Nadie quiere al Congreso y nadie toma en serio las investigaciones que se realizan en sus distintas comisiones o grupos de trabajo. Ollanta Humala no recibió a la Comisión de Fiscalización que fue hasta la Diroes para indagar la muerte de Emerson Fasabi, mientras que Nadine Heredia solo guardó silencio. Pero este es solo un ejemplo. Quizás uno de los grupos de trabajo que más revuelto ha causado desde su conformación fue el que investiga el caso Lava Jato en el Congreso. Uno de los anteriores presidentes de esta comisión, el ex congresista Juan Pari, presentó un informe que nunca fue revisado en el Pleno y que, ahora sabemos, contenía muchas de las cosas que han ido saliendo a la luz. Actualmente, esta comisión no está exenta de polémica, pues la congresista Rosa Bartra viene encabezándola con una tarea poco fácil: la de ser fujimorista e investigar al fujimorismo. No se puede ser juez y parte, ¿no es lo que se suele decir? Pero bueno, Keiko Fujimori que, por cierto, ya dio sus descargos (aunque no convenzan a nadie), no ha sido la única citada. El presidente Pedro Pablo Kuczynski está en la lista de invitados y ha vuelto a afirmar que no recibirá a los miembros de esta comisión en su despacho; sin embargo, esta vez ofreció enviar respuestas escritas a preguntas específicas. Nadie quiere al Congreso… pero esto no es gratuito. De hecho, que los congresistas sean juez y parte o que hayan informes –como el que elaboró Juan Pari– que, finalmente, no se discutan, son algunas de las razones. La Comisión de Ética, de hecho, acaba de abrirle una investigación a su propio presidente, el fujimorista Juan Gonzales, por presuntamente haber aceptado regalitos de su compañera de bancada Yesenia Ponce quien, a cambio, le habría pedido que archiven su caso en torno a sus supuestos irregulares certificados de estudios. Y digo “presuntamente haber aceptado” y “supuestos irregulares” por si acaso Luis Galarreta vaya a leer este artículo. Hablamos del presidente de la Mesa Directiva del Congreso, pues anda amenazando a la prensa por caricaturas o sátiras que no le han gustado mucho…cualquiera diría que no tiene nada mejor que hacer, ¿no? En fin, nadie quiere al Congreso y no solo lo dicen los hechos ya descritos, sino también las cifras. Una de las últimas encuestas arrojó un 19% de aprobación al Congreso y, de hecho, GfK reveló hace poco que el 73% de la población buscaría votar por partidos distintos a los que actualmente nos “representan”. Como vemos, nada difícil imaginar por qué.