Mundo

“Tuvimos que intervenir y gritar”: reportera de CNN en Kabul enfrenta a talibanes armados

La corresponsal Clarissa Ward contó que los insurgentes le gritaron que se cubriera el rostro y que su productor estuvo a punto de ser atacado con un arma de fuego.

Este miércoles 18 de agosto, la corresponsal de la CNN en Kabul, Clarissa Ward, contó que los talibanes le gritaron que se cubriera el rostro y que su productor estuvo a punto de ser golpeado con un arma de fuego.

La reportera despacha desde un país sumido en la violencia y el caos tras el retorno de los insurgentes. “Dos combatientes talibanes se acercaron con sus pistolas en mano, y estaban ya listos para golpearlo con las empuñaduras. Tuvimos que intervenir y gritar”, dijo Ward en un reporte desde Kabul.

Agregó que un tercer militante del grupo fundamentalista armado intervino para decirles a sus compañeros que no atacaran al camarógrafo porque era miembro de un equipo periodístico.

Durante un cruce en directo cerca del aeropuerto de Kabul, la periodista emitió un estremecedor relato del ‘caos’ que se está produciendo mientras miles de afganos ―muchos de los cuales ayudaron a Estados Unidos a luchar en la guerra― suplican a las tropas que los evacuen.

“Sinceramente, para mí es un milagro que no haya habido más heridos muy, muy graves”, sostuvo Clarissa Ward, que llevaba un hiyab.

Ward comentó, además, que en la capital afgana se escuchan constantes disparos, y que su equipo fue ‘abordado’ por muchas personas que pedían ayuda para salir de Afganistán.

“Es tan desgarrador. Todos se acercan a nosotros con sus documentos, sus pasaportes, diciendo ‘Por favor, trabajé en [la base estadounidense] Camp Phoenix, trabajé en tal campamento, fui traductor, ayúdenme a salir, ayúdenme a llegar a EE. UU.’”, apuntó.

Según la reportera, la situación que se vive actualmente en las inmediaciones del aeropuerto de Kabul es caótica. “Es muy arriesgado, muy peligroso y completamente impredecible”.

Clarissa Ward también describió que había un “flujo constante de disparos” cerca del aeropuerto, donde 4.500 soldados estadounidenses están estacionados para ayudar a evacuar a los ciudadanos estadounidenses y a los afganos que intentan obtener visados especiales a cambio de ayudar durante la guerra.