Punto de quiebre. Pérdida de respaldo es mayor entre los más pobres. Iniciativas anticorrupción del gobierno reciben amplio apoyo. Premier Fernando Zavala y presidenta del Congreso, Luz Salgado, registran caídas significativas en su aprobación popular.,Después del escándalo del ex asesor palaciego Carlos Moreno y del levantamiento en Las Bambas, el presidente Pedro Pablo Kuczynski ha perdido 10 puntos de aprobación en un mes, de 62% a 52%, según la última encuesta nacional urbano rural de GfK. Su respaldo es menor en los sectores más pobres, el D y el E (48%) y en Lima (47%). PUEDES VER: Estas son las medidas de seguridad ciudadana para los primeros 100 días Además, vuelve a prevalecer la percepción que lo asocia más al gran empresariado: un 53% piensa que su gobierno trabajará a favor de las grandes empresas y solo 30% cree que lo hará a favor de los más humildes. En agosto había logrado revertir esa imagen (43% decía que gobernaría para los más pobres , sobre un 38% que lo vaticinaba beneficiando a las corporaciones privadas). Diversas afirmaciones positivas sobre Kuczynski han perdido adeptos. Las caídas principales son de seis a diez puntos porcentuales. De agosto hasta esta semana, quienes suscriben que el presidente “es respetado por los peruanos” pasan de 81% a 71%, quienes lo ven “comprometido con los problemas del país” de 76% a 69%, quienes piensan que “es activo/enérgico” de 71% a 64% y quienes dicen que “es querido por los peruanos” disminuyen de 80% a 74%. A más de la mitad, este tramo inicial de la gestión Kuczynski no sorprendió: 56% dice que los primeros cien días del régimen han sido igual a lo que esperaba. Para un 17%, estos casi tres meses han superado sus expectativas y un 16% asegura que han sido peor que lo que habían imaginado. Para la mayoría es prematuro exigir logros: 59% cree que hay que darle tiempo al gobierno, que en tres o cuatro meses más se verán resultados. En cambio, un 23% exige resultados ya porque "ha tenido tiempo suficiente". Un 13% asevera que puede esperar solo uno o dos meses más. A pesar de todo, la mitad es optimista y piensa que el régimen mejorará. Un 29% responde que seguirá igual. Los aspectos positivos del gobierno más destacados son que hace un cambio para mejorar el país (31%) y lucha contra la corrupción (26%). Los negativos son que los precios están subiendo (44%) y no ataca la delincuencia (36%). El bajón no se queda en Kuczynski. El premier Fernando Zavala cae 14 puntos (de 46 a 32%) y el equipo ministerial 11 (42 a 31%), en solo un mes. Los ministros con mayor aprobación son Alfredo Thorne, de Economía (31%); Jaime Saavedra, de Educación (31%) y Martín Vizcarra, de Transportes (28%). Thorne cae 11 puntos y Carlos Basombrío, de Interior, 15, (42% a 27%). El Congreso pierde 12 puntos de respaldo: de 39% a 27%. Su presidenta, Luz Salgado, baja ocho puntos, de 44% a 36%. Una amplia mayoría aprueba las recientes iniciativas anticorrupción de Kuczynski: buscar juntarse con los titulares del Poder Judicial y el Congreso para luchar contra la corrupción (86%), la “muerte civil” (85%), evaluar al personal de confianza de los ministerios (83%), crear la Comisión de Integridad (82%) y reorganizar el equipo de asesores presidenciales (81%). Sobre Las Bambas, 40% en desacuerdo por expresiones de Basombrío acerca de la operación policial. Un 38% cree que la gente debe negociar con la comisión del gobierno. Casi un tercio calificó de regular el modo como el Ejecutivo enfrentó el caso Moreno. Un 21% dice que fue buena o muy buena y otro 21% que fue mala o muy mala. Dos tercios cree probable que haya más personas como este ex asesor en el entorno presidencial. Enfoque: Pasando la factura Hernán Chaparro. Gerente de GFK Comparado con setiembre, el ánimo ciudadano se revela más ácido con el conjunto de la institucionalidad política. Todos los actores evaluados bajan significativamente sus niveles de aprobación: todo el Ejecutivo, el Poder Judicial, el Congreso y la presidenta del Congreso. Nadie se salva. ¿El mensaje? Si bien se valora el avance en las relaciones internacionales (probablemente por el viaje a China) así como la promoción de la inversión privada, se esperan cambios significativos en la lucha contra la delincuencia, los servicios de salud, el combate a la corrupción y medidas que reactiven la economía (el empleo sobre todo). La aprobación presidencial desciende 10 puntos y el descenso es mayor aún en la zona sur del país (posiblemente por la situación en Las Bambas), en el segmento C (el sector medio emergente que no quiere perder lo ganado y demanda reactivación económica) y entre la mitad del país que votó por Fujimori. La opinión ciudadana, con relación a lo ocurrido con el asesor Moreno, está dividida. La lucha contra la corrupción destaca entre los que evalúan bien al gobierno, pero es motivo de crítica entre los que lo desaprueban. Lo que plantee el Ejecutivo a partir de la delegación de facultades y las medidas que anuncie la Comisión Presidencial de Integridad tendrá consecuencias importantes. La mitad de la población considera que el gobierno puede mejorar y casi dos tercios mencionan que los avances se podrían ver en tres a cuatro meses. Una articulada estrategia de comunicación debería ser de utilidad. Un ejemplo de su relevancia es que solo un 38% se enteró del mensaje del presidente sobre las medidas de lucha contra la corrupción, pero casi dos tercios sí estaban informados de lo ocurrido con Moreno. Dicho de otro modo, más gente se enteró del problema que de la propuesta de solución. La lucha por ver quién fija la agenda política del país se vuelve cada vez más relevante. Enfoque: Estos escándalos afectan a todos David Sulmont Analista político Este tema del ex asesor Carlos Moreno ha mostrado la existencia de personajes vinculados con la corrupción muy cercanos al gobierno y refuerza la percepción de la opinión pública, desde hace varios años, de que la actividad política está bastante afectada por la corrupción y que este gobierno no es ajeno a eso. A pesar de que el Ejecutivo ha tomado medidas rápidas, esto ha dañado su imagen, y afecta al conjunto político y es un problema de nuestro sistema, que tiene bajos niveles de legitimidad. Estos escándalos afectan a todos. Generalmente las lunas de miel son bastante cortas. En los últimos tres periodos presidenciales han sido caracterizados por una rápida erosión de la confianza política. Entonces no es de extrañar que esto también le ocurra al presidente Kuczynski. Después de una elección siempre se observa un resurgimiento de apoyo de legitimidad de la clase política, que es lo que permite renovar el aire político; pero en la medida en que los problemas son complejos, el gobierno debe lidiar con tres grandes temas. Primero, es una desaceleración económica; segundo, un fuerte sentimiento de la población en cuanto a la inseguridad ciudadana, que no es responsabilidad de este gobierno pero sí se le responsabiliza en lo que se haga, y lo que se puede hacer –y uno de los sectores menos aprobados es el del Interior– es poco por el corto plazo. Tercero, es el tema de la corrupción, lo que se suponía en la campaña era el tema fuerte en comparación al fujimorismo. Es un sentimiento de hace años, de que el Estado no responde a los ciudadanos. Enfoque: No ha caído bien la actitud de Salgado Eduardo Dargent Analista político Lo que se puede decir del Congreso es que muchas veces estas subidas y caídas tienen que ver con el desempeño presidencial, pero en este caso es interesante que la población aprecie algunas de las medidas que la presidenta del Congreso, Luz Salgado, no apoyó, como fue el tema anticorrupción. Tenemos una situación extraña en el Perú, porque normalmente la popularidad del Congreso también está basada en el partido de gobierno. Esta vez estamos viendo que en las dos evaluaciones, a los dos les va mal. Creo que es un aviso, al gobierno por un lado, porque parte de la caída de la popularidad del sistema en su conjunto generalmente está atado al tema presidencial; mientras tanto, el Poder Judicial siempre cae pero, repito, estas aprobaciones van en conjunto. La gente ha valorado el tema de las cinco medidas anticorrupción y obviamente para los que consideran que esto es importante no les gustó la actitud de Salgado y me imagino que esta caída tan abrupta tiene que ver con la percepción de escándalo que hay en temas de corrupción, que hoy se está dejando mostrar. Por otro lado, en el tema de la percepción de la gente en cuanto a la relación entre el Congreso y el Ejecutivo, que todavía la ven como tensa pero que avanza, demuestra que la mayoría observa un funcionamiento. Finalmente, la gente apoya las medidas anticorrupción, aunque falta discutir cómo se concretarán. Ese ya es otro tema de discusión, pero parece que han acertado con esto que la opinión pública considera importante. Enfoque: La gente entiende que la protesta era justa Eduardo Ballón Antropólogo Ese 40% que está en desacuerdo con lo expuesto por el ministro Carlos Basombrío, en primer lugar refleja el desconocimiento de la situación por parte de la gente; pero en segundo lugar, muestra el talante autoritario que tiene la opinión pública que tiende a creer –hasta que se informa– que en situaciones de conflictos de lo que se trata es de poner el orden. Basombrío lo que hizo fue señalar que había una inadecuada intervención de la policía, y esa opinión iba contra el sentido común que se ha ido construyendo a lo largo de los años. Ahora, también observamos que hay una mayoría del 36% que no sabe por qué se ha producido el conflicto; sin embargo, si sumamos aquellos que sí saben, lo que vemos es que tienden a responsabilizar a la empresa y al Estado porque hablan de promesas incumplidas, de la modificación del estudio de impacto y del tema de la vía. Entonces es claro que hay un sector importante de la opinión pública que entiende que más allá de las formas, la protesta de las comunidades era justa. Por otro lado, casi un tercio de la opinión pública piensa que esto se debe negociar directamente con PPK o Zavala, lo que demuestra la desconfianza instalada en sectores amplios de la población sobre la capacidad de negociación y el cumplimiento de aquello que se negocia cuando no intervienen las más altas esferas del Ejecutivo. Por último, ese 56% que es un porcentaje altísimo, que piensa que la modificación que hizo el ex presidente Ollanta Humala está asociada a actos de corrupción, revela una opinión generalizada sobre la gestión anterior. Enfoque: A evitar corruptos en la función pública Gerardo Távara Secretario general de Transparencia La corrupción no es un problema reciente en el Perú. Lo peculiar del “caso Moreno” es la fibra que toca, se trata de un funcionario de confianza “negociando” con la salud de las personas y con expresiones tan burdas e indignantes como las que escuchamos en esos diálogos que le fueron grabados y luego transmitidos por la televisión. Hace ya varios años que los estudios de opinión revelan que para la mayoría de personas la corrupción es uno de los principales problemas tanto en el país como en el Estado; eso se vería reflejado en el hecho de que una gran parte de los encuestados por GfK sospeche que aún hay personas como Moreno en las esferas de gobierno. A esto hay que agregar que siendo adecuadamente radical la decisión del presidente de la República de apartar y denunciar a Carlos Moreno, pareciera mantenerse la percepción de que las primeras explicaciones no fueron del todo convincentes. Los cuadros de GfK ayudan a entender la importancia del trabajo encomendado a la recientemente creada Comisión Presidencial de Integridad, que conduce el ex defensor Eduardo Vega. Contar con mecanismos eficientes y rápidos para detectar antecedentes e impedir el ingreso de corruptos y corruptibles a la función pública, transparentar todos los procesos de selección de personal, regular de manera adecuada la gestión de intereses, junto a la ya aprobada “muerte civil”, pueden ser –estoy seguro– medidas que ayuden a revertir el drama de la corrupción que arrastramos y del cual tenemos el derecho, el deber y la posibilidad de liberarnos.