En su bella película Ran, inspirada en la tragedia de Shakespeare El rey Lear, Akira Kurosawa narra la historia de un señor feudal que, al decaer su poder, decide transferirlo a sus hijos y observa impotente como estos se destruyen entre sí. Hay analistas que ven desde esa perspectiva los conflictos dinásticos que ahora enfrentan a la familia Fujimori. Pero hay una diferencia fundamental: Alberto Fujimori no es el desprendido patriarca que renuncia al poder para cederlo a Keiko y Kenji, sino el protagonista decidido a disputarlo a la hija ingrata que lo mantuvo durante años en prisión intencionalmente, para no perjudicar sus expectativas presidenciales, y que aún ahora saluda a través de su CEN su indulto, añadiendo el sibilino “a pesar de discrepar con la forma en que se logró”. En realidad la liberación de su padre es un contratiempo para Keiko, que puede mellar su autoridad. No en vano movilizó decididamente a sus huestes tratando de vacar a Kuczynski para impedir el indulto que esté preparaba para su padre. Kenji, por otra parte, durante estos años luchó por conseguir la liberación de su padre. Conseguida ésta, su función será defender sus intereses y actuar como instrumento de su juego político en los enfrentamientos que empiezan a desplegarse. En lo inmediato, la correlación en la escena oficial no parece evolucionar favorablemente para Kenji y Alberto. La expectativa de que 15 congresistas más se sumaran a sus filas ha quedado en eso. No parece que hoy hayan más parlamentarios decididos a arriesgarse, enfrentándose con Keiko. 10 parlamentarios no representan una fuerza significativa, así que es poco probable que los albertistas opten por retirarse de FP, con la esperanza de crear una bancada independiente. El grupo alineado con Keiko mientras tanto retoma la iniciativa. Los voceros más vociferantes, como Becerril, Salaverry y Vilcatoma siguen escondidos, pero quienes los reemplazan no son precisamente amistosos con Kenji y su bloque. “El indulto fue en un momento inadecuado”, declara Rosa Bartra, e invita a quienes discrepen a “irse de la bancada”. Luz Salgado también se alinea, a pesar de que ella procede del entorno cercano a Alberto Fujimori: “Si no se sienten cómodos en FP tienen las puertas abiertas”. Las críticas alcanzan a Alberto Fujimori. Miki Torres le aconseja retirarse de la política y dedicarse a su familia, añadiendo un comentario envenenado, impensable hace no mucho, a “los delitos que se pudieron cometer” durante su gobierno. Luz Salgado eleva también el tono de su crítica a Fujimori: “Se ha dado cuenta de que no está libre de errores; en algunos casos, lindando con el delito”. Todo lo cual suscita una lapidaria respuesta, en el inimitable estilo de Luisa María Cuculiza: “No sean babosos, piensen antes de hablar”. Teniendo una correlación en contra en la escena política los albertistas parecen dispuestos a recurrir a la calle. Alberto Fujimori no se cuida de mantener las apariencias, y, de ser un enfermo terminal, se convierte en dos días en un candidato en campaña, lanzando tuits con promesas electorales acerca de lo que piensa hacer “en esta nueva etapa de mi vida que se abre”. Sus partidarios, por otra parte, convocan para el día 12 a una gran concentración, prometiendo buses de ida y vuelta para reclutar manifestantes desde los barrios. Como los táperes han sido patentados por Keiko, tendrán que buscar otro soborno para quienes logren movilizar. Mientras tanto van dos semanas y Pedro Pablo Kuczynski no puede formar un gabinete porque no hay gente que quiera incinerar su credibilidad sosteniendo a un gobierno que está cayéndose a pedazos. Con el indulto PPK ha perdido toda legitimidad para la mitad del país. Añádase a esto la debilidad intrínseca de su partido y que la bancada oficialista está reducida hoy a 15 parlamentarios. A nivel internacional, PPK se ha ganado la condena de la ONU, la OEA, la Federación Internacional de Derechos Humanos, Human Rights, WOLA y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. La Corte Internacional de Derechos Humanos ha convocado para el 2 de febrero a una audiencia que debe pronunciarse sobre la legalidad del indulto. La senda a Japón sigue abierta. Hay crisis para rato. Es muy importante participar en la movilización contra el indulto y la impunidad el jueves 11.