Cronograma de pagos del BN para mayo

Un gran bostezo municipal

“La lista de candidatos a Lima y sus cifras actuales no pueden sino descorazonar a quienes están buscando alternativas solventes a los rostros políticos de esta hora. No hay nada nuevo allí”.

Las encuestas anuncian a las elecciones municipales en Lima como otra de esas competencias desganadas que venimos teniendo desde por lo menos el 2016. Candidatos que en su mayoría son restos de anteriores comicios, y ciudadanos con un flaco interés, adelgazado entre 13 candidatos, ocho de ellos con entre dos y uno por ciento de las preferencias.

Que Daniel Urresti y Rafael López Aliaga ocupen los dos primeros lugares sugiere que el electorado capitalino se ha movido del centro (Jorge Muñoz) hacia la mano dura derechista. Al menos en la encuesta Ipsos las agrupaciones de izquierda y centro-izquierda están todas en la cola de los calichines municipales.

Urresti ya estuvo cerca del sillón municipal, pero en el tramo final la experiencia miraflorina, la simpatía personal de Muñoz, y el prestigio que entonces tenía Acción Popular, pudieron más que la oferta de una mano dura de cuño castrense. Pero comparado con López Aliaga, Urresti parece un socialdemócrata escandinavo.

López Aliaga obtuvo la primera votación limeña en las pasadas elecciones generales, y ha logrado mantenerse bastante al margen del desgastante juego parlamentario. Si la fuerza de Urresti está en A y B, y más en los grupos medios de C, la de López Aliaga está en las alturas de A y B, y mucho en los padecimientos económicos de C.

Puesto en palabras, Ipsos sugiere que los limeños más acomodados ya están confluyendo en dos candidatos concretos, y llevándolos a la delantera, mientras que el resto de los vecinos está disperso entre casi una docena de candidatos que hoy se ven sin futuro. En más de un sentido, Urresti y López Aliaga parecen sendas reacciones a Castillo en Palacio.

La lista de candidatos a Lima y sus cifras actuales no pueden sino descorazonar a quienes están buscando alternativas solventes a los rostros políticos de esta hora. No hay nada nuevo allí. Todo parece una crisis de representación política, cuya esencia es que nadie quiere ser representado.

¿Qué ofrecen estos candidatos? Quizás es muy temprano para esa fase de la campaña. Material para una nueva encuesta, y para una nueva columna. Hay tiempo para ir revisando la hoja de vida de todos estos aspirantes, entre los que hay una sola mujer: Zenaida Solís, del Partido Morado.

La República

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