Un equipo de científicos chilenos emitió una alerta sobre la potencial ocurrencia de un megaterremoto en el norte de Chile, una región históricamente propensa a sismos de gran magnitud. Este fenómeno afectaría directamente a Chile y tendrá repercusiones significativas en las naciones vecinas como Perú y Argentina, debido a su proximidad y a la naturaleza interconectada de las placas tectónicas en la región sudamericana.
Un análisis reciente de la actividad sísmica y el movimiento de la placa de Nazca indica que un futuro evento sísmico en la región podría liberar una cantidad de energía comparable a la de los terremotos más devastadores de la historia moderna. Esta alarmante posibilidad ha movilizado a las autoridades de los países potencialmente afectados, quienes se encuentran revisando y reforzando sus planes de preparación y respuesta ante desastres.
El riesgo en Atacama de enfrentar un gran terremoto se ve apoyado por estudios como el realizado por Marianne Métois, Anne Socket, y Christophe Vigny. Foto: HAL Open Science.
Desde finales de junio, el norte de Chile experimentó una serie de sismos leves, centrados principalmente en la Región de Tarapacá, cerca de la Mina Collahuasi. Estos temblores, con magnitudes entre 2,7 y 3,8, también se han sentido en áreas más amplias, incluidas Antofagasta y localidades como Socaire y Sierra Gorda. Estos eventos son indicativos de movimientos internos de la placa Sudamericana, presionada por la placa de Nazca.
El geógrafo Pablo Salucci de la Universidad Católica señala que la ausencia de rupturas significativas en la región por más de un siglo aumenta la posibilidad de un futuro terremoto interplaca, que podría ser lo suficientemente severo como para generar un tsunami. A pesar de un evento en 2014 que liberó solo una parte de la energía acumulada, la preocupación persiste, especialmente debido a la creciente ocupación humana de las zonas costeras vulnerables.
Los expertos, basándose en análisis recientes de la actividad sísmica y el movimiento de la placa de Nazca. Foto: HAL Open Science.
Según Salucci, "se proyecta un evento de gran magnitud, que podría superar una magnitud de 8.8" a pesar de los ya mencionados temblores que han sucedido y que sirvieron para liberar energía acumulada. Gracias a los estudios detallados del suelo y patrones de fracturas se determinó el posible epicentro del terremoto, el cual sería la región de Atacama. Estos datos son cruciales para la planificación de medidas preventivas y la mitigación del riesgo.
Aunque un megaterremoto en Atacama no es inminente, esta región posee el potencial de experimentar un sismo de magnitud cercana a 8.8. Foto: HAL Open Science.
Luis Donoso, sismólogo de la Universidad del Desarrollo, comentó que aunque un megaterremoto en Atacama no es inminente, esta región posee el potencial de experimentar un sismo de magnitud cercana a 8.8, similar al evento de 1922. Esta posibilidad se basa en el histórico de actividad sísmica en la zona y los estudios de patrones tectónicos. "No significa que vaya a ocurrir mañana", indicó Donoso.
El riesgo en Atacama de enfrentar un gran terremoto se ve apoyado por estudios como el realizado por Marianne Métois, Anne Socket, y Christophe Vigny, que identifican patrones de acoplamiento intersísmico y segmentación en la zona de subducción de Chile Central. Estos patrones sugieren que una gran ruptura podría estar gestándose, lo que eleva la necesidad de preparativos en la región.
Donoso, al analizar las zonas entre Chañaral y La Serena, menciona que aunque se identificó el potencial sismo, es incierto si la ruptura será total. Foto: HAL Open Science.
En su análisis de la región entre Chañaral y La Serena, Donoso señala que, si bien se ha detectado el potencial de un sismo significativo, aún no se puede determinar con certeza si la ruptura de la falla será total o parcial en esa zona. La magnitud del terremoto dependerá de la extensión de la fractura, ya sea que abarque toda el área identificada o solo una parte de ella. Una ruptura completa resultaría en un sismo de mayor magnitud en comparación con una ruptura parcial.
El concepto de acoplamiento describe cuán interconectadas están las placas tectónicas y la intensidad con la que podrían romperse. En Atacama, la zona donde se registró la rotura de 1922 muestra un acoplamiento máximo, lo que indica una alta probabilidad de un sismo significativo si se libera la tensión acumulada en esta área. Este fenómeno subraya la vulnerabilidad de la región a eventos sísmicos de gran escala.
Si la ruptura es completa, el sismo será más grande en comparación con una ruptura parcial. Foto: HAL Open Science.
Perú y Argentina, siendo vecinos geográficos de Chile, también enfrentarían efectos relevantes de un megaterremoto en esa región. Según reveló Hernando Tavera, presidente ejecutivo del Instituto Geofísico del Perú (IGP), a Infobae, esto se debe a que "todo el borde occidental de América del Sur es una zona dinámicamente activa. La placa de Nazca que colisiona con la costa del Perú también colisiona con la costa de Colombia, Ecuador y Chile".
En Argentina, particularmente en las provincias de Jujuy y Salta, el sismo podría sentirse con una intensidad menor, pero suficiente para causar preocupación. La actividad sísmica en estas provincias es una preocupación importante debido a su proximidad a las placas tectónicas de Nazca y Sudamérica. Datos recientes indican eventos sísmicos recurrentes, como un terremoto de magnitud 6,0 registrado en Jujuy, que subraya la vulnerabilidad de la región.