El gol anulado a Perú que desató una tragedia en el Estadio Nacional: hubo más de 300 muertos y más de 500 heridos

El 24 de mayo de 1964, el fútbol peruano vivió uno de los episodios más trágicos de su historia. En el contexto de un crucial partido entre las selecciones de Perú y Argentina por el Preolímpico, que definía el pase a los Juegos Olímpicos de Tokio, un desastre humano sin precedentes se desató en el Estadio Nacional de Lima. Más de 500 heridos y más de 300 personas perdieron la vida en un suceso que, además de conmover al país, dejó un amargo legado de polémicas y responsabilidades, y aún resuenan en la memoria colectiva del balompié peruano.

Este hecho, sin duda, marcó un antes y un después en la historia del fútbol peruano. La tragedia, que ocurrió durante el partido entre Perú y Argentina, dejó una huella imborrable en el deporte nacional y generó un debate sobre las fallas en la organización y las medidas de seguridad del estadio.

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¿Cómo ocurrió la tragedia en el Estadio Nacional?

Ese día, el estadio estaba abarrotado con más de 47 000 espectadores, muchos de los cuales habían estado previamente en las '6 Horas Peruanas', una competencia de autos en el distrito de Jesús María. La multitud fue tal que las puertas del Estadio Nacional se cerraron antes de tiempo, generando un ambiente de desorden en los accesos. A pesar de las advertencias, más personas siguieron entrando, lo que aumentó la aglomeración y el descontrol en el recinto deportivo.

El partido se desarrollaba con Perú dominando, aunque sin lograr concretar oportunidades claras. Fue en el segundo tiempo cuando los argentinos se adelantaron con un gol de Néstor Manfredi a los 63 minutos, lo que complicaba las opciones de clasificación de los peruanos. Sin embargo, cuando el empate parecía inminente, un gol de Víctor ‘Kilo’ Lobatón fue anulado por el árbitro uruguayo Ángel Eduardo Pazos por una supuesta jugada peligrosa. Esto desató la furia de los hinchas presentes, quienes comenzaron a lanzar objetos desde las gradas, mientras que la policía respondía con bombas lacrimógenas.

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Las puertas de salida de las tribunas se cerraron

Este hecho provocó el pánico en las tribunas, donde las puertas cerradas impidieron una salida rápida, causando aplastamientos y asfixias masivas entre los hinchas. Las imágenes de los hospitales colapsados y las calles llenas de disturbios fueron la crónica de una tragedia que sacudió no solo al fútbol, sino también a la sociedad peruana en su conjunto.

El comandante de la policía, Jorge de Azambuja, admitió ser responsable de la tragedia al ordenar el lanzamiento de las bombas lacrimógenas, mientras que el gobierno de Fernando Belaúnde Terry optó por suspender las garantías constitucionales y decretar un duelo nacional. Las investigaciones que siguieron dejaron más dudas que respuestas. El juez Benjamín Castañeda llegó a afirmar que las muertes no solo fueron provocadas por la asfixia, sino también por disparos de bala, y sugirió que la intervención policial fue parte de una estrategia para controlar las protestas sociales que azotaban al país en esos años.