La abrumadora presencia de Fuerza Popular en el actual congreso peruano es una consecuencia lógica del fraccionamiento del territorio nacional en numerosas circunscripciones electorales pequeñas. Si la geografía electoral peruana hubiera sido distribuida en un número menor de distritos electorales de tamaño medio, otro hubiera sido el resultado. Como se recordará, en el caso del distrito electoral único de años atrás podría haber bastado con un voto de diferencia para ganar la totalidad del Congreso. Por lo tanto, los ingenieros electorales abocados a esta tarea debieran pensar sobre todo en los equilibrios de largo plazo: evitar los fraccionamientos ínfimos, de un lado; y las concentraciones abusivas, del otro. A ellos sirven los distritos electorales de tamaño medio. Ni muchos distritos ínfimos ni pocos distritos enormes. Claro que hay muchas maneras de llegar a fórmulas de este tipo. Una de ellas es, por supuesto, la estructura federal con representación igualitaria para todos los estados y proporcional al interior de cada circunscripción. Otra fórmula pasa por diseñar el tamaño de los distritos electorales en base a una dispersión media del distrito que ocupe el tamaño central. Pero cualquiera de estas fórmulas u otras análogas requiere pensar la geografía electoral en el largo plazo, no en las conveniencias individuales del momento. La mecánica actual de la aplanadora solo sirve para establecer dictaduras de distinto plazo y envergadura que vuelve ineficaz el funcionamiento moderado de la democracia, como ha sido señalado hasta la saciedad. La eficiencia democrática requiere en la práctica fuerzas moderadas y moderadoras. Una democracia de formaciones extremistas no puede conducir al éxito como lo demuestra la Alemania de Hitler o la Rumania de Ceausescu. La democracia funciona mejor cuando existe un eje de fuerzas moderadas e intermedias. Sobre esta base funciona la inmensa mayoría de los casi 200 países que, de una manera u otra, fueron adoptando a partir de 1648 el orden de Westfalia. Ello lleva a la conclusión de que la principal amenaza del siglo que empieza con el Brexit y con Bush no radica en tanto en las guerras bilaterales o multilaterales como en la posibilidad de autodestrucción masiva del planeta por razones climatológicas. La abrumadora presencia de Fuerza Popular en el actual congreso peruano es una consecuencia lógica del fraccionamiento del territorio nacional en numerosas circunscripciones electorales pequeñas.