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El científico que casi destruye el mundo 2 veces y ha causado más daño a la Tierra que ningún otro

Su invento, creado en 1924, ha sido la responsable de aproximadamente 250.000 muertes anuales solo en Estados Unidos.

Thomas Midgley Jr. es el único con 2 inventos que pusieron en peligro a gran parte de la vida en la Tierra. Foto: composición LR/Unilad/Nat Geo

A lo largo de la historia, se han podido ver diferentes inventos que han contribuido con el progreso de la sociedad para mejora la calidad de vida de las personas. Sin embargo, algunos de ellos no solo significaron un traspié en la historia, sino también una mancha negra que ha sido la causante de diferentes problemas y males.

Uno de estos inventos, hecho por el ingeniero mecánico Thomas Midgley Jr., habrían originado innumerables muertes alrededor del mundo, así como un daño irreparable al planeta Tierra.

¿Quién fue Thomas Midgley Jr.?

Thomas Midgley Jr. (1889-1944) fue un ingeniero mecánico y químico estadounidense conocido por sus contribuciones controvertidas y polémicas en la industria química.

Desarrolló el tetraetilo de plomo como aditivo antiknock para la gasolina y el clorofluorocarbono para su uso en refrigerantes. Estos inventos, aunque revolucionarios en su tiempo, fueron posteriormente criticados por sus graves impactos ambientales y de salud.

Midgley contrajo polio y se quedó parcialmente discapacitado debido a ello, por lo que falleció a los 55 años por un accidente relacionado con un dispositivo que él mismo había diseñado para ayudar a su movilidad.

El descubrimiento causante de tantas muertes en el mundo

El primero de sus inventos, y el causante de casi un millón de decesos alrededor del mundo, fue el tetraetilo de plomo. Durante 1924, Thomas Midgley Jr., en búsqueda de solucionar el problema de los motores en los automóviles de esa época, como sonidos y pequeñas explosiones en dichos mecanismos, decidió agregar plomo a la gasolina.

Aunque este compuesto añadido al combustible más usado en aquella época solucionó los problemas inmediatos, tendría consecuencias mucho más graves con el tiempo.

Ante la polémica y los crecientes casos de intoxicación, Midgley buscó demostrar que su invento no era nocivo al echarse tetraetilo de plomo en sus manos e inhalarlo durante un minuto: "Podría hacer esto todos los días sin tener ningún problema de salud", mencionó.

Ethyl Gasoline Corporation es el principal comercializador del tetraetilo de plomo. Foto: Pinterest

Sin embargo, al día de hoy, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha confirmado que el fin del uso de gasolina con plomo logrará evitar más de 1,2 millones de muertes en todo el mundo.

El invento que provocó un hoyo en la capa de ozono

Midgley dejó su huella en la historia con otro invento destructivo, el cual también fue creado como la solución a un problema: la necesidad de reemplazar los gases nocivos e inflamables utilizados en refrigeración y aire acondicionado.

El ingeniero mecánico descubrió que los clorofluorocarbonos o freón, como él los llamaba, eran un sustituto ideal e inofensivo para los humanos. Sin embargo, estos resultaron ser perjudiciales para la capa de ozono de la atmósfera, que bloquea la peligrosa radiación ultravioleta, capaz de causar cáncer de piel y otros problemas de salud, además de dañar a las plantas y los animales.

Midgley usó clorofluorocarbono para resolver los problemas de refrigerantes. Foto: BBVA Openmind

¿Cuándo se dejó de usar sus inventos?

En la década de los 70, se descubrieron los daños causados por sus inventos. Los clorofluorocarbonos habían creado un agujero en la capa de ozono sobre la Antártida, que habría amenazado la vida en la Tierra si no se hubiera controlado.

Por otro lado, la gasolina con plomo se eliminó en Estados Unidos en 1996 y gradualmente en el resto del mundo, con Argelia como el último país en 2021, lo cual la volvió una de las naciones con mayor contaminación en el aire.

Los aditivos de plomo todavía se usan en el combustible de aviación. Un estudio de 2022 encontró que la mitad de los estadounidenses actuales estuvieron expuestos a niveles peligrosos de plomo en su infancia.

Asimismo, el Protocolo de Montreal de 1987 buscó eliminar los CFC, prohibidos en 2010. Aunque las emisiones ilegales han aumentado recientemente, el agujero en la capa de ozono se está recuperando y podría cerrarse en los próximos 50 años.