Mercedes Aráoz. Quizás hoy es la única política, aparte de Gilbert Violeta, que da la impresión de estar pensando en un futuro electoral desde Peruanos por el Kambio. Ciertamente se ha ubicado favorablemente en una encrucijada de varios partidos. La cuestión ahora es cuánto tiempo puede hacer durar la coyuntura con su gabinete dual. Héctor Becerril. Por nada suelta su fama de peleón, y ahora de paladín de los comisión Lava Jato. Extraña la mototaxi imperial, y se conduce como si nada hubiera cambiado. Pero su forma de conducirse contrasta cada vez más con la del resto de la bancada. Por algún motivo necesita esta oscura prominencia, para no perder su norte político. Kenji Fujimori. Las amenazas de expulsión de Fuerza Popular, los tiros directos del fujimorismo contra Alberto Fujimori, las dilaciones en el indulto, una cierta moderación en la bancada, y algo de sobreexposición le están pasando la factura a su imagen de disidente. Sus rivales se han puesto al día, y él no tiene una nueva estrategia, que se sepa. Keiko Fujimori. Su perspectiva está cambiando. Mantener junto Fuerza Popular a mediano plazo se ha vuelto un tema. De pronto han aparecido los mototaxistas, los evangelistas, los regionalistas, los apellidistas, keikistas, albertistas y kenjistas, como tendencias con ideas propias, aunque no todos las suelten con pareja vehemencia o sinceridad. Pedro Pablo Kuczynski. Recuperando puntos de aprobación. Su bancada respira más tranquila. El nuevo gabinete y la presentación de Mercedes Aráoz ante el Congreso le han hecho bien. Todo indica que ha empezado a presidir una recuperación económica en serio, aunque falta ver cómo va a convertir eso en más puntos políticos. Mauricio Mulder. De pronto ha empezado a aparecer como un político con proyecto propio, dentro y fuera del Apra. Sus entrevistas ahora incorporan más distancia frente a FP (se siente obviamente incómodo con la comisión Lava Jato hoy), críticas algo más filudas a sus compañeros del Congreso, incluso ensaya conatos de simpatía y buen humor. Jorge Nieto. Su cura de silencio y su perfil deliberadamente bajo están terminando. Ahora el nuevo gabinete y la tregua le han abierto un espacio, que incluye relaciones propias con la oposición. Su lugar en la cola para la PCM, rumoreado desde que llegó al gabinete, puede empezar a tener más asidero en el año 2018.