Tragedia. El reciente incendio del Museo Nacional de Río de Janeiro, Brasil, arrasó con los patrimonios culturales que exhibían sus salas, entre ellos el esqueleto de la mujer más antigua de Sudamérica. Un meteorito de 5,6 toneladas quedó intacto.,EFE. Redacción Todo quedó en cenizas, menos un meteorito. El incendio que devastó al Museo Nacional de Río de Janeiro arrasó doscientos años de investigación y con ello redujo a cenizas sus joyas museográficas que exhibía en sus diversas salas de exposición. Entre los tesoros arqueológicos irrecuperables, está Luzia, el esqueleto de la mujer más antigua de Sudamérica. Junto a ella quedaron consumidas por el fuego un total de 20 millones de piezas de distinta naturaleza como son cerámicas, textiles, momias egipcias y prehispánicas, fósiles de distintas épocas, utensilios, animales disecados, un esqueleto de dinosaurio hallado en Minas Gerais, entre otros. PUEDES VER ¿Cómo era el Museo Nacional de Río de Janeiro antes del incendio? [FOTOS] La más antigua Luzia, el esqueleto más antiguo encontrado en Sudamérica, “murió”, al menos de forma simbólica, según dijo la presidenta del Instituto del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional (Iphan), Katia Bogea. “No tendremos más a Luzia. Luzia murió en el incendió”, afirmó Bogea en declaraciones al diario O Estado de Sao Paulo, mientras se espera el recuento oficial sobre las pérdidas ocasionadas por el fuego. Con cerca de 12.000 años de antigüedad, el fósil humano fue hallado en el estado de Minas Gerais en 1974 y corresponde a una mujer que falleció entre los 20 y los 25 años de edad. El cráneo de Luzia y la reconstrucción de su cara eran exhibidas hasta ayer en el citado museo como uno de los mayores tesoros arqueológicos del país. Durante años fue el fósil humano más antiguo jamás encontrado en América, pero el título lo tiene ahora la conocida como Eva de Naharon, que vivió hace más de 13.000 años en lo que hoy es territorio de México. Lo que sí que sobrevivió al fuego fue el meteorito Bendegó, el mayor ya encontrado en el país, que, a diferencia de otras piezas, es resistente a altas temperaturas. Con 5,6 toneladas de peso, la piedra fue hallada en 1784 en el estado de Bahía (nordeste) y fue trasladada al Museo Nacional de Río de Janeiro en 1888 por órdenes del emperador Pedro II. Entre otras piezas, destaca también una colección egipcia, que comenzó a ser adquirida por Pedro I; una de arte grecorromana de la emperatriz Teresa Cristina y un acervo de paleontología y etnología, según destaca la propia página web del museo. También existían piezas de culturas peruanas, así como momias aimaras. La dirección del museo todavía evalúa las incalculables pérdidas, asó como se investiga la causa del incendio. Entre los escombros, aún se exhibe en su pedestal ese cuerpo celeste que llegó a nuestro planeta convertido en una bola de fuego: el meteorito Bendegó.❧