por otro lado, la ciencia determina que las familias dictatoriales tienden a producir hijos delincuentes, debido a que, al no ser escuchados, están en una constante búsqueda del poder por la fuerza (esto graficaría a los Fujimori). Lo contrario ocurre con las familias democráticas, ya que, al existir espacios dialogantes, los hijos suelen valorar la armonía y respetar los consensos. Incluso podríamos agregar que hasta entre los delincuentes más avezados existen normas de convivencia, sin embargo, Keiko ha roto todos los códigos por la impotencia ante lo que iba a ser una nueva derrota en votación y traicionó a su hermano hiriéndolo de muerte, como lo hizo con su madre al desplazarla y aceptar ser la primera dama de la dictadura corrupta, como lo hizo con su padre al no buscar de manera genuina su libertad. Ahora pretenderá recuperar a como dé lugar la mayoría absoluta del Congreso mediante los accesitarios de aquellos a los que ha sometido a proceso de desafuero e inhabilitación, entre ellos, Kenji que, quedaría bloqueado para el 2021. Luego de esto irá por Vizcarra, dentro de unos meses de seguro promoverá nuevas interpelaciones a ministros para seguir arrinconando al Ejecutivo y negociar “calma política” a cambio de cabezas de fiscales, jueces, etc. Ese es el modus operandi, Keiko está cimentando su liderazgo en base al miedo, al espionaje, a la prepotencia y, ahora, a la traición. Ella misma se ha referido al hecho de ser una persona fría y distante, y eso es algo que la opinión pública se ha dado cuenta. De terror, ni sus propios congresistas deberían fiarse.