"Por suerte, estoy vivo porque sé nadar": soldado sobreviviente asegura haber sido atacado en Puno
En señal nacional, el militar ratificó la versión de los superiores. Sin embargo, esta dista de lo que señalan los testigos.
En una entrevista en televisión nacional, el soldado Ronald Chique Quispemayta, uno de los sobrevivientes del incidente en el río Ilave, aseguró que su escuadrón fue víctima de una emboscada violenta por parte de los ciudadanos aimaras, quienes los atacaron con hondas, palos, chicotes y otros elementos. Por ese motivo, se vieron obligados a cruzar el gélido y profundo caudal.
“Las aguas estaban heladas y la profundidad era de, aproximadamente, dos metros y medio, porque a mi me tapaba todo [el cuerpo]; además, el fondo era lodoso, como un pantano. Es por eso que hicimos una cadena para cruzar el río, pero habían como cinco o 10 personas con hondas y lanzaban piedras”, afirma Chique Quispemayta.
Sin embargo, esta versión dista totalmente de la señalada por los lugareños, la cual quedó grabada por La República. Ellos narraron que solo intentaron expulsar la presencia militar de la zona, después del maltrato que recibieron sus paisanos en Juli, y dejaron de perseguirlos cuando los soldados ya estaban alejados.
Asimismo, en la crónica de Liubomir Fernández, periodista de este medio que estuvo en el preciso instante de los acontecimientos, se señala que no existió tal emboscada o turba que atacó a los militares del escuadrón liderado por Josué Frisancho.
Finalmente, en unos reveladores audios, publicados el 7 de marzo, se puede escuchar cómo otro de los soldados sobrevivientes, en calidad de anonimato, desmiente la versión de las autoridades y sus superiores. "Los oficiales no quieren hacerse cargo (…) les va a afectar en el ascenso, todo. Ahorita están desesperados, quieren desmentir que no ha pasado lo que ha pasado, quieren dar otra información", sentenció.
Lo que pasó en el río Ilave
El pasado 5 de marzo, un escuadrón militar intentó cruzar las aguas del río Ilave sin tener en consideración su profundidad. Como consecuencia de ello, seis soldados perdieron la vida y otros cinco fueron rescatados por los lugareños que viven a las orillas de la zona. Los aimaras les brindaron los cuidados necesarios para que los sobrevivientes no sufran de hipotermia. Actualmente existe una disputa en las versiones emitidas, tanto la del Ministerio de Defensa como la de los ciudadanos aimaras.
