Como en el agudo texto costumbrista de Federico Blume de 1908, el candidato Julio Guzmán ha comenzado a sonar. Guzmán ya suena incluso más allá de las redes sociales, en las cuales es fama que pisa fuerte. Con colaboradores como Daniel Mora o Francisco Sagasti, empieza a parecer que gente seria está comenzando a tomarlo en serio. ¿Qué tiene Guzmán que no tengan otros candidatos chicos? Más tiempo de campaña, haber llegado primero a la chapa de outsider, un discurso más articulado (en esto compite con Alfredo Barnechea), buen manejo de redes, una imagen más mediática que el promedio. No parece Guzmán el outsider que saltará a la segunda vuelta, pero sí cada vez más un tipo de candidato que puede dar alguna sorpresa por el camino. Pero por ahora “el rey del Facebook” solo ha logrado aumentar su intención de voto de prácticamente nada hasta 2%. Sus simpatizantes afirman que su presencia en redes lo va a catapultar mucho más allá. Hay por lo menos tres leyendas urbanas orbitando en torno de Guzmán. Una es la del outsider inesperado. Otra es la del poder político de las redes sociales. Luego está la del prestigio del tecnócrata. Este paquete de cábalas todavía no ha logrado configurar una imagen de real impacto, pero sí un cierto convencimiento suave en algunos sectores. El peso político de las redes es un tema en debate. Según GFK en el 2014 más de 50% de peruanos usaba Internet. Cuatro de cada cinco personas de este 50%+ usaba Facebook y una de cada cinco Twitter. Las cifras pueden haber aumentado, pero es improbable que, importantes como son, ellas constituyan una mayoría abrumadora. Parte de leyenda es que Barack Obama llegó a la presidencia de los EEUU en el 2009 mediante el uso de Internet. Pero es una verdad a medias: las redes no le sirvieron propiamente para conseguir votos, sino sobre todo para conseguir financiamiento disperso, dentro de una matriz preexistente de lealtad política como el Partido Demócrata. Es probable que las redes en el Perú tengan una dinámica propia, distinta de encuestas, diarios, radio y TV. Un sondeo en el propio Facebook dio simpatía top a Guzmán, con 33%. Segunda llegó Verónika Mendoza con 18%, y tercera Keiko Fujimori con 9%. Pero acaso es sintomático que eso no se esté traduciendo en una mejor intención de voto. Guzmán es el tipo de candidato que podría interesar a quienes rechazan a los principales candidatos en bloque. Eso unido a factores como que es joven, un rostro nuevo en política, no tiene acusaciones, mantiene una obvia compostura en campaña, podría hacer que alcance a Alejandro Toledo en algún momento, y se instale en una ubicación interesante para el 2021.
