Óscar Osterling, exmiembro de la comunidad del Sodalicio de Vida Cristiana, asegura que a la Iglesia Católica le preocupa más el tema económico que las denuncias de abusos sexuales.,El ex sodálite Óscar Osterling, manifestó que siente que la Iglesia se preocupa en el caso del Sodalicio más por el tema económico y no tanto por las denuncias de abusos. Recalcó que hasta ahora nadie de la Iglesia se ha reunido con quienes denunciaron los abusos. PUEDES VER Senamhi: lluvias se repetirán en Lima hasta el viernes 12 ¿Cómo se han sentido ustedes, las víctimas de abusos en el caso del Sodalicio de Vida Cristiana, después de la visita del Papa? Lo que ha dicho el Papa lo tomamos en el nivel eclesial. Lo que hizo, una semana antes de llegar a Perú, fue nombrar un comisario. Esta es una medida muy grave porque le está diciendo al superior general del Sodalicio, que era Alessandro Moroni, que pierde su autoridad porque lo están interviniendo. En lugar de Moroni están poniendo al obispo de Colombia, Noel Londoño. Mi perspectiva es que lo que le preocupa a la Iglesia es el tema económico, porque cuando el periodista del grupo La República le pregunta por el Sodalicio, el Papa da a entender que por los temas económicos están poniendo a ese comisario. En efecto, el Vaticano primero manda a Joseph Tobin para que nombre a dos veedores económicos en el Sodalicio. Ya para el comisariato, a Noel Londoño. ¿Qué esperan de estas dos personas? Hay cosas que al Papa se le escapan por desconocimiento. Él envió antes al monseñor Fortunato Urcey. Es un tema como para olvidar, porque este monseñor terminó dedicándose a “tomar lonchecito”. Él mismo lo expresa así. Urcey hace una primera conclusión indicando que “Figari tenía algunas aproximaciones”, pero que no veía nada malo. Más fuerte fue la medida de enviar a un administrador, que fue Joseph Tobin. Pude entrevistarme con él, lo fui a visitar a la comunidad donde él se quedaba. Tobin tiene un papel contradictorio. Él me dice que estaba muy molesto con el Sodalicio, sin embargo, luego de haberse reunido con ellos, el Sodalicio emite un video del monseñor en el que decía que había encontrado en las autoridades la apertura y la colaboración, que el Sodalicio es una comunidad viva. ¿Totalmente contradictorio con lo que le dijo a usted? No solo eso, yo le mandé este video al monseñor y él se indignó. Me dijo: “Esto no es lo que yo he dicho. No te preocupes, acá se va a hacer justicia”. Él me reflejó su indignación, pero no pasó nada. Al poco tiempo, enviaron un informe del Vaticano y del Sodalicio en los cuales todo era maravillas y no había encubrimientos. Cuando monseñor Tobin me decía que esto no iba a quedar impune, yo no sabía a qué se refería. Aparentemente, los temas económicos son los que han gatillado la intervención de un comisario, pero se están olvidando de las víctimas. Que lo intervengan económicamente es un tema de la Iglesia con la comunidad, pero el tema con las víctimas era lo que más nos molestaba. Hasta ahora venimos hablando del plano eclesiástico. Usted, como católico, ¿espera que la Iglesia haga una reivindicación? Nunca nadie de la Iglesia se ha entrevistado con nosotros. Hubo una primera comisión que no era de la Iglesia, sino creada por el Sodalicio. Ahí estaba el obispo de Lurín, Carlos Enrique García Camader, y ha sido la única persona de la Iglesia con la que hemos conversado. No hemos sido convocados ni por el señor Cipriani. La Iglesia saca un informe en el que hace sus conclusiones e incluso hablan mal de la prensa. De Figari dicen que han investigado, pero yo me pregunto: “¿Con qué víctimas ha hablado la Iglesia para decir eso?”. El encuentro que tuve con monseñor Tobin fue por iniciativa propia. En el ámbito penal, la Fiscalía solicitó prisión preventiva para Luis Fernando Figari, pero eso todavía está por concretarse. Creo que es parte de los tiempos de nuestra justicia. Creo que hay un tema de cuestión política, porque estaba por venir el Papa. Se aceleraron antes de su llegada, se pidió la prisión preventiva, pero todavía debe verse en un juzgado, lo que no ha sucedido, a pesar de que tenían plazos. Además, hay un cuarto proceso en el Congreso que es muy interesante. Siempre he sido de la teoría que los encubridores de Figari y el mismo Sodalicio no le tienen miedo a la cárcel. Ellos tienen mucho más miedo a la exposición de muchísimos temas, entre ellos, el ámbito económico. Espero que el Congreso pueda realizar una investigación real sobre estos temas. ¿Qué opina cuando ve al Papa celebrar misas al lado de obispos acusados de encubrir los abusos? En el caso de Chile fue con el obispo Barros y aquí con monseñor José Eguren. En el caso de Chile es más preocupante porque hay pronunciamientos a favor. El Papa nombra a Barros, diciendo: “Oye, esto es lo que yo pienso”. En el caso de Eguren hay más un tema de omisión. Creo que la responsabilidad está más en el cardenal Cipriani. Eguren es obispo de Piura, ¿qué hacía en el discurso de bienvenida del Papa en el seminario de Trujillo? ¿Cree que quien lo puso ahí fue el monseñor Cipriani? Sí, no se me ocurre otra persona a la hora que hacen la planificación de los eventos. Es Cipriani quien por lo menos da el visto bueno para que Eguren dé ese discurso. En el caso de Eguren nunca ha habido un pronunciamiento del Papa en el que le otorgue su confianza. Igual es una torpeza para nuestra Iglesia.