Desesperado por la posibilidad de ser vacado, Pedro Castillo sigue ratificando su mediocridad, corrupción e invicta capacidad de errar en las designaciones, y desnuda su vocación por la inconstitucionalidad.
Un día el gobierno amenaza con cerrar el congreso con la premier Betssy Chávez; luego el presidente llama a una tregua —con la comparsa de la OEA—; y al día siguiente el ministro de justicia, Félix Chero, ofrece una de las expresiones más patéticas que se recuerde al proclamar que no acatarán la decisión del Congreso de que vaque la presidencia.
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En esa dirección está el sainete del supuesto golpe del fin de semana. La versión más cercana a la realidad que he obtenido, de fuentes de alta confiabilidad, es que el presidente Castillo le comentó al ministro Daniel Barragán —muy cercano a Antauro Humala— que el jueves 15 de diciembre los reservistas ‘tomarían’ el Congreso —a lo Donald Trump— y le solicitó que les dijera a los comandantes generales que, ante ello, “se quedaran quietos”.
Daniel Barragán lo hizo y la respuesta del jefe del Comando Conjunto fue que ellos respetaban la constitución. Acto seguido, renunció el sábado, generando más de una especulación.
Al día siguiente, Antauro Humala Tasso interrumpió su gira proselitista por Trujillo, para lo cual cuenta con el soporte no solo de los reservistas, sino, también, del Conare y Movadef prosenderista, y retornó de emergencia a Lima ante la renuncia de Barragán y los rumores de cierre del congreso, “por la gravedad de la situación política”, y teniendo en cuenta que en Lima hay varias bases etnocaceristas.
En su desesperación, Castillo se puso a nombrar gente afín a esas causas en puestos clave, como los generales Wilson Barrantes —vinculado al Movadef— en la DINI, y Emilio Bobbio en el Mindef, alguien asociado al antaurismo, al igual que su antecesor Barragán y el viceministro del despacho Leonel Cabrera, quien fue parlamentario, además de Raúl Noblecilla, un lugarteniente del congresista Guillermo Bermejo, en el viceministerio de Gobernanza, todo lo cual ocurre en medio de un copamiento del humalismo en Palacio, según un reporte reciente de Sonia Suyón en Hildebrandt en sus Trece.
Ahora Pedro Castillo cree que solo Antauro Humala lo va a salvar.