La República entrevistó al economista y docente de la PUCP José Távara para analizar el panorama nacional del naciente año, cargado de tensiones sociopolíticas que han mermado en los principales indicadores de crecimiento y, por lo tanto, demandan soluciones y consensos para no perjudicar más a los que menos tienen.
— ¿Qué reflexiones tiene sobre la actividad económica en 2022?
— En un año de crisis, polarización y desencuentro entre peruanos, se retrotraen cuestiones que se consideraban superadas. Crecimiento por debajo del 3% se explica por caída fuerte en sectores como pesca y minería.
— ¿Es descabellado el pico de 3,9% que apunta el MEF para este año?
— Hace falta la bola de cristal de los macroeconomistas que son conscientes de las limitaciones que tenemos para saber lo que ocurrirá (risas). Dependemos, además, de factores como la guerra en Ucrania, la economía china en rebrote de crisis sanitaria y por la inflación en energía y alimentos a nivel global.
— Aun así, se resalta la solidez macro del Perú, pero hay un divorcio con el día a día de la población...
— Queda claro que la economía dejada al libre albedrío puede crecer, pero tiene un techo. Lo vemos por factores externos e internos, como estar acostumbrados que pese a una hecatombe política o al cambiar de presidente cada año, baste que la economía siga creciendo. Hay que ver esto con cuidado. Estamos cosechando graves errores cometidos hace años al mercantilizar una serie de servicios básicos esenciales como educación, salud y seguridad, que son esenciales para que la economía funcione bien y las personas tengan un mínimo de bienestar.
— ¿Entonces el modelo económico refleja que no basta con que el PBI crezca?
— Por supuesto. Eso de mirar que el PBI esté en azul y creer que es suficiente es un error que no acepta nadie, salvo algunos colegas, así como creer que hay que apuntar al crecimiento (del PBI) y todos los problemas se van a resolver automáticamente. Lo vimos en 2022. El país está en llamas por los conflictos, pero la economía siguió creciendo.
— Llueve pero no para todos...
— Creer que salvo el PBI, todo es ilusión, es una tontería. El PBI es un agregado que puede, crecer pero las desigualdades también. Incluso la pobreza puede aumentar con un crecimiento del PBI sujeto a actividades que generan poco empleo y un Estado raquítico con escasa capacidad de distribuir.
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— ¿Hacia dónde virar para el cierre de brechas?
— Es importantísimo ahora una reforma tributaria, pero no se quiere discutir. Los programas del MEF pueden cambiar de nombre y ser acertados, por ejemplo, para extender el periodo de Reactiva Perú, pero sin una reforma, lo veo difícil. No se puede ampliar la base tributaria porque los informales no pagarán impuestos al no recibir servicios de calidad. Veo difícil ahora una reforma por la polarización.
— ¿Y a dónde deben apuntar dichas reformas?
— A salud, educación, una reforma agraria para el desarrollo sostenible del agro y garantizar la producción de alimentos en el futuro, pero no lo estamos discutiendo. La propuesta de Pedro Francke era buena, pero por mezquindad de algunos congresistas no prosperó.
—¿Cómo ve el rol de la actual gestión del MEF?
El MEF tiene mucho poder en parte porque abarca economía y finanzas, a diferencia de otros países donde hacienda es un brazo aparte. Aunque aquí se usa la política como herramienta de venganza contra funcionarios honestos, contra los cuales uno puede discrepar, como en el caso de Maria Antonieta Alva, a la que le iniciaron un proceso de acusación en el Congreso. ¿Qué tipo de funcionarios tendremos a futuro asumiendo cargos en el MEF si la política actúa de esa manera? De ahí nos quejamos. Es indignante como abusan del poder.
— Se espera que la pobreza incluso crezca otra vez en 2022 hasta el 30%. ¿Es partidario de continuar con los bonos?
— Este tipo de medidas focalizadas deben sujetarse a evaluación de los resultados, dependiendo de su impacto, pueden renovarse, pero también desarrollar capacidades. Son medidas de emergencia que no se pueden pensar como políticas de desarrollo. Con los comedores populares hemos logrado reducir la pobreza en los últimos años, es crucial focalizar ya que no podemos permitir que aumenten los indicadores de anemia infantil.
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— Con la conflictividad social, en un año donde se espera que la inversión privada caiga a 1%, ¿qué más podría pasar?
— Si se mantiene la conflictividad social, habrá más contracciones significativas. ¿Quién querrá invertir en un país que está en llamas? Urge la búsqueda de consenso y diálogo para que haya inversión, y así comenzar a cerrar las brechas.
— ¿Alguna acotación sobre el rol de la inversión?
— A veces se da una relación parasitaria. Hay privados que parasitan al Estado y luego lo culpan de ineficiente. Los políticos tienen mucha responsabilidad al tratar también al Estado como a un botín. Uno llega al Gobierno y reparte cargos a sus amigos o gente del partido que financió su campaña.
— El Poder Judicial hace poco dio la razón al Indecopi respecto al control posterior en fusiones empresariales. ¿Cómo ve el marco actual?
Me parece bien lo resuelto por el PJ. Sin una institucionalidad sólida, pese a la ley ni criterios técnicos, el resultado puede ser contraproducente. Se debe reforzar al Indecopi en su autonomía e independencia, pero no nos hemos acogido a los mecanismos para elegir a sus presidentes o miembros del consejo directivo o tribunal. Se debe hacer un concurso público y no a dedo.