Créditos por oleajes en Perú dejarían fuera al 20% de pescadores artesanales
PIURA. El fenómeno climático pone en jaque a los pescadores artesanales, quienes además se enfrentan a la depredación de especies marítimas que prolongan la escasez.
El titular del Ministerio de la Producción (Produce), Sergio Gonzáles Guerrero, informó que el sector pesquero cerró el 2024 con un crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) del 25% respecto al año anterior, impulsado principalmente por el éxito en la captura de anchoveta. Con alrededor de 5 millones de toneladas capturadas, se alcanzaron cifras récord que generaron 400.000 nuevos empleos.
No obstante, los resultados fueron opacados por los oleajes anómalos. En este contexto, durante la conferencia de prensa, el ministro anunció medidas de emergencia dirigidas a los pescadores artesanales afectados, entre ellas la suspensión del cobro de créditos del Fondo Nacional de Desarrollo Pesquero (Fondepes) durante los meses de diciembre, enero y febrero. Además, informó sobre la entrega de 12 toneladas de ayuda humanitaria el 1 de enero y presentó un Programa de Crédito Especial, con tasa de interés cero y un período de gracia de seis meses, para apoyar la reactivación de las actividades pesqueras.
“Hay quienes lo han perdido todo y no están formalizados. No hay tiempo, no van a poder acceder al crédito. Deben dar alternativas”, señaló a La República, Raúl Alfredo Carrión Rodríguez, ingeniero pesquero en Piura y expresidente del Comité Local de Paita (Piura).
Fuentes del sector pesquero informaron a este diario que la sobrepoblación de embarcaciones artesanales impide generar nuevas matrículas, por lo que un 20% de no formalizados quedaría fuera del radar de apoyo. Además, aclararon que la paralización de las faenas marítimas por los oleajes se dieron a partir del 2 de noviembre, afectando al 70% de las pequeñas embarcaciones. Desde Produce calculan que solo el daño del motor de una embarcación alcanza los S/40.000.
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Aumento de los precios
Los efectos de los oleajes se reflejan en los precios. Ante la limitada oferta de especies hidrobiológicas o comunes, el costo se ha incrementado en más del 100%. Por ejemplo, desde Piura reportan que el kilo de cabrillón aumentó de S/28 a S/45.
“Durante el oleaje, dos pescadores lograron capturar 600 kilos de cachema, generando ingresos de S/ 5.400 al vender el kilo a S/ 9. De esta cantidad, los tripulantes recibieron S/ 1.350, mientras que el propietario de la embarcación se quedó con las tres cuartas partes restantes”, explicó Carrión sobre el sistema de reparto de ganancias.
Por otro lado, debido a la escasez de la anchoveta en Paita, carnada preferida por los peces, pasó de costar de S/50 a S/120 por cada 25 kilos. La cantidad equivale al gasto promedio de un día de faena en el mar. Ahora bien, las jornadas de pesca pueden extenderse entre un mínimo de tres y hasta 15 días mar adentro, dependiendo de la especie.
Colapso de la industria
La problemática se ve agravada por la depredación de especies hidrobiológicas, con énfasis en la pesca ilegal por parte de las embarcaciones chinas.
Esta última ha generado una escasez que afecta directamente al producto bandera y, en su momento, principal fuente de empleo en Piura: la pota. Las consecuencias se han evidenciado en el cierre de fábricas, despidos masivos y un drástico incremento en el costo por tonelada, que pasó de S/1.000 a S/14.000.
Por otro lado, la reducción progresiva en la talla mínima permitida para la pesca de la merluza, que disminuyó de 35 centímetros a 28, también resultó ser un error. Esta medida ha provocado una caída significativa en los volúmenes de pesca estos últimos meses, llevando a la paralización de empresas y afectando gravemente la sostenibilidad del recurso.
“Es un ciclo que se va alternando. Si no hay merluza, trabajamos con pota. Si no hay pota ni merluza, nos enfocamos en la anchoveta, que se destina al procesamiento de harina de pescado y no hay mucha demanda de mano de obra”, explicaron los afectados a este diario.