Brasil: 90 casos de soborno. Principal informante tras el escándalo de la petrolera estatal brasileña Petrobras plantea delatar a presidentes, funcionarios y contratistas con la finalidad de reducir su condena. Para ello ha presentado a la Oficina de la Procuraduría General 90 casos de soborno, los que deberá detallar el contenido de cada uno.,Marcelo Odebrecht está abriendo, con cuentagotas, pero de manera efectiva, el baúl de los secretos tras el escándalo Petrobras, que la justicia brasileña ha denominado “Operación Lava Jato”. PUEDES VER: Clinton amplía su ventaja sobre Trump a 8 puntos El último sábado, en una declaración en la que negocia un acuerdo de delación premiada para reducir su condena, el ex presidente de la constructora Odebrecht aseveró que se reunió con Temer en 2014 para concretar una “donación” a la campaña presidencial de diez millones de reales (unos 3,1 millones de dólares), de acuerdo con el semanario Veja. Esta campaña lo llevó a la reelección en 2014 junto a Rousseff. Temer asumió el poder el 12 de mayo en sustitución de Rousseff, quien fue suspendida del cargo para enfrentar un juicio político con fines destituyentes por sus supuestas maniobras fiscales para maquillar los informes de cuentas públicas de 2014 y 2015 Ejecutivos ligados al empresario han decidido, así, usar la misma fórmula de Marcelo Odebrecht para beneficiarse de la colaboración con la justicia, situación que parece ser efectiva y arrastraría una cola de funcionarios y hasta presidentes de distintos países del continente. En este escenario, acusados del caso de corrupción descubierto en la petrolera estatal brasileña Petrobras afirmaron que el actual canciller, José Serra, recibió de la red de corruptelas 23 millones de reales (unos 7,25 millones de dólares) para su campaña a presidente en 2010, según publicó este domingo la prensa. De acuerdo con informaciones del diario Folha de São Paulo, varios ex ejecutivos de la constructora Odebrecht, una de las empresas investigadas, indicaron que el dinero a Serra proveniente de las corruptelas fue entregado a través de la “caja 2” (contabilidad paralela) de su campaña. Las declaraciones se dieron en el marco de las negociaciones que los ex ejecutivos tienen con la justicia para llegar a una delación premiada y reducir sus penas por su colaboración en las investigaciones del caso. Ex altos cargos de Petrobras, ejecutivos de las constructoras y una cincuentena de políticos son investigados por repartirse los sobornos provenientes de contratos sobrevalorados entre la petrolera y las empresas de la construcción civil. Presentarán pruebas Según la información, suministrada a fiscales en Curitiba (sur), capital del estado de Paraná y donde se concentran las investigaciones del caso, parte del dinero entregado a la campaña de Serra –que perdió esas elecciones ante la actual presidenta suspendida, Dilma Rousseff– fue desembolsado en el exterior. Los implicados manifestaron que presentarán como pruebas los recibos de sus consignaciones bancarias fuera del país. Ante la justicia electoral, la campaña de Serra declaró la donación legal de 2,4 millones de reales (unos 757.336 dólares) provenientes de la constructora, citó el diario. La Asesoría de Prensa de Serra, por su parte, apuntó que la campaña del canciller fue “conducida” según la legislación electoral en vigor y era responsabilidad del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), sin ningún intermediario autorizado a actuar en nombre de él para pedir recursos. Delatará a presidentes De acuerdo con el diario O Globo, dentro de las personas a las que delatará Marcelo Odebrecht, a cambio de un trato con los fiscales para reducir su pena, se encuentra el ex presidente de Panamá Ricardo Martinelli. Según O Globo, un miembro de la familia del ex presidente de Perú, Ollanta Humala, ya fue citado por las autoridades por un caso de pago de un presunto soborno. (N.E. En su momento, el hoy ex presidente Humala rechazó toda posibilidad de pago de Odebrecht para su campaña del 2011). “También será detallada en la siguiente fase de delaciones una situación en la cual un soborno fue negociado directamente con Ricardo Martinelli, ex presidente de Panamá, en donde Odebrecht cuenta con obras como el metro y una hidroeléctrica”. Los proyectos de Odebrecht en Panamá superan los US$ 8 mil 500 millones; solo la adjudicación de la segunda línea del metro representa US$ 1.857 millones. En abril de este año, la constructora brasileña Norberto Odebrecht anunció la venta de US$ 3 mil 300 millones en activos para intentar paliar la crisis producida por el escándalo de corrupción de Petrobras por el cual su presidente, Marcelo Odebrecht, fue condenado a 19 años de prisión recientemente. 90 casos Todavía existe la posibilidad de que 51 ejecutivos y gerentes de empresas contratistas, entre ellos el empresario, formen parte de la propuesta final del acuerdo de delación privilegiada que se presentará al Procurador General de la República, Rodrigo Janot. Marcelo Odebrecht presentó por lo menos 90 temas a la Oficina del Procurador General, y deberá detallar el contenido de cada uno. El informe señala que el propietario de la empresa constructora se compromete a presentar las pruebas que involucran a miembros del gobierno federal, 35 senadores, 13 gobernadores y decenas de alcaldes. Odebrecht tiene previsto detallar los pagos realizados por el Sector de Operaciones Estructuradas, que se conoció como “dirección general del soborno”. El departamento se creó por la empresa para transferir dinero a los políticos. Fiscalía involucra a Lula en escándalo de Petrobras La situación judicial del ex presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva pareció agravarse aún más este domingo, con la divulgación de un documento de la Fiscalía en el cual se afirma que “participó activamente” de las corruptelas en Petrobras. El documento fue obtenido por el diario O Estado de São Paulo, que lo publicó en su portal en internet, y elaborado por cuatro de los fiscales del Ministerio Público dedicados a la investigación de las irregularidades en la petrolera, que ha cifrado los daños que sufrió con la corrupción en por lo menos 2.000 millones de dólares. Al citar ese mes, la defensa parece aludir al momento en que la justicia ordenó allanar las residencias de Lula y algunos familiares y que la policía trasladase al ex mandatario a una comisaría para prestar declaración sobre el caso Petrobras. Sobre la petrolera, el documento divulgado por O Estado de São Paulo, fechado el 3 de agosto, dice que “hay elementos de prueba de que Lula participó activamente del esquema criminal” que operó en Petrobras “y también de que recibió, directa e indirectamente, ventajas (financieras) indebidas de esa estructura delictiva”. “Considerando que una de las formas de pago de coimas dentro de la trama montada en Petrobras eran las donaciones electorales, se debe destacar que, desde 2005, Lula admitió haber sabido sobre esas prácticas de financiación ilegal de las campañas políticas”, añade. También sostiene que “Lula sabía que las empresas hacían donaciones electorales ‘por fuera’ y que había un ávido reparto de los cargos públicos” a fin de facilitar esas irregularidades. Los fiscales afirman que “no es creíble” que Lula “desconociera la motivación de los pagos ‘en negro’ para campañas”, que fue, según la investigación, uno de los objetivos principales de la red de corrupción detectada en Petrobras, que salpica a medio centenar de dirigentes de casi todo el espectro político. El documento reafirma que “la estructura criminal” en Petrobras “perduró por lo menos una década”, que sitúa entre 2004 y 2014, lo cual coincide con los dos mandatos de Lula (2003-2011) y el primero de Dilma Rousseff, su sucesora y suspendida de sus funciones desde mayo pasado para responder a un juicio de destitución. El documento también hace referencia a las empresas privadas que participaban en la red de corrupción, que obtenían con Petrobras contratos amañados. “Ejecutivos de las mayores constructoras del país, que se reunían y viajaban con Lula, participaban de la trama criminal, incurrían en fraudes en las licitaciones de Petrobras y pagaban coimas”, afirma. Se defiende Inmediatamente, el ex presidente brasileño, a través de sus abogados, afirmó que sin “pruebas concretas” no pueden asociarlo con el caso de corrupción en la petrolera estatal Petrobras. Los abogados de Lula dijeron previamente que ese documento “fue elaborado para darle titulares a la prensa” e “intenta encubrir la falta de argumentos”. Enfoque: Temeroso Temer Ramiro Escobar/Internacionalista Las recientes declaraciones de Marcelo Odebrecht, en las que involucra directamente al presidente interino Michel Temer en el escándalo ‘Lavajato’ (o ‘Petrolao’), vienen como una jabalina política en medio de los Juegos Olímpicos Río 2016. Es un recurso del megaempresario para salvar un poco su pellejo judicial y a la vez una revelación que agitará las aguas atlánticas. El propio Temer no ha negado que representantes de Odebrecht se reunieron con él y ha argumentado que el “auxilio financiero” fue “de acuerdo a ley”. El problema es que la corrupción ha enrarecido tanto el clima institucional en Brasil que eso del “auxilio” suena más bien a grandes operaciones quirúrgicas financieras que terminaron por gangrenar el tesoro público. Ya se sabe cómo funcionaba el mecanismo: grandes contratos pactados por grandes empresas con la estatal Petrobras para profusas obras, cambio de pagos encubiertos (¿auxilios?). La cantidad de políticos brasileños enganchados con este perverso sistema es muito grande. Pero quizás la novedad es que ahora toca, nada menos, a quien ostenta la mismísima presidencia. Era de esperarse quizás. Aunque el hecho de que ocurra en medio de los Juegos y con la ruta hacia la destitución de Dilma Rousseff en su fase final pone a Temer y a toda la clase política en un aprieto olímpico. Si se comprueba la corruptela del mandatario en funciones, no habrá, literalmente, autoridad moral alguna para terminar de derrumbar a la presidenta. Todo tenderá a convertirse en un charco sin salida, algo que ya piensan millones de ciudadanos en varias ciudades y acaso también los miles que abuchearon a Temer en la ceremonia inaugural de los Juegos. El gesto masivo vivido ese día y el fugaz, temeroso casi, discurso del presidente presagiaban una situación que cada vez hace más difícil el fair play en la política brasileña.