En estos días no se ha prestado mucha atención a los ministros que han permanecido en el gabinete. Quizás la idea es que no son noticia, lo cual es en parte cierto. Sin embargo ellos han sobrevivido reales intentos de palanquearlos, individualmente y en conjunto, de dentro y de fuera del gobierno. Eso algo quiere decir. Por lo pronto quiere decir que descansarán de los reflectores políticos un tiempo, lo que demore en establecerse la verdadera relación Ejecutivo-Congreso. Pero a la vez van a tener que adecuarse al estilo de la nueva coordinación desde la PCM, e integrarse a una nueva dinámica en el Consejo de ministros. Mercedes Aráoz necesita resultados rápidos, y propuestas frescas y convincentes que presentar al pleno del Congreso de aquí al próximo mes. No bastará, pues, a los sobrevivientes sostener que siguen con el buen trabajo. Deben poner en evidencia que están remozados, o si se prefiere refrescados, por la nueva administración. Pero las principales respuestas rápidas que se necesita están en la cancha de los nuevos ministros: reactivación económica, reconstrucción post-El Niño costero, avance en los casos de corrupción, estabilización de los conflictos en la educación y la salud. Los demás ministerios funcionarán como un telón de fondo político. Sin embargo la de los antiguos no es una calma perfecta. Algunos ministros se salvaron del despido por la urgencia del trámite. El apremio de Pedro Pablo Kuczynski por iniciar su gira hizo que simplemente varios de los cambios tuvieran que ser postergados hasta una mejor oportunidad. Aráoz acaso también tendrá algo que decir sobre el tema. Aunque la primera ministra ha sido clara en su deseo de seguir con las políticas sectoriales trazadas por el gobierno. Lo cual también puede ser tomado como una advertencia a los recién llegados: las políticas de Estado corresponden a PPK, deben ser respetadas, y luego manejadas con cuidado. En nuestro balance de pérdidas y salvatajes individuales, la baja más sensible en términos operativos fue Fernando Zavala, y la permanencia más importante ha sido Carlos Basombrío. Este último es quizás el único que ha logrado darle un giro de 180° a la política de su sector, con avances lentos pero reales, y en eso nunca vistos.