De fabricar trompos a desarrollar softwares: el matemático peruano que tenía una vida en Italia, pero prefirió ser docente en la UNI
El profesor Carlos Bazán compartió su recorrido, que abarca desde sus inicios en un pequeño pueblo de Cajamarca hasta su decisión de regresar a Perú después de vivir en Italia. ¿Qué lo motivó a dejar atrás una vida en Europa para dedicarse a la educación en su país?
La Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) es una de las instituciones académicas más prestigiosas del Perú, destacada por su excelencia en la formación de profesionales en áreas como ingeniería, matemáticas y arquitectura. Fundada en 1876, ha sido clave en el desarrollo de la ciencia y la tecnología en el país, formando a numerosos líderes que han marcado la pausa en diversos campos.
Uno de ellos es Carlos Bazán, matemático y docente en la UNI, quien brinda un testimonio de superación y pasión por la enseñanza, en una entrevista exclusiva con Enrro24. El profesor compartió su recorrido, que abarca desde sus inicios en un pequeño pueblo de Cajamarca hasta su decisión de regresar a Perú después de vivir en Italia. ¿Qué lo motivó a dejar atrás una vida en Europa para dedicarse a la educación en su país?
¿Cómo comenzó la vida académica de Carlos Bazán en su pueblo natal de Cajamarca?
Carlos Bazán nació en Llallán, un pequeño pueblo ubicado en la zona baja de Cajamarca, donde la educación no era accesible para todos. En ese contexto, su primer contacto con la escuela fue en su propio pueblo, donde cursó hasta el tercer año de primaria. Sin embargo, la oferta educativa en su localidad era limitada, por lo que, al llegar al cuarto año de primaria, su familia lo envió a otro poblado cercano.
Este fue el comienzo de un proceso de alejamiento de su familia y, al mismo tiempo, de adquisición de independencia. "Cada vez me fui alejando de mi familia y fui tomando independencia", recuerda Bazán sobre aquellos años, que fueron clave en su formación personal. El traslado de un pueblo a otro continuó durante su educación primaria, hasta que finalmente completó los estudios de primaria en varias localidades cercanas.
La falta de una secundaria en los pueblos donde vivió le obligó a tomar una decisión importante sobre su futuro educativo. A pesar de las dificultades, Carlos Bazán nunca perdió el impulso de seguir aprendiendo.
¿Qué lo motivó a mudarse a Chiclayo y estudiar una secundaria técnica como ebanista?
La falta de secundaria en los pueblos cercanos obligó a Carlos Bazán a mudarse a Chiclayo, donde su padre lo inscribió en un colegio de artes de oficio. En ese entonces, el aquel joven Bazán no tenía claro qué rumbo tomar en la educación, pero pronto se inclinó por la carrera técnica de ebanistería. "Estudié secundaria técnica, fui ebanista y hacía ya mis primeros productos", cuenta con cierto orgullo sobre los primeros pasos en su vida profesional.
Durante ese tiempo, también comenzó a incursionar en la fabricación de trompos, un oficio que lo ayudaba a generar ingresos. "Torneaba trompos y vendía", recuerda, destacando cómo, a una edad temprana, ya se sentía parte activa de la economía local. A pesar de su enfoque en el oficio, Bazán no dejó de pensar en un futuro más amplio.
Sin embargo, un giro inesperado llegó cuando, por casualidad, recibió la carta que cambiaría el rumbo de su vida: una beca para estudiar en Lima. Este evento marcó el comienzo de una nueva etapa educativa que lo alejaría del oficio de ebanista.
Enrro24 entrevistando al profesor Carlos Bazán. Foto: captura de pantalla/Enrro24/YouTube
¿Cómo descubrió Carlos Bazán la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) y qué desafíos enfrentó para ingresar?
Fue en Lima, al llegar al Politécnico José Pardo, donde Carlos Bazán comenzó a explorar nuevos horizontes académicos. En ese momento, el aquel joven se dio cuenta de que sus intereses iban más allá de la ebanistería. “Dije: 'No, yo ya no quiero ser ebanista, quiero construir casas, me gusta más eso'”, recuerda.
Su elección fue la especialidad de construcción, lo que lo llevó a trabajar en una oficina de arquitectos como dibujante, donde pudo aplicar sus conocimientos en diseño. “Comencé a ser un técnico de mando medio. Comencé a trabajar en una oficina de arquitectos, luego del primer año y ya era dibujante”, narra Bazán sobre sus primeros pasos en el ámbito profesional. No obstante, fue un colega quien le abrió los ojos a una posibilidad más ambiciosa. "Me dice: 'Voy a postular a la UNI'", relata Bazán, quien, al no conocer la universidad, se mostró intrigado.
Este fue el momento clave en el que Bazán decidió postular a la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), aunque su preparación era limitada. Con el tiempo, logró ingresar a la UNI, donde comenzó su formación en Matemáticas, una carrera que marcaría el inicio.
¿Qué experiencias laborales y educativas vivió Carlos Bazán antes de decidir irse a vivir en el extranjero?
Tras terminar sus estudios en la UNI, Carlos Bazán comenzó a trabajar como profesor, lo que se convirtió en su principal fuente de ingresos. Sin embargo, las dificultades económicas lo llevaron a buscar nuevas oportunidades. Encontró un trabajo en Chimbote, donde las condiciones laborales mejoraron, y luego regresó a Lima para seguir su carrera docente, alcanzando el cargo de profesor asociado en la UNI.
A pesar de estos avances, la situación económica lo impulsó a trabajar en un país caribeño en una institución educativa. Tras su regreso a Lima para sustentar su tesis de maestría, un problema burocrático lo hizo ser dado de baja por inasistencia, a pesar de que estaba de vacaciones. "La burocracia es la burocracia", señala con resignación. A pesar de los obstáculos, el peruano continuó su carrera educativa con determinación.
¿Por qué Carlos Bazán eligió regresar al Perú y convertirse en docente en la UNI después de haber vivido en Italia?
Después de vivir varios años en Europa, Carlos Bazán decidió regresar a Perú. Aunque sus amigos en Italia le pidieron quedarse, Bazán sintió que era el momento de volver a su país. "Mis amigos en Europa me pidieron que me quede. Yo vine dejando un trabajo allá", comenta, subrayando el dilema al que se enfrentó.
Su regreso a Lima coincidió con un encuentro clave con un amigo, quien lo invitó a postular a un puesto en la UNI. "¿Vas a volver a (nombre de su trabajo en Italia)? No te vayas, Carlos, te vas a morir de hambre. No, quédate acá, vas a empezar a trabajar acá en la UNI", le dijo, instándolo a aprovechar la oportunidad.
Después de una entrevista y un pequeño examen de computación, Bazán fue aceptado como docente en la UNI. Desde entonces, lleva nueve años enseñando Programación Orientada a Objetos y Sistemas Operativos en la Facultad de Ciencias. "Me gusta mucho el contacto con los estudiantes", afirma, resaltando el vínculo que ha creado con las nuevas generaciones de matemáticos e ingenieros.