Sociedad

¿Está capacitado el Estado para asistir y proteger a niños y niñas víctimas de violencia sexual?

Cuando una niña, niño o adolescente es víctima de agresión sexual, instituciones como el Ministerio de la Mujer y el Minsa activan sus mecanismos de apoyo hacia la persona vulnerada. Sin embargo, ¿qué sucede con las víctimas tras la saturación de casos?

Si conoces a alguien o eres víctima de hechos de violencia familiar o sexual, puedes comunicarte de manera gratuita a la Línea 100 del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables. Foto: composición/MIMP/La República
Si conoces a alguien o eres víctima de hechos de violencia familiar o sexual, puedes comunicarte de manera gratuita a la Línea 100 del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables. Foto: composición/MIMP/La República

Según la Ley N° 30364, el Estado peruano debe prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres e integrantes del grupo familiar, reparar el daño originado a causa de la agresión, sancionar a la o las personas responsables, así como garantizar una vida plena y libre de violencia a las víctimas.

En ese sentido, los Centros Emergencia Mujer (CEM) y los establecimientos de salud (EE.SS) vienen cumpliendo esta labor en favor de brindar atención a aquellas mujeres que sufren abusos. No obstante, pese a ser un soporte de primera mano, ¿qué sucede después con aquella persona vulnerada?, ¿hasta cuándo pueden recibir atención por parte del Estado?

“Una vez que ya fue víctima de violencia sexual, el Estado tiene la obligación de brindar servicios especializados en salud y en justicia, que también alcanza la reparación que requiere la víctima”, refirió Cynthia Silva, directora de Demus.

En esa línea, la también abogada y docente de género señaló que, si bien existen servicios de acompañamiento jurídico para las víctimas, hasta el momento, hay una saturación de delitos de violencia.

“No hay suficientes abogados o abogadas que puedan hacerse cargo de los casos. Entonces, los pocos que hay reciben muchísimos casos y eso afecta la calidad de sus servicios en su atención para todas las que llegaron a alcanzar un cupo para ser asesoradas”, remarcó Silva en diálogo con La República.

Por su parte, la psicóloga del centro Flora Tristán, Sabina Deza, agregó que los CEM constituyen espacios muy importantes para que la mujer pueda denunciar y sea atendida con equipos multidisciplinarios. No obstante, “desde el punto de vista del abuso sexual infantil, el problema es que no hay programas que estén realmente diseñados y que atiendan a estas víctimas de acuerdo a sus necesidades”, señaló la especialista.

Derechos para el acusado

Por otro lado, uno de los graves problemas por los que las sobrevivientes no acceden a la justicia se debe a que, dentro del proceso judicial, hay que velar por el imputado para que “pueda ser asistido en todos sus derechos y no haya nulidad en el transcurso del proceso y las condenas se puedan dar de manera incuestionada”, puntualizó la legista a este medio.

“Cuando no hay abogados que puedan hacerse cargo de la defensa de estos imputados, incluso de defensa pública, que es su derecho a tener, los casos se retrasan y las víctimas no están en condiciones de seguir el ritmo de un proceso que no está pensando en ellas. (...) Entonces muchas de ellas abandonan los casos, ya no van a dar su declaración y con eso la Fiscalía se queda sin pruebas y los casos se quedan en la impunidad”, lamentó.

La importancia del acompañamiento psicológico en todas las etapas

De acuerdo a la Ley N° 30364, el servicio de salud brindado a víctimas de violencia se tiene que dar hasta que la persona se recupere. Al respecto, Cynthia Silva remarca que “la ley es clara y dice hasta su recuperación, (...) para mujeres en todas las etapas de su vida”.

En esa línea, la experta en salud mental, Sabina Deza, hace hincapié en el acompañamiento en las diversas etapas de la vida de un niño o niña que sufrió agresión sexual.

“Necesitan una atención inmediata, pero es a través del curso del desarrollo, es una atención que va a cruzar las distintas etapas del desarrollo. No es tan solo cuando tiene 3, 4, 5 años, sino en la medida que va desarrollando su capacidad de comprender lo que ha sucedido, va a ir variando. (...) Realmente el trauma que se les provoca a los niños y niñas no es algo que requiera de un año de terapia o atención, sino hay que hacer un seguimiento”, mencionó Deza.

¿Hay o no seguimiento en los casos de violencia sexual hacia menores?

Cynthia Silva considera que no se viene realizando algún seguimiento por parte del Estado y sus órganos de acción ante casos de violencia sexual a menores de edad. “Los CEM están saturados, deberían ser ellos un acompañamiento que favorezca a la víctima (y así) puedan verificar que, efectivamente, están recibiendo los servicios de salud”, precisó.

En esa línea, la directora de Demus declaró que los CEM, según su experiencia, pueden tener una respuesta rápida en los primeros momentos de la denuncia. “Toman conocimiento de un caso, acompañan a la víctima a denunciar, hasta piden la medida de protección. Luego de ello ya no tienen la capacidad de hacer seguimiento. Ya no tienen más espacio por la gran carga laboral”.

La importancia de recibir atención especializada

Según lo que refirió la especialista del centro Flora Tristán, Sabina Deza, aquellos profesionales que acompañen a las y los sobrevivientes de abuso sexual “deben ser psicólogos que estén debidamente entrenados, sensibilizados, comprometidos, con programas que sean acorde a nuestra realidad”.

“En las distintas etapas del desarrollo se dan diferentes objetivos que tienen que lograrse, pero básicamente (el objetivo es) que esa niña, luego adolescente, y luego mujer, no viva atormentada por el trauma de lo que le sucedió”, señaló.

Seguimiento permanente

El seguimiento tiene que ser continuo y debe estar abierta la posibilidad para que la víctima pueda recurrir a los servicios las veces que lo necesiten en realidad.

“Es posible la recuperación, sí. Pero hay que implementar las acciones necesarias para que esto sea algo real”, finalizó Deza.

Canales de ayuda

Si conoces a alguien o eres víctima de hechos de violencia familiar o sexual, puedes comunicarte de manera gratuita a la Línea 100 del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, que cuenta con un equipo especializado en brindar información, orientación y soporte emocional.

Además, la Línea 100 tiene la facultad de derivar los casos de violencia más graves a los Centros Emergencia Mujer (CEM) o al Servicio de Atención Urgente. Este servicio atiende las 24 horas, todos los días del año (incluye feriados).