Conocer qué quiere Keiko Fujimori es clave hoy en día.,Conocer qué quiere, finalmente, Keiko Fujimori, es hoy el gran misterio sin resolver de la política peruana para que en este lustro no se pierda la oportunidad del progreso. Ojalá al menos ella lo supiera. Harvard desarrolló en los ochenta un modelo de negociación sustentado en principios e intereses, antes que en posiciones y actitudes, para separar el problema de la gente e inventar opciones de beneficio mutuo mediante la identificación de la mejor alternativa a llegar a un acuerdo negociado de cada parte en disputa. Pero un desafío complejo es negociar con quien no revela su objetivo, y eso le ocurre hoy al gobierno con el fujimorismo. En el Perú es obvio que la política peruana va rumbo de colisión hacia un escenario peligroso, de posibilidad creciente, por la dificultad de lograr un acuerdo mínimo de gobernabilidad que haga viable la convivencia entre un gobierno débil como el de Pedro Pablo Kuczynski, y una oposición maciza como la fujimorista. En el gobierno es sencillo identificar qué quiere: condiciones básicas para sus políticas públicas, para lo cual, por el propio estilo personal de PPK, con un alto pragmatismo, parece dispuesto a negociar incluso ofreciendo más de lo razonable. El problema es en Fuerza Popular, o, para poner las cosas de manera más realista, identificar qué quiere, realmente, Keiko Fujimori. Lo que se percibe son solo demostraciones abusivas y prepotentes de poder, a través de su bancada, a partir de la creencia de que 72 votos es argumento suficiente para actuar como orangutanes con curul. ¿Buscan que Alberto Fujimori deje la Diroes? A diferencia de Kenji, eso no parece estar en la agenda de Keiko. ¿Hay políticas públicas que quisieran aprobar? No lo han manifestado. ¿Sed de venganza contra quienes creen que les hicieron perder la elección, como los medios, sus periodistas y empresarios? Pero eso no es un plan de gobierno, y si así actúan de oposición, ¡cómo serían de gobierno! ¿Debilitar a PPK tanto como para ponerlo de rodillas y recién entonces sacar su agenda? Pero si este gobierno ya ha mostrado una vocación insólita por las rodilleras. Lamentablemente, no se observa hasta ahora en Keiko Fujimori un objetivo serio de negociación, sino lo que se ha visto desde que, hace un año, el 5 de junio, perdió la elección. Pataleta pura y dura, lo cual no habla bien de su preparación para presidir el Perú. Como el español que pide ser enterrado en Madrid si muere en Barcelona, y en Barcelona si muere en Madrid, y cuando le preguntan por qué, responde ¡Por joder!