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Estados Unidos

Justicia de EE.UU. indemniza con US$13 millones a hombre inocente tras ser condenado a 30 años de cárcel por asesinato

Encerrado en una prisión de Massachusetts, Michael Sullivan, perdió a varios familiares, entre ellos su madre a quien no pudo despedir. Esto lo motivó a seguir en su batalla legal por varios años hasta que logró su libertad. 

Sullivan fue condenado por asesinato y robo a mano armada en 1987. Foto: NBC
Sullivan fue condenado por asesinato y robo a mano armada en 1987. Foto: NBC

A lo largo de la historia, numerosos casos de personas que han sido condenadas injustamente han conmocionado a la opinión pública. Errores judiciales, pruebas manipuladas o testimonios falsos han llevado a inocentes a pasar años, o incluso décadas, tras las rejas.

Este es el caso de Michael Sullivan, un hombre que tuvo que soportar cerca de tres décadas tras las rejas por un asesinato que no cometió, pero finalmente obtuvo justicia. El tema conmovió a miles, ya que demuestra las fallas en el sistema judicial de Estados Unidos, que, en su búsqueda de culpables, a veces condena a inocentes.

Un error judicial que costó una vida en Massachusetts

Sullivan fue condenado en 1987 por el asesinato y robo a mano armada de Wilfred McGrath. El crimen, ocurrido en Massachusetts, involucró una serie de malas interpretaciones de pruebas y testimonios falsos. Uno de los principales factores que contribuyó a su condena fue la declaración de un testigo clave, Gary Grace, quien implicó a Sullivan a cambio de la eliminación de sus propios cargos. Sin embargo, este testimonio resultó ser crucial para la condena injusta.

Durante los años en prisión, Sullivan sufrió ataques violentos, incluyendo mordeduras que casi le arrancan la nariz. Mientras tanto, su vida se desmoronaba: su madre y cuatro de sus hermanos murieron, y su novia dejó de visitarlo. A pesar de todo, Sullivan insistió en su inocencia y nunca dejó de luchar por demostrarlo.

¿Cómo se logró revertir la condena de Michael Sullivan?

En 2011, después de que Sullivan pasó más de 20 años en prisión, un abogado solicitó nuevas pruebas de ADN, que no se habían realizado durante su juicio inicial. Los resultados fueron claros: no había sangre de la víctima en la chaqueta que había sido mencionada como evidencia clave. Además, el ADN encontrado en la prenda no coincidía con el de McGrath, lo que finalmente derrumbó el argumento de la fiscalía.

 Sullivan fue condenado por asesinato y robo a mano armada en 1987. Foto: NBC

Sullivan fue condenado por asesinato y robo a mano armada en 1987. Foto: NBC

En 2013, Sullivan fue liberado tras 26 años tras las rejas. Aunque el alivio de ser liberado fue inmenso, el impacto en su vida fue profundo. Salió a un mundo que había cambiado considerablemente, sin habilidades ni perspectivas laborales. Además, su vida familiar ya no era la misma. A pesar de esto, Sullivan recibió un pago de 13 millones de dólares como compensación por los años perdidos, aunque las leyes del estado limitan las recompensas por condenas injustas.

¿Qué implicaciones tiene este caso para el sistema judicial?

El veredicto en este caso resalta la importancia de revisar y corregir los errores judiciales que pueden arruinar vidas. Las nuevas pruebas de ADN jugaron un papel fundamental en la exoneración de Sullivan, subrayando la necesidad de utilizar tecnologías modernas para evitar condenas erróneas. Además, la indemnización otorgada no solo busca compensar a Sullivan por los años perdidos, sino también resaltar las fallas del sistema que, en ocasiones, permite que personas inocentes sean encarceladas.

La historia de Sullivan pone en evidencia el impacto emocional y físico de una condena errónea, tanto para el individuo como para su familia. Aunque el dinero puede aliviar algunos aspectos de la vida, la experiencia de perder tres décadas de libertad es irreparable. Esta indemnización, aunque significativa, no puede devolverle lo que el sistema le arrebató.

En cuanto al futuro, muchos se preguntan si otros casos similares serán revisados y si las autoridades aprenderán de los errores cometidos en este juicio. Mientras tanto, Sullivan, a sus 64 años, trata de adaptarse a una vida que nunca imaginó, y aunque ya no tiene las mismas esperanzas que antes, su historia de lucha es un testimonio de perseverancia frente a la injusticia.