Cargando...
Opinión

¿Esta justicia buscamos las mujeres? (2), por Roxana Vásquez Sotelo

Columnista invitada: Roxana Vásquez Sotelo (abogada y feminista).

larepublica.pe
Columnista invitada: Roxana Vásquez Sotelo (abogada y feminista).

Una cosa es que yo te crea porque tu voz siempre fue silenciada y otra muy distinta que no necesite nada más para aprobar el enlodamiento y efecto en cadena. Es muy útil comprender la naturaleza política de la disputa que se juega en esta cancha. No se trata de dividir el mundo entre buenas y malos, sino de utilizar todas las vías a nuestro alcance para reducir las asimetrías de poder, prestigio y autoridad de las que somos víctimas históricas. Esto supone abrir caminos que nos lleven a contribuir con nuevos sentidos y aportar con otros significados a la justicia, no a generar nuevos modos de impunidad o de punición sin garantía. Esto no es posible ni deseable desde la ética feminista de la justicia que yo defiendo.

Las páginas virtuales anónimas abiertas para albergar señalamientos sin rostro y acusaciones sin nombre desfiguran el sentido mismo de su objetivo social y político. No sirven a la causa, son símil del amarillismo en la prensa. ¿Es posible pensar que sirve a la justicia de las víctimas un medio que no verifica fuentes ni coloca ciertos candados y que, sin responsabilidad ante la comunidad, admite mensajes anónimos? ¿Será posible que estos no tengan ningún tipo de sanción?

Nuestra consigna siempre fue y es ‘rompamos el silencio’, como una manera de empoderar a las víctimas que silenciosamente soportaban el abuso, de generar ciudadanía, pero nunca imaginamos ni creímos que la idea era ‘tirar la piedra y esconder la mano’.

La violencia de género contra las mujeres es demasiado importante como para permitir que acciones descuidadas e irresponsables puedan ser instrumentalizadas para debilitar lo que tanto nos costó legitimar. No podemos permitir que se debiliten el prestigio y respeto ganado con tanto esfuerzo para hacer audibles nuestras luchas.

Debemos revisar y evaluar cada batalla que damos y corregir lo que tenga efecto perverso, contrario a nuestro propósito. No queremos incrementar las injusticias ni hacer el juego a quienes creen que nuestra ambición es darle la vuelta a la tortilla. Aspiramos a encontrar vías efectivas, bien elaboradas, sólidas y éticamente sostenibles, que doten de nuevos sentidos a la justicia que tanto reclamamos para nosotras.