La vida sexual secreta de Hitler: documental habla de incesto, sadomasoquismo y voyeurismo
Hitler’s secret sex life presenta revelaciones inéditas sobre la vida sexual de Adolf Hitler, el dictador nazi responsable de 17 millones de muertes.
El documental Hitler’s secret sex life (La vida sexual secreta de Hitler), de la plataforma Sky, revela los secretos más íntimos de Adolf Hitler, el dictador nazi responsable de la muerte de 17 millones de personas, como la relación incestuosa que mantuvo con su sobrina Geli Raubal, su adicción por el sadomasoquismo y el voyeurismo.
En ese entonces, Adolf Hitler estaba casado con Eva Braun, quien habría desarrollado una enfermedad ginecológica muy rara que no le permitía mantener relaciones sexuales sin padecer un terrible dolor, según recoge el historiador de la Universidad de Hull, en Inglaterra, Thomas Lundmark, en su libro The untold story of Eva Braun.
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Incesto
Hitler’s secret sex life inicia con la relación incestuosa que el dictador mantenía con Geli Raubal, su sobrina de 17 años. En 1925, la menor se fue a vivir junto con Hitler y su madre Ángela, quien trabajaba como ama de llaves, según recoge un artículo de The New York Post.
De acuerdo con el desertor nazi Otto Strasser —citado en el reportaje— Hitler estaba tan obsesionado con su sobrina, que tenía relaciones sexuales con ella y le pedía que le orinara encima. El amigo también contó que la joven no tuvo más remedio que ceder ante las exigencias del líder.
Seis años después de irse a vivir con el dictador, Raubal fue hallada muerta con una herida de bala en el pecho en el apartamento que Hitler tenía en Múnich. Según la versión oficial, la joven se quitó la vida a los 23 años, pero el documental incide en la sospecha de que fue asesinada y que los nazis destruyeron todas las pruebas que asociaban a su líder con la relación incestuosa.
Geli Raubal observa a su tío Adolf Hitler mientras descansa. Foto: elconfidencial
Como es de suponerse, en esa época, no se quiso manchar la imagen de Hitler, quien en esos años comenzaba a ganar popularidad en la Alemania de entreguerras como líder de un movimiento ultraconservador y nacionalista.
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Sadomasoquismo
En el reportaje también sale a la luz el nombre de Renate Müller, una actriz de cine alemana que, supuestamente, falleció después de que Hitler tuviera una relación sexual sadomasoquista con ella.
Ambos fueron presentados en persona por el director de cine Alfred Ziesler. Luego de pasar bastante tiempo juntos, Renate también se quitó la vida inexplicablemente.
En 1937, la actriz se habría lanzado por la ventana de su apartamento. Sin embargo, hay dos versiones. La primera apunta a que, efectivamente, la amante del Führer se suicidó y la otra indica que una serie de autoridades nazis entraron a su domicilio y un general la empujó.
Según informa el documental, un día Müller le confesó a Ziesler que lo que más le excitaba al líder nazi era que le patearan en el suelo.
Adolf Hitler y Renate Muller. Foto: La Razón
Robert Kaplan, un historiador y psiquiatra forense británico, analizó para The Sun la posible filia sadomasoquista de Hitler, y dio a entender que encaja desde cualquier punto de vista.
“Por un lado, se presentó como una especie de maestro, un personaje dominante que caminaba con látigo en mano y amaba todos los uniformes, lo sádico”, asegura. “La otra cara del sadomasoquismo es la dominación. Hitler internalizó todo lo que no le gustaba”. Según Kaplan, “es bastante factible que alguien con esa personalidad, capaz de dirigir un genocidio, tuviera esta serie de prácticas sexuales”.
Voyeurismo
Otra revelación de Hitler’s secret sex life es que el líder nazi se había vuelto adicto a la pornografía después de asumir su cargo como canciller de Alemania, en 1933. Al parecer, empezó a tener gusto por el voyeurismo, que consiste en observar a otra persona, o grupo de personas, tener relaciones sexuales.
Por esta razón, invitaba a trabajadoras sexuales y strippers a una casa que tenía en la montaña. “El voyeurismo encaja con su sexualidad y personalidad”, asegura Kaplan. Heinrich Hoffman, fotógrafo del nazismo, fue reclutado para suministrar de películas pornográficas rudimentarias al Führer.
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Semen de toro
Durante la II Guerra Mundial, los problemas de salud de Hitler empezaron a ser más evidentes. Tenía cefaleas, visión doble, mareos e incluso temblores. Por su afán de esconder estos defectos físicos, empezó a sobremedicarse y a depender de las drogas que le suministraba su doctor de cabecera, Theodor Morell.
“Le daba 90 medicamentos distintos y una docena de ellos eran drogas duras”, señalan en el documental, que recalca su adicción al consumo de oxicodona y cocaína.
Este exceso de consumo de drogas redujo su libido, por lo que Morell trató de compensarlo con otros fármacos con los que estaba experimentando, como el semen de toro y otros componentes intestinales de animales.
Morell le dijo a la secretaria de Hitler, Christa Schroeder, que le estaba dando “inyecciones de hormonas de testículos de toro para animarle un poco”.
Adolf Hitler posando en pantalones cortos. Foto: Time Life Pictures
A lo largo de los años, la sexualidad de Adolf Hitler ha sido objeto de debate histórico y educativo. Historiadores como Lothar Machtan han llegado a argumentar que el dictador podía haber sido homosexual, bisexual y polígamo, y que la oposición y persecución de las personas LGBTIQ+ por parte del partido NSDAP pudo deberse a un mecanismo de defensa reactiva para expandir su campaña de homofobia.