El 19 Congreso del Partido Comunista chino acaba de entronizar el Pensamiento Xi Jinping. La fórmula, que evoca el Pensamiento Mao Tsetung, ha sido vista como el anuncio de un retorno a algunas formas de maoísmo clásico, y como una manera de elevar al actual gobernante chino a los altares históricos mayores de la teoría marxista. Mao adoptó la codificación de sus ideas en un pensamiento sobre todo para explicar y justificar sus diferencias esencialmente chinas con la línea matriz Marx-Engels-Lenin. Era la forma de no ser marxista a secas, y no tener que rendirle pleitesía a una ortodoxia hasta ese momento administrada sobre todo por los soviéticos. Deng Xiaoping mantuvo la fórmula, en parte para mostrar que estaba enfrentando un pensamiento a otro y en parte para hacer notar que era el igual de Mao. Pero luego lo del pensamiento se dejó caer. Los nuevos gobernantes estaban contentos de ser tecnócratas distantes de las cuestiones más bien talmúdicas del marxismo. Lo importante había pasado a ser, como dijo Deng, cazar ratones. Es decir enriquecerse como sociedad y como nación. La idea de un pensamiento encarnado en una persona iba a contrapelo de las necesidades de las diversas aperturas al mundo y a la modernidad. Evidentemente ese contrapelo ya no es sentido como tal, y es la hora de maoizar al dirigente máximo. En el Perú Abimael Guzmán adoptó la fórmula de un Pensamiento Gonzalo (el suyo) para remachar su identificación con las ideas de un Mao Tsetung caído en desgracia, y para crear un cuerpo de doctrina incuestionable, definido como un mito subjetivo. También aquí la cosa es ubicarse a la cola de una línea de grandes figuras del marxismo. Eso mismo está dicho en la definición de Guzmán como “la cuarta espada del marxismo”, algo que un dirigente del maoísmo brasileño también había practicado. Sin embargo, a diferencia de Mao y Deng, Guzmán no le aportó realmente nada a la teoría marxista, un club donde la verdad y corrección de las ideas solo se comprueba por el éxito. Una frase clave del Pensamiento Xi Jinping está en “un socialismo con características chinas”. La idea no es nueva, pero apunta a una preocupación de los gobernantes a lo largo de la apertura iniciada en 1972. El capitalismo ha sido su herramienta de expansión, pero el socialismo es su refugio seguro. Una frase clave del Pensamiento Xi Jinping está en “un socialismo con características chinas”.