Con 547,300 visitantes, la Feria Internacional del Libro de Lima, FIL, 2017 ha superado el récord de Mistura 2012, que tuvo 506,531, una cifra que no volvió a alcanzar. Este éxito ha producido satisfacción, creado expectativas y dejado algunas preguntas sobre la evolución del negocio del libro en el Perú. Las señales de un auge en la lectura están entre nosotros desde hace algún tiempo: mayor celebridad de los autores locales, surgimiento de una curiosidad menos parroquial, multiplicación de los bestsellers, creciente ubicuidad de los puntos de venta de libros, aumento del número de editoriales y de lectores. Entre los factores que ayudan están: más dinero en el bolsillo de mucha gente, tecnología y nueva escala de la demanda que han abaratado la producción de libros, el ingreso de las obras locales a circuitos internacionales de promoción (un verdadero star system), más las campañas públicas y privadas por la lectura. Desde los Festivales del Libro de los años 50 sabemos que la oferta de libros tiene capacidad de atraer multitudes, a las que en cambio rara vez se ve en las librerías. Los peruanos de esa época hicieron sus colas y llenaron sus estantes de libros esenciales, que en muchas casas todavía están allí. En lo del éxito de su FIL el Perú no está solo. La feria de libros hoy triunfa en numerosas ciudades del mundo, y la International Publishers Association considera que ella tiene “un rol vital en la publicación”. Algunas instituciones peruanas que editan venden más en los días de la feria que en el resto del año. Aunque hay matices en el asunto de los libros. Salvo las conocidas excepciones, las tiradas y los públicos para la gran mayoría de los títulos son bastante reducidos. Los precios han venido mejorando, pero ser un lector-comprador dedicado supone un significativo presupuesto. Las bibliotecas todavía son escasas, pobres y desactualizadas. Sin embargo el entusiasmo por acudir a la FIL es una fuerza cultural en sí mismo. La feria como institución está expandiéndose por todo el país. Por lo pronto hay una importante que se inaugura en Huancayo a fines de esta semana, y otra en Cusco un par de días después. El país dedicado a voltear las entretenidas, las instructivas páginas.