La institucionalización del ajuste de la Remuneración Mínima Vital (RMV) en el Perú está a la vuelta de la esquina, pero desde el sector empresarial se resisten a avalar este incremento, alegando que el universo de beneficiados se limita a la escueta población formal y alimentará al desempleo.
David Card, uno de los tres ganadores del Nobel de Economía en 2021, ha sido tajante con la actitud reacia de los empleadores.
"Un incremento de la retribución mínima no destruye el empleo (…) y no crea ni destruye valor, solo lo redistribuye", dijo a El País en una lectura global, pero no ajena a nuestra coyuntura.
Card reconoce que uno de los efectos negativos, a la larga, sería el retroceso de las inversiones y el empeoramiento de las perspectivas de empleo, pero ello no se contrasta con el incremento del poder de mercado de las grandes empresas en los últimos 30 años, por lo que alzar la RMV puede contrarrestar las distorsiones económicas.
Y, sobre el efecto en el empleo, considera "poco consecuente" que se proteste por la subida del sueldo mínimo y que se quejen de no tener gente para trabajar, por lo que las empresas reflejan no querer elevar los salarios.
Por su parte, el laboralista Javier Mujica señala que subir la RMV dinamizará el mercado interno –como ya se vio con la liberación de fondos AFP y beneficios– gracias al juego de la oferta y demanda, que se capitalizará en más empleos.
Tras un año donde la inflación peruana llegó a su nivel más alto en casi tres décadas, Mujica considera más que necesario ayudar a los trabajadores para no seguir socavando su poder adquisitivo.
Y en lo inmediato no se espera que la presión sobre los precios se normalice. Ya en febrero se ubicó en 8,65%.
Por ejemplo, Credicorp prevé que siga subiendo por el brote de gripe aviar y menor abastecimiento de alimentos en el norte por las fuertes lluvias, aunque el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) considera que se retornará al rango meta –del 1% al 3%– en el cuarto trimestre de este año.
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Mujica recuerda que seguimos retrasados en el diálogo político para subir la RMV anualmente, como lo hacen otros países latinoamericanos.
Por el contrario, en los últimos años la modificación de los salarios ha respondido a crisis en Palacio de Gobierno, como un mero manotazo de ahogado de los presidentes de turno.
El letrado asegura que la obstrucción viene del lado de los empresarios y el Gobierno de Dina Boluarte no pone en agenda una mejora de los salarios básicos, pese a que en el Consejo Nacional del Trabajo (CNT) yace una propuesta que plantea la evaluación anual revisando la inflación y productividad media.
"Hay voluntad política para hacerle caso al sector empresarial. El Estado debe dirimir ante la negativa de los empleadores. Se debe poner al Perú en los estándares de la OIT y darle a los trabajadores, que generan la riqueza, lo que merecen", dijo a La República.
Está pendiente de debatirse en el Congreso el PL 1737/2021-CR, con el que se busca que la actualización de la RMV se analice cada dos años y obligatoriamente aprobada en el Consejo Nacional del Trabajo (CNT) y el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).
"Las empresas, y pymes especialmente, necesitan predictibilidad para funcionar. No más uso político y populista del sueldo mínimo", dijo en su momento Alejandro Cavero (Avanza País), autor de este texto.
Javier Mujica, abogado laboralista:
"Hay voluntad para hacerle caso al sector empresarial. El Estado debe dirimir ante la negativa de los empleadores (...) No puede ser que pierdan poder adquisitivo".
David Card, Nobel de Economía:
“Anticipan que van a tener que pagar salarios más altos y que si no recortan empleo tendrán menos beneficios (...) No crea ni destruye valor, solo redistribuye".