Un regreso desigual a las escuelas
Clases no serán presenciales en todos los colegios públicos. Algunos las harán virtuales. Hay problemas en infraestructura, transporte, baños, alimentación y distribución de materiales. Distanciamiento de un metro divide aulas en turnos. Maestros preocupados por exceso de alumnos si se abre al 100%.
Todos los sábados, los hombres y mujeres quechuahablantes de Curahuasi, en Apurímac, viajan dos horas desde sus anexos para limpiar el colegio de sus hijas. Barren, reparan paredes, cortan la maleza del jardín. Ellos construyeron la escuela Inmaculada y ellos la recuperan. No hay suficiente personal de limpieza, tiene un solo baño, y faltan aulas. Ahí volverán dos años después sus 450 alumnas: las que trabajan como empleadas del hogar, las que viven solas con sus bebés, las que pasan a primero de secundaria sin saber leer ni escribir. Curahuasi es zona urbana, pero no de Lima. A veces, su directora Elizabeth Olivera siente como si tampoco perteneciera al Perú. “La realidad fuera de la capital es dura”.
Regresarán mañana porque no pueden seguir en la virtualidad sin equipos. Un grupo, primero, ingresará a las ocho, otro lo hará en la siguiente hora y así hasta atender a todas en aulas, en la biblioteca o en el comedor. Usarán el único baño; los otros pasaron a ser almacenes ante la falta de espacios. Los padres pidieron el retorno porque no vieron avances en el aprendizaje. Los docentes han aceptado, aunque dicen tener miedo. La directora busca recursos, pruebas covid y capacitaciones, sin respuesta. Antes de la pandemia, la escuela secundaria necesitaba 20 salones, ahora 40.
Este mes, en medio de la mayor crisis educativa del último siglo, ocho millones de estudiantes de inicial, primaria y secundaria alistan su retorno a más de 100 mil escuelas. Casi el 80% son de públicas, las cuales pueden abrir hasta el 28 de marzo. El Ministerio de Educación (Minedu) asegura que mañana arrancan en 18 regiones. También dice que la prioridad será la presencialidad; es decir, la asistencia diaria de lunes a viernes, y que el 90% de colegios ya está acondicionado para eso. Sin embargo, La República ha identificado casos en los que el regreso será semipresencial (con virtualidad) o incluso aún no se dará por problemas en infraestructura o servicios básicos como el agua.
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En SMP. Mañana se iniciarán clases, pero de forma virtual por el riesgo de las obras que recién se ejecutan en las tuberías. Foto: difusión
No todos vuelven a las escuelas en las mismas condiciones. El retorno es desigual entre los colegios privados con más recursos, los de bajo costo y los públicos. En estos últimos, casi el 40% requiere sustitución total. Además, sufren por la poca ventilación, la ausencia de protocolos en el transporte público y la deficiente distribución de los materiales educativos.
A esto se suman restricciones –hoy en debate– como el distanciamiento de un metro, cuya obligatoriedad reduce el aforo en salones; y la suspensión de alimentación Qali Warma en escuelas, agrega el sociólogo José Carlos Vera, exdirector de gestión descentralizada del Minedu. “La norma debe ser flexible para que quienes puedan volver al 100% sin distanciamiento lo hagan y solo en locales sin buena ventilación se opte por lo semipresencial. Hoy es limitante y contribuye a la desigualdad”.
“Un problema con 100%”
En medio de las carencias, cada director ha armado un rompecabezas de horarios y docentes. En el Nº 2051 El Progreso, de Carabayllo, un aula se dividirá para dos grupos. Uno asistirá tres veces a la semana y otro dos, más una sesión virtual. Los docentes irán de lunes a viernes. “Pero será un problemón cuando se vuelva al 100% porque hay aulas que han llegado a 50 alumnos. Será antipedagógico tener tantos escolares”, afirma un profesor.
En el Nº 2178 Santa Rosa de Cañete evalúan la semipresencialidad, también porque hay salones con 35 matriculados. “Sería imposible atender en un solo turno al 100%. Debemos ver que no se aglomeren”, cuenta otro maestro. En tanto, en San Martín de Porres, los 630 niños del colegio Nº 2082 Héroes del Pacífico empezarán sus clases mañana, pero de forma virtual. Según los padres, solo se contaba con agua hasta el mediodía porque no tenían conexión propia. Tras 4 años de sus reclamos y los del director, ya se instalan redes nuevas. El frontis del colegio es una zanja. “No se puede arriesgar a los niños”. Esperan abrir el siguiente lunes si culminan las obras.
Carencias. En varias comunidades de la selva, el agua se obtiene de pozos o con tubos. Solo queda adecuar protocolos. Foto: difusión
Solo 7.492 escuelas públicas tienen agua (red pública, cisterna o pozo), desagüe, energía e internet juntos. En tanto, en el otro extremo, están las 21.718 con infraestructura en riesgo por décadas de abandono, y más de un millón de alumnos. Entre las regiones con más casos figuran Cajamarca, Puno, Ayacucho y Áncash, según el registro oficial al que tuvo acceso este diario.
Sandra Carrillo, investigadora del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), subraya la diversidad y desigualdad del sistema educativo, donde están los privados con más recursos, que pueden abrir más aulas, tener horarios flexibles y contratar docentes; pero también los públicos de zonas periféricas con más hacinamiento, problemas de inseguridad o alimentación.
“No debería haber colegios cerrados, pero eso no quiere decir que dejemos de lado lo semipresencial que vino para quedarse. No puedo decir al 100% todo porque debe ser gradual, son muchos estudiantes y territorios”, dice la experta en políticas públicas. Añade que frente a las condiciones de escuelas con menos recursos y mayor propensión al contagio, se debe considerar el distanciamiento, control de aforo, y seguridad para los niños. “No porque tienen más precariedad, se acomodan. La escuela debe ser muy seria”.
En Apurímac. Madres de Curahuasi remodelan los ambientes ante la falta de personal de limpieza y la necesidad de más aulas. Foto: difusión
Terremoto y libros
La Amazonía vive esa precariedad. Hace un mes, el país volteó a ver a Condorcanqui, una de las provincias con mayor población awajún, tras un temblor de 6,8. Hoy quedan los daños en escuelas como la Nº 16296 que, pese a ser urbana, tiene paredes y baños con rajaduras. Abrirán el próximo lunes por turnos porque sus aulas no pueden agrupar a 30 niños con un metro de distancia. “Esta escuelita será construida en otro lugar, porque no tiene espacio para ser moderna”, dice su directora Rubertina Quiroz.
Sin embargo, los mayores daños están en centros poblados, a horas de viaje por río, como Galilea o Urakuza. Ahí, unos 280 niños tendrán que estudiar en locales prestados.
Según el titular del Minedu, Rosendo Serna, a Amazonas recién se están trasladando aulas prefabricadas y en Cajamarca no se ha avanzado en mejorar la infraestructura por las lluvias.
En Amazonas. En El Cenepa se adecúan aulas ante la falta de infraestructura, servicios básicos y docentes EIB. Foto: difusión
Otra dificultad en la selva es la dotación de material educativo. Este pasa del Minedu a las UGEL, y de estas a las escuelas. José Carlos Vera recuerda que en años anteriores, el avance era de 70% u 80% a nivel nacional. Sin embargo, ahora se reporta 48% y en regiones como Loreto 18%. “Hay un riesgo, levantaría una alarma sobre ello”.
El director de la UGEL Condorcanqui, Hugo Wipio, señala que ellos ya han iniciado la distribución de material, contratación docente y protocolos para más de 30.000 alumnos, pero hay otras necesidades: técnicos de enfermería que visiten las escuelas para prevenir el Covid-19 y profesores de Educación Básica Intercultural Bilingüe (EIB).
Atención al transporte
En esa provincia, las últimas escuelas abrirían el 21 de marzo. Ese mismo día, en Lima, José C., de 16 años, se levantará a las siete, desayunará, se pondrá su uniforme, mascarilla, descenderá cinco cuadras hasta la avenida Túpac Amaru, en Comas, y abordará una combi llena de pasajeros. Luego bajará y subirá a una mototaxi. Llegará al colegio público San Agustín en el primer día de su último año escolar. Y no reconocerá a nadie.
En zonas urbanas, el transporte público y la seguridad son temas complejos que urge atender, según expertos. La ATU de Lima y Callao ha aprobado lineamientos para la movilidad escolar, que incluyen ventilación, vacunación y 100% de aforo, pero no hay un protocolo para cústeres, combis, micros.
En tanto, el ministro Serna ha dejado abierta la posibilidad de que, a partir del 28 de marzo y según el avance de la pandemia, se adecúen y corrijan los protocolos. “Si las cifras continúan favorablemente (...,) es posible que logremos un aforo del 100% en las aulas, sin limitaciones de distanciamiento”.
Sandra Carrillo hace un llamado a flexibilidad y gradualidad, pero tomando en cuenta los diferentes contextos y necesidades. También se necesita la voz de todos los padres, no solo de los que tienen poder o visibilidad. “Es importante que el sistema educativo se vincule con eso”. El regreso no siempre será una fiesta si se vuelve a lo mismo, a lo desigual.
Riesgo. El municipio de Independencia alertó de que 41 colegios, entre ellos el República de Colombia, tienen serios daños. Foto: difusión
Todavía hay brechas en la vacunación
En agosto del 2021 se declaró en emergencia el sistema educativo y en febrero último se creó la Comisión Multisectorial para el retorno a clases; sin embargo, aún no se oficializan sus avances.
El 97% de docentes tiene una dosis, 95% la segunda y 69% la tercera. El Minedu dice que se trata de una obligación “moral”. En Apurímac, alertan de que por creencias religiosas algunos maestros la han rechazado. En tanto, para los escolares no es una condición. Solo el 50% de menores de 11 años tiene una dosis.
El Minedu dice que destinó S/ 561 millones para mantenimiento de escuelas. Varios directores afirman que reciben poco.
Este diario solicitó una entrevista con el Minedu, pero no hubo respuesta.
Infografía - La República