La prohibición de publicidad estatal en medios privados.,El proyecto de Mauricio Mulder para prohibir la publicidad estatal en medios privados recorta el derecho a la información del ciudadano y amenaza a la libertad de expresión. Como ocurre con los malos proyectos, este busca aprobarse en ‘votación express’ sin pasar por comisiones y tras un debate democrático con la participación de expertos y todas las partes relevantes para el tema. Y, como ocurre con las ideas que afectan a libertades y derechos fundamentales, este proyecto se camufla con argumentos atractivos para la gente pero falsos: defender la independencia de los medios ante la injerencia del Estado; y ahorrar recursos para combatir a la pobreza. Si la publicidad estatal se asigna con criterios técnicos y no políticos, es decir, buscando eficiencia y calidad, se quiebra la eventual influencia negativa del Estado. A eso sí debería apuntar la nueva legislación: mejorar la calidad de la inversión publicitaria. Un medio debe blindarse frente a la influencia nociva que pueda generar la publicidad -estatal o privada-, y eso pasa por una salud financiera para estar en mejor capacidad de resistir embates que amenacen la independencia periodística, que es a donde apunta el proyecto de marras. El destino de los recursos públicos es un asunto fundamental, y estos deben tener prioridades vinculadas a la pobreza. Pero plantear, por ello, que se debe eliminar la publicidad estatal en medios privados es tan absurdo como sugerir el cierre del parlamento solo porque varios congresistas son unos papanatas o unos corsarios. Así como hay que plantear reformar para elegir buenos congresistas -inteligentes, honestos-, se debe debatir la manera de asegurar la calidad y efectividad de los recursos asignados a la publicidad, pero no eliminarla. Como señala un comunicado de Ipys, este proyecto afecta la libertad de información como derecho de la población; e, indirectamente, la libertad de expresión a través del uso de prohibiciones estatales proscritas por el artículo 13 de la Convención Americana de Derechos Humanos. El premio Nobel Amartya Sen demostró en su libro ‘La idea de la justicia’ que la libertad de expresión en general, y la libertad de prensa, en particular, son cruciales para combatir la pobreza, comparando los casos de hambrunas en China e India. Pero eso puede interesar poco a un congreso que, en lo que va de este lustro político, ha presentado más de una decena de iniciativas para mellar al periodismo, y esto sucede, principalmente, porque la mayoría de políticos le teme a un periodismo independiente y a una prensa libre.