Partido de la chambonada, mucho músculo, poco seso.,No es la primera vez que le pasa, ni seguramente será la última, pero, por falta de estrategia, el gran poder derivado del tamaño de su bancada se vuelve un bumerán que desprestigia a Fuerza Popular, como volvió a suceder con la bravata antidemocrática de Luis Galarreta contra la libertad de expresión. Justo él, que durante el primer año de este lustro político se comportó como un congresista salvaje y desaforado que embestía contra todo lo que pasaba por delante, algo que explica por qué Keiko Fujimori lo nombró presidente del congreso, aunque luego su nuevo puesto lo obligara a admitir que requería empezar a portarse como un caballero. Pero a la primera que puede, con más músculo que seso, don Galarreta se manda con todo y, en vez de solo criticar a Rafo León por su artículo, lo cual era legítimo, organiza un boicot publicitario contra un medio que exhibe a nada menos que el presidente del congreso como un prepotente antidemocrático que lleva a recordar al fujimontesinismo que prostituyó al periodismo en los noventa. Y cuando se hace evidente su prepotencia, recula y miente para decir que no dijo lo que todos escucharon que dijo. Error tan grave como el que FP cometió con los audios trucados en el tramo final de la campaña electoral y que le costó votos decisivos pues hizo recordar a Montesinos, aquel de quien Galarreta dijo, en una entrevista, que recién llegó al poder en la mitad del gobierno de Alberto Fujimori. Pero Galarreta no es la única expresión del desatino que cotidianamente domina a FP. Ponen a Alejandra Aramayo a defender un proyecto contra los medios y resulta que antes usó un canal de TV como instrumento de extorsión; nombran presidenta de la comisión de la mujer a una justificadora de la violencia contra la mujer; sueltan al ruedo a Karina Beteta como vocera espontánea y cada vez que abre la boca o lanza un tuit produce carcajadas; el médico del grupo es Bienvenido Ramírez, quien más bien parece un chamán; Héctor Becerril se las da de abogado para acorralar a PPK, pero con la destreza jurídica de un tramitador de Azángaro; se ponen a censurar ministros, y su prepotencia se desnuda en el chat Mototaxi; quieren reforzar el liderazgo de Keiko, pero con una expulsión a Kenji que los hará más frágiles; plantearon la insensatez de querer aplicar su plan de gobierno desde el congreso, pero más que propuestas exhiben mazazos. Por falta de estrategia, antes que Popular, su Fuerza parece bien pero bien Bruta. Es un partido de la chambonada, con más músculo que seso.