Escribe el Nobel Paul Krugman: "Con los años he pasado mucho tiempo persiguiendo el razonamiento de la derecha como la afirmación de que el exlegislador Barney Frank causó la crisis"., Debates políticos, económicos y otros temas con Paul Krugman del The New York Times: Si sigue indeciso con respecto a las primarias demócratas, o si todavía es persuasible, debería saber que Vox entrevistó a diversos politólogos sobre la elegibilidad del senador Bernie Sanders, y obtuvo respuestas que fueron desde advertencias sobre una empinada cuesta arriba hasta predicciones de una gran derrota al estilo McGovern – Nixon (lea el artículo: bit.ly/1RaHZe5). Y todos estos politólogos descartan las encuestas actuales por considerarlas carentes de sentido. Por supuesto, usted es libre de discrepar conmigo. Pero tiene que explicar cuidadosamente por qué discrepa. ¿Qué evidencia tiene que sugiera que las conclusiones de estos académicos (basadas en datos y en la historia, no solo en presentimientos) están equivocadas? Hay dos respuestas inaceptables que estoy seguro que aparecerán una y otra vez entre los lectores. Una es descartar todos estos análisis al considerarlos producto de la corrupción; todos fueron comprados y pagados por Wall Street, por ejemplo, o los analistas están buscando trabajo en la administración de Hillary Clinton. No, no es así. La otra respuesta es decir que está dispuesto a correr el riesgo con el Sr. Sanders porque la Sra. Clinton sería igual de mala que un republicano. Eso es lo que dijeron los partidarios de Ralph Nader sobre Al Gore el 2000; ¿cómo salió eso? Tengo algunos puntos de vista propios, claramente, pero no soy politólogo; simplemente leo a los politólogos y me tomo muy en serio su trabajo. Lo que sí aporto a este debate, espero, es el conocimiento de dos tipos de pecado que pueden corromper la discusión política. El primer pecado, y el más obvio, es el que conlleva vender ideas propias. Y eso se da, por supuesto. Pero lo que se da aún más, según mi experiencia, es un pecado intelectual cuyos efectos pueden ser igualmente malos: la autocomplacencia. Con esto quiero decir creer cosas, y defender políticas, porque nos gusta una historia y no porque tengamos buena evidencia de que sea cierta. Con los años he pasado mucho tiempo persiguiendo este tipo de razonamiento de la derecha, donde cosas como la afirmación de que el ex legislador Barney Frank de alguna forma causó la crisis financiera con mucha frecuencia prevalecen de cara a evidencia abrumadora. Diario La República Pero, también puede pasar en la izquierda (motivo por el cual, por ejemplo, sigo mostrándome muy precavido con respecto a las afirmaciones de que la desigualdad es mala para el crecimiento). Sobre la elegibilidad del Sr. Sanders, desde luego considere la evidencia y llegue a sus propias conclusiones. Pero considere la evidencia; no decida lo que quiera creer y después haga justificaciones. Lo que está en juego es mucho para eso, y la historia no lo va a perdonar. Sanders gana más Impulso El senador Bernie Sanders ganó las primarias presidenciales demócratas en New Hampshire el 9 de febrero, superando a la ex secretaria de Estado Hillary Clinton, con un margen sustancial. La victoria del Sr. Sanders se presenta más de una semana después de que empatara con la Sra. Clinton en el caucus de Iowa. El reciente auge en popularidad del Sr. Sanders fue una sorpresa para muchos analistas políticos. Describiéndose él mismo como “social demócrata”, el candidato se pronunció repetidas veces a favor de una “revolución política” para desafiar la influencia de los intereses de los ricos en la política estadounidense. El Sr. Sanders apoya un programa de empleo nacional, colegiatura universitaria gratuita y un sistema de salud financiado por el gobierno parecido al de Canadá y Europa. En medio de los primeros éxitos del Sr. Sanders, algunos se preocuparon porque el Partido Demócrata pueda condenarse solo a una derrota abrumadora en las elecciones generales si nomina al Sr. Sanders, cuyas políticas caen bien a la izquierda de los candidatos demócratas tradicionales. Y pese a que el Sr. Sanders tiene más aceptación en las encuestas que la Sra. Clinton, algunos expertos creen que esto se debe a que el Sr. Sanders aún no es sometido a los ataques que la Sra. Clinton soportó durante muchos años.