Por Luis Velásquez y Deyna Cornejo
En una vivienda de madera, en Ventanilla, Callao, la Policía ubicó y detuvo en horas de la noche a Christian Trujillo Bardales (22), sujeto que asesinó de manera brutal a dos hermanas, de 16 y 18 años, en la habitación de un hostal de Huacho.
El sujeto confesó el crimen y detalló que la menor de sus víctimas, con quien habría sostenido una relación sentimental, le había anunciado el fin de esta, pues junto con su hermana iban a permanecer en esa ciudad estudiando y no iban a volver a su natal Chingas, en Áncash.
El sujeto llevó con engaños a la adolescente hasta el hospedaje donde tenía alquilada una habitación. Ahí la asesinó utilizando un cuchillo, luego de una discusión. Una hora después, al recibir una llamada de la joven de 18 años, la citó también y convenció de ingresar al hospedaje señalando que, junto con su hermana, le tenían una sorpresa. Incluso le cubrió los ojos.
Luego de asesinarlas, sustrajo las pertenencias de ambas hermanas, entre ellas el celular de la menor de ellas, y huyó en dirección a Lima.
Dolor. Sepelio de estudiantes de 16 y 18 años, en Áncash. Foto: difusión
Al día siguiente de ocurrido el doble crimen, cuando el administrador del hotel D’Poly descubría los cuerpos de las adolescentes de 16 y 18 años, Christian Trujillo hizo saber a sus allegados que planeaba viajar a Chile, país donde tiene familiares. Ello fue conocido por la Policía, por lo que apresuró su búsqueda.
El lunes por la tarde, la Policía descubrió que Trujillo tiene una hermana viviendo en Pachacútec, Ventanilla, y fueron a buscarla, según contó el coronel Wilson Villalobos, jefe de la Policía a cargo del caso. Luego siguieron otra pista que los llevó hasta el AH Santa Rosa, en Ventanilla, donde lo ubicaron oculto en la vivienda de madera de propiedad de su padrastro. Ahora, en Huacho, espera, el inicio de su juicio, que probablemente lo lleve a la cárcel de por vida.
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Confesó. Luego de ser detenido como principal sospechoso de la desaparición de su expareja, en Cusco, Wilson Yucra Chávez (24) admitió ante la Policía que asesinó a RKSH por celos y condujo a un grupo de efectivos hasta el lugar donde dejó el cuerpo de la madre de su hijo: un barranco, a las afueras de la ciudad.
En tanto, los deudos de la joven madre acusaron a la Fiscalía y a la Policía de no haber puesto interés en el caso.