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Domingo

Francisco Sagasti: “Hay una fantasía de que financiar partidos políticos cuesta mucho dinero”

Candidato N° 1 al Congreso por Lima en la lista del Partido Morado. Ingeniero industrial, egresado de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), investigador y autor del libro Ciencia, tecnología, innovación. Políticas para América Latina.

Francisco
Francisco

Durante su presentación en la CADE 2019, el candidato al Congreso por el Partido Morado Francisco Sagasti citó al filósofo Platón para definir la turbulencia judicial del caso Lava Jato, que involucra al empresariado y a los partidos políticos. “El precio de no involucrarnos en política es ser gobernados por los peores”, sostuvo. Sagasti, ingeniero egresado de la UNI en 1965, se define como un hombre de centro. Conoció a Julio Guzmán en 1996, cuando el excandidato presidencial trabajaba para Agenda Económica. Durante el gobierno de Ollanta Humala, se volvió a encontrar con Guzmán, quien entonces laboraba en la Secretaría de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM). Ahora Sagasti apunta no solo ser congresista el 2020 sino a convertirse en coordinador de la bancada morada. El último viernes nos recibió en el hotel La Hacienda, en Paracas, para analizar la coyuntura política de los últimos días y sus propuestas.

¿Qué reacción le generó haberse enterado de los aportes del Grupo Credicorp y otras compañías a la campaña presidencial de Keiko Fujimori en el 2011?

Es importante que se sepa y que por fin veamos de una manera clara cuáles eran las formas en las que actuaban algunos empresarios y políticos. Tenemos que rechazar ese tipo de comportamientos y eso no es solo tarea del Ministerio Público y el Poder Judicial, sino también de los gremios empresariales.

¿Es una muestra de honestidad que los directivos confiesen ocho años después?

La justicia que llega tarde, ¿es justicia? Le dejo esa pregunta a los lectores de La República.

¿No fue tardía la reacción de la presidenta de la Confiep, María Isabel León, cuando pidió disculpas y demandó que los empresarios que aportaron de forma anónima a los partidos den un paso al costado?

Fue una sorpresa, un cambio radical. Espero que no haya sido momentáneo, sino permanente. No sé si los empresarios deben dar un paso al costado. Eso depende de su gremio. No vamos a decirles a los bancos cómo deben conducirse. Lo importante es que una nueva generación de empresarios tiene que surgir con una manera diferente de relacionarse con los partidos políticos y el Estado.

Antes de la disolución del Congreso se aprobó la reforma política que penaliza los aportes prohibidos y anónimos mayores a 2 UIT. ¿Se debe hacer ajustes a esta norma?

Se trata de aprobar leyes que transparenten el financiamiento en los procesos electorales. Los detalles son temas adicionales que iremos viendo poco a poco. No podemos estar en una situación en la cual un grupo o personas se adueñen de los partidos políticos. Lo importante es que ahora sí existe una legislación. En el caso del Partido Morado, estaremos entregando en los próximos días un informe sobre todos nuestros ingresos y gastos desde que nos inscribimos en el Registro de Organizaciones Políticas (ROP) para mostrar nuestro grado de austeridad, que es fundamentalmente en base al aporte voluntario de sus militantes.

Ha dicho que aporta el 10% de su sueldo como docente para el Partido Morado, ¿desde cuándo?

Desde que nos registramos como partido político, porque a partir de ese momento existimos y cuenta todas las reglas de financiamiento. Y la inscripción fue en marzo de este año. Yo seguí contribuyendo voluntariamente. No me preocupo por esos temas. Sé que hay muchas personas que hacen lo mismo y colaboran.

Además de los militantes, ¿quién financia el Partido Morado?

Todos nosotros. Es como Fuente Ovejuna: todos a una.

Pero en este caso, el Partido Morado no tiene ni 20 mil militantes. ¿Cómo sobreviven sus finanzas?

Hay una fantasía de que financiar los partidos políticos cuesta mucho dinero. Una de las cosas que sabemos los que hemos trabajado en gestión es que es posible financiar con organización y trabajo voluntario. Y eso es lo que hace el PM.

¿Es lo mismo decir “contribuyo al PM” y “aporto a la campaña electoral”?.

Las reglas las estamos definiendo. Son cosas distintas. Cada uno de los candidatos tiene una lista y tenemos normas estrictas sobre cómo deben reportar sus gastos. Nuestra Secretaría de Finanzas ha dado lineamientos para que los postulantes llevemos un registro de nuestros gastos e ingresos y se reporte a la ONPE.

Entonces, ¿me asegura que en el informe que presentarán en los próximos días va a figurar su nombre?

Por supuesto. Pero eso no es de campaña y disculpe una observación: esa obsesión con el financiamiento es producto no solo de la desconfianza, sino de los malos manejos de otros partidos. Lo entiendo, pero a veces me parece un poco risible.

Claro, pero no me va a negar que en el 2011 y el 2016, como sostuvo el presidente Martín Vizcarra en la CADE 2019, se mercantilizó la política con Lava Jato.

No, eso viene de mucho antes. Alfonso Quiroz, en su libro Historia de la corrupción dijo que eso estuvo domesticado desde el inicio de nuestro país como república.

¿Les cuesta a los partidos políticos desapegarse del empresariado?

¿Los partidos pueden desligarse de la sociedad civil, los gremios, las rondas campesinas y los sindicatos? Los partidos políticos están en un punto de intersección de los intereses de estos actores. Su tarea es articular y tomar una posición en función del bien común.

Me dijo que el Partido Morado es una organización de centro. ¿Qué significa tal doctrina?

Tampoco es un promedio aritmético. En una concepción republicana de centro, la comunidad del individuo es el sujeto principal, es una comunidad de ciudadanos libremente constituida que busca asociarse para perseguir el bien común.

El miércoles escuché a una candidata del PM explicar que son de centro porque creen que el Estado puede corregir errores del libre mercado.

Más que eso. Es absurdo pensar que el mercado funciona sin regulación, sino, pasamos al mercantilismo, la concentración. La libre competencia hay que preservarla.

Cuando se habla de regulación, un sector del empresariado se alarma e insisten que el mercado funciona por sí solo.

Eso es una fantasía y ni siquiera Adam Smith pensaba así. Esos son extremismos que el centro rechaza. El mercado es una construcción humana, no es una ley de la naturaleza, no surge por generación espontánea; es una creación humana, por lo tanto, es perfectible.

¿Y qué opinan de que existan empresas estatales?

Depende para qué. En estos momentos estamos viendo el esfuerzo de Carlos Paredes por sanear Petroperú. Creo que en algunos casos una empresa estatal debe funcionar donde no haya posibilidad para el sector privado.

Desde la dictadura de Alberto Fujimori la participación del Estado en el mercado se redujo considerablemente.

El problema no es competir. Si estamos en un mercado competitivo donde las empresas tienen un comportamiento razonable, no veo por qué el Estado tiene que entrar a competir. Pero a veces hay monopolios en los cuáles es necesario promover la competencia abierta, en esos casos el Estado tiene que entrar a regular ya sea por su cuenta o en asociación con empresas privadas.

¿Es viable seguir los ejemplos de Chile con Codelco y el cobre, y de Bolivia con su empresa estatal de gas?

No deberíamos mirarlos como ejemplos. Son modelos muy particulares. En Chile, Codelco fue, durante muchos años, una fuente de financiamiento para el ejército. Y en Bolivia, fue por abusos de transnacionales que pagaron muy pocos impuestos. El Perú debe seguir su propino camino.

¿Y ese camino que menciona a qué actividad económica debe apuntar?

Dos temas centrales: la apuesta por el talento, el conocimiento, la educación y, en segundo lugar, con la diversidad de recursos que tiene nuestro país.

Julio Guzmán dijo algo similar: apostar por las mentes y talentos. En la campaña del 2016, Guzmán propuso que se brinde créditos para que los jóvenes puedan estudiar en la universidad.

Esa era una de 20 propuestas. La gente se olvida que se planteó un programa agresivo de becas. Es decir, de lo que se trata es de dar una gama de posibilidades de acuerdo a las características de cada estudiante.

¿Siguen apostando por eso modelo de préstamos para que estudien los jóvenes?

No es un modelo, es una gama de propuestas, por favor, Diego.

Se lo pregunto porque en Chile, una de las razones de las protestas fue que hay miles de estudiantes endeudados por créditos universitarios.

Pero el programa de becas de Chile es menor al que promovemos nosotros. Y es el mismo problema que hay en Estados Unidos. Es el resultado de un neoliberalismo llevado al extremo. No es lo que planteamos.

En otro tema, ¿qué le parece que los partidos políticos en general no renueven sus cuadros?

Lo que podríamos decir es que la política peruana es sumamente ecológica. Reciclamos a todos los políticos. Es hora de una renovación definitivamente. Ya es hora de voltear la página. Voy a llegar al extremo de Manuel González Prada: “Los jóvenes a la obra y los viejos a la tumba”.

Y si aplicamos lo de González Prada, ¿por qué el Partido Morado propone a Gino Costa a la reelección?

Mire, una cosa es renovar y otra demoler. Cuando usted renueva algo, las partes buenas las deja. En los casos de Gino Costa y Alberto de Belaunde, en consensos generales, están entre los mejores que hemos tenido como congresistas. ¿Tiene sentido descartarlos? No.

Costa y De Belaunde apoyaban la disolución del Congreso para que haya un nuevo Parlamento y ahora postulan, ¿no es incoherente?

No es una incoherencia. No veo cuál es el problema. Se trata de separar el trigo y la paja. ¿O quiere usted mezclarlos?

La República publicó el 28 de noviembre que hay candidatos del PM con sentencia por violencia familiar. ¿Qué pasó ahí con los filtros?

Hay un comunicado del PM que explica eso. No hay tolerancia a la violencia familiar y estamos haciendo seguimiento a las personas que tienen custodias y hasta ahora hemos visto que están cumpliendo sus obligaciones después de cumplir su sentencia.

Bachiller en Ciencias de la Comunicación y egresado de la Maestría de Periodismo y Comunicación Multimedia. Siete años como cronista parlamentario.