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Javier Milei responde a la multitudinaria marcha por la educación pública: “Lágrimas de zurdos”

La masiva marcha universitaria en apoyo a la educación universitaria pública y gratuita reunió alrededor de medio millón de personas, según la Universidad de Buenos Aires (UBA).

Milei ha cuestionado la transparencia en el uso de los fondos y la calidad de la educación al sugerir que las universidades públicas. Foto: composición LR/AFP
Milei ha cuestionado la transparencia en el uso de los fondos y la calidad de la educación al sugerir que las universidades públicas. Foto: composición LR/AFP

El presidente de Argentina, Javier Milei, publicó un ácido mensaje tras la gran manifestación universitaria que tuvo lugar el último martes: “Día glorioso para el principio de revelación. Quien quiera oír (ver) que oiga (vea)… Viva la libertad carajo”. Así escribió, además de subir la imagen de un león —símbolo para representarse a sí mismo— con una taza y la inscripción “lágrimas de zurdos”.

Previamente, la vicepresidenta Victoria Villarruel recurrió a su perfil oficial en X (antes Twitter) para cuestionar el discurso de Taty Almeida, miembro de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora. “Hebe, mira lo que te has perdido…”, escribió la funcionaria.

Este es el primer pronunciamiento de Milei después de un largo silencio. Durante el día, estudiantes, sindicatos de profesores universitarios y no universitarios, junto con otros sectores autoconvocados, sindicales y políticos, protestaron bajo el lema “En defensa de la educación pública”.

Respuesta de Milei a la marcha en defensa de la educación. Foto: JMilei/X

Respuesta de Milei a la marcha en defensa de la educación. Foto: JMilei/X

La masiva marcha universitaria en Argentina

Con libros levantados, cientos de miles de individuos se movilizaron este martes en toda Argentina para expresar su rechazo a los recortes presupuestarios a la universidad pública. Esta ha sido la protesta más grande hasta ahora contra la política de ajustes del presidente liberal Javier Milei.

Según la policía, se reunieron entre 100.000 personas. Mientras que, de acuerdo con la Universidad de Buenos Aires (UBA), fueron alrededor de medio millón, en la capital argentina. Además, decenas de miles de personas protestaron en ciudades del interior, como Córdoba, Rosario y Mar del Plata, en apoyo a la “educación universitaria pública y gratuita”.

En las ciudades más importantes del país, estudiantes, graduados y profesores de las 57 universidades nacionales de administración estatal se movilizaron en apoyo de la educación pública y gratuita.

Las universidades se declararon en crisis financiera después de que el Gobierno decidiera mantener para este año el mismo presupuesto que recibieron en 2023, a pesar de la inflación anual que en marzo casi alcanzó el 290%.

“No esperen una solución a través del gasto público”, advirtió Milei en una cadena nacional luego de que las cuentas públicas registraran un superávit en el primer trimestre, a costa de miles de despidos y la caída de la actividad económica y el consumo.

Sindicatos y partidos de oposición de todo el espectro político se unieron a la convocatoria. Asimismo, los profesores universitarios se unieron con una huelga, las universidades privadas se sumaron a la demanda y muchos participaron de manera espontánea.

Milei cuestionó la transparencia en el uso de los fondos y la calidad de la educación, al sugerir que las universidades públicas “se utilizan para hacer negocios oscuros y adoctrinar”, según escribió en la red X el fin de semana.

Unos 2,2 millones de personas estudian en el sistema universitario público, elegido por el 80% de los estudiantes, en comparación con las instituciones privadas, en un país donde casi la mitad de sus 47 millones de habitantes viven en la pobreza.

El sistema estatal de educación superior tiene un gran prestigio académico y ha sido la cuna de los cinco premios Nobel de Argentina, tres de ellos en ciencias duras, además de desarrollos científicos y tecnológicos reconocidos a nivel mundial.

La semana pasada, varios edificios de la UBA tuvieron que racionar el uso de ascensores, apagar luces en áreas comunes, limitar los horarios de las bibliotecas, reducir el uso de agua caliente y limitar los programas de extensión universitaria, como parte de las medidas de emergencia.