El asedio, que lleva una semana, busca evitar que la mercaderí­a ilegal salga de Sabaya, un caserío a 280 kilómetros al suroeste de La Paz, a cuyos vecinos la Aduana los instó a que entreguen los camiones a cambio de levantar el cerco y retirar las demandas legales en su contra., Parece una escena de guerra: un helicóptero del ejército sobrevuela apuntando a camiones repletos de mercaderí­a de contrabando mientras policí­as y militares mantienen un cerco armado en torno de una remota aldea aymara en el occidente de Bolivia. PUEDES VER: Las rutas del contrabando en el Perú "Estamos pensando tirar la mercaderí­a en la carretera, que se la lleven y que se vayan", dijo el alcalde Pablo Villca a The Associated Press. A sólo 30 kilómetros de la frontera con Chile sobre una carretera por la que circula el comercio legal e ilegal, Sabaya es un pueblo con más casas que habitantes en medio del altiplano desértico. Poco más de 100 personas viven en la aldea, en su mayoría ancianos, pero 50 camiones con ropa usada y línea blanca se esconden detrás de paredes de adobe y en patios. Las autoridades dicen que los contrabandistas aprovechan la pobreza de la gente, les pagan para ocultar la mercadería y se marchan a la espera de sacar la carga en secreto hacia las ciudades. "La gente no sabe de quién es la mercaderí­a, sólo dice que los contrabandistas dejaron sus cajas a cambio de una paga. Se aprovechan dela gente", dijo Grober Flores, presidente de los vecinos. Hasta ahora la policí­a y el ejército han evitado una intervención por temor a una reacción violenta de los pobladores. La semana pasada vecinos expulsaron a pedradas a agentes y en 2003 un policía aduanero fue secuestrado y asesinado en el lugar por contrabandistas. Su cuerpo nunca fue hallado. Según la Aduana, cada año ingresan a Bolivia mercaderías de contrabando por unos 1.000 millones de dólares, en su mayor parte desde Chile.